

Ni Mauricio Macri ni Juan Schiaretti le perdonan a Sergio Massa el acuerdo que en 2019 le permitió al Frente de Todos ganar la elección. Tampoco se lo perdonan algunos sectores del poder que lo estigmatizan llamándolo "el candidato kirchnerista". Varias veces Massa tuvo que responder que no será títere de Cristina Kirchner.
Macri es quien más esfuerzo está haciendo para traspasar votos a Javier Milei, aún rompiendo con su espacio político y empujando a dirigentes cercanos a respaldar el uso la motosierra sobre el Estado, herramienta que volvió a reivindicar el libertario para frenar el intento que hace el PRO por moderarlo.
"Todos saben que no tengo jefe" repite Massa en una campaña de tiempo completo en la que en reuniones privadas Máximo Kirchner ha asegurado que si Unión por la Patria vuelve a ganar habrá un gobierno vertical y no habrá doble comando. Algunos todavía no lo creen. O no conocen a Massa o no conocen el pacto de convivencia que construyó con los que sí son kirchneristas y cuya supervivencia depende de la suerte del tigrense.
El jueves hubo una señal, de esas sutiles que manda la Vicepresidenta. Su equipo de comunicación difundió una imagen de la Asamblea Legislativa en la que se proclamaron las fórmulas para el balotaje del próximo 19. Se la ve de espaldas y fuera de foco mientras que en línea directa se ve de pie en el palco central a Sergio Massa.
Transferencia de votantes
Como ya contó El Cronista en el búnker de la calle Mitre trabajan sobre la hipótesis de que no se ganó la elección y de que hay que hacer microcampañas en los lugares donde creen que aún pueden conseguir más votos. Entre la elección PASO y la General tanto Massa como Milei recibieron transferencia de votantes de distintas vías. El libertario recibió más que el líder del Frente Renovador. Y a la vez perdió más votos propios.

Un primer foco de atención fue que a pesar de haber ganado la elección general y de la remontada épica, Massa no retuvo todos los votos de Juan Grabois. El 71% de los votantes que en la Primaria de Unión por la Patria optaron por el dirigente de Patria Grande (1.390.000 sacó) se quedaron en el espacio el 22 de octubre. Del resto casi un 6% se fue a Myriam Bregman (FIT); un 5% a Juan Schiaretti (Hacemos por nuestro país), un 3% a Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) y -curiosamente desde lo ideológico- un 6% a Milei. El resto no votó.
Por eso fue auspiciosa para Massa la reaparición de la Vicepresidenta. No fue ni casual ni azaroso el mensaje que Cristina Kirchner envió el fin de semana pasado a la tropa que Grabois reunió en un congreso nacional para definir la participación en la campaña. Después de las palabras de CFK ese grupo político salió a militar sin dudar el voto por Massa.
"No les pedimos que se vuelvan fanáticos ni que se tatúen la cara de Massa en el brazo pero sí que lo voten", ruega vagón por vagón sobre el tren que atraviesa el partido de San Martín el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis. No fue candidato pero es otro de los que milita cuerpo a cuerpo.

Con el mismo espíritu aunque sin subirse a un tren se mueven en el búnker de la calle Mitre. Además de renovadores como Malena Galmarini, Sebastián Galmarini y Juan Andreotti, allí trabajan Juan Manuel Olmos y Eduardo 'Wado' de Pedro y varios de los principales dirigentes de La Cámpora, algunos muy cercanos a Massa como el diputado Kirchner y sus equipos de comunicación. O como Rodrigo 'Rodra' Rodríguez de fluido diálogo con los renovadores desde que Massa lo nombró secretario administrativo de la Cámara Baja.
El mensaje de Cristina y el rol de Kicillof

El análisis mesa por mesa de la transferencia de votos llegó de Mitre al despacho de Cristina Kirchner que rompió el silencio para grabar el mensaje para Grabois y Patria Grande.
"Pongamos todo, pero todo el esfuerzo personal en la militancia social para el triunfo de Unión por la Patria", se oye la voz de la expresidenta en un audio breve pero contundente. Ella habla en primera persona del plural. Se incluye para evitar la pérdida de votos como no se incluye en las decisiones del gobierno de Alberto Fernández al que prácticamente niega. No fueron casuales sino estratégicamente pensadas cada una de las palabras de CFK para alinear a los que pudieran pensar en no votar o bajar los brazos.
Axel Kicillof también derriba prejuicios a diario. Insisten cerca suyo en que el objetivo no era sólo ganar la provincia de Buenos Aires y que la elección no terminó. En Mitre señalan que se puso a disposición, que llamó para preguntar qué tenía que hacer y cómo ayudaría mejor en una campaña muy distinta a la que terminó la noche del domingo 22 de octubre. Su equipo más cercano -Carlos Bianco, Jesica Rey, Cristina Alvarez Rodríguez, entre otros- se sentó en el búnker de Massa con varios dirigentes renovadores a puntear estrategia. Ahora el gobernador es soldado de Massa, no sólo de Cristina.
En el reparto de tareas Kicillof se quedó con la coordinación de los intendentes que sobretodo en el Conurbano tienen tarea pendiente. Por ahora no hay actos multitudinarios pero sí división de roles con ministros repartidos en visitas a municipios. Tras la reunión conjunta con intendentes convocó a varios en privado con el objetivo de ajustar tareas distrito por distrito. Una de las prioridades es el primer cordón del Conurbano y municipios como Lanús, Esteban Echeverría y La Matanza.
Para sí mismo el gobernador se agendó la profundización del vínculo con la Iglesia Evangélica con gran predicamento en los barrios vulnerables. Y visitas a los municipios del interior donde el oficialismo cree tener resto para crecer como San Vicente, Cañuelas, Junín y tres grandes ciudades que hasta ahora fueron territorio opositor: San Nicolás, Olavarría y Bahía Blanca.

El primer intendente electo al que vio Kicillof fue Federico Susbielles que ganó Bahía Blanca con el 36,7% de los votos. Sin embargo Milei se impuso en la categoría presidencial con 33%, segunda quedó Patricia Bullrich con 29,9% mientras que Massa se ubicó tercero con 28,6%.
También en esa ciudad cayó Kicillof al tercer lugar con 31,8% aunque en un virtual triple empate detrás de Carolina Píparo de La Libertad Avanza (33%) y Néstor Grindetti de Juntos por el Cambio (31,8%). En un duelo Massa-Milei creen que pueden buscar votos y no sólo entre los radicales.
Otro caso curioso es San Nicolás donde hubo triple corte y ganaron Milei con 33%, Kicillof con 36% y el candidato a intendente de Juntos por el Cambio con 42,4% de los votos. Lo mismo que en Olavarría donde Milei se impuso por 33 puntos frente a los 29,9 de Bullrich y 28,6 de Massa. En esa localidad Kicillof ganó con el 36,8% y el intendente Ezequiel Galli cayó al tercer lugar.
Galli fue el primer dirigente de Juntos por el Cambio en plantear que Mauricio Macri ya no lo representa. A nivel municipal ganó Maximiliano Wesner, de La Cámpora, con el 41,4% de los votos.
Adónde van los votos de Schiaretti
El nuevo desafío que tiene Massa es no hablarle a la gente que ya lo votó sino a los votantes del resto de los candidatos que quedaron en el camino como los que votaron a Schiaretti en Córdoba, Entre Ríos y Cuyo, donde duplicó sus votos respecto a las PASO.
También los votos de los radicales que no pueden apoyar las drásticas promesas de Milei sobre el rol del Estado, la portación de armas, la reivindicación de la dictadora o el recorte de la educación pública, jubilaciones, obra pública y salud.
En Santa Fe, Schiaretti triplicó su desempeño de la Primaria a la elección General. Ese crecimiento permitió al socialista Esteban Paulón ganar una banca en el Congreso en representación de Hacemos por nuestro País.
Por eso es tan fuerte el pedido del Partido Socialista que integra Paulón y que preside Mónica Fein. No solo no son neutrales sino que piden expresamente el voto a favor de Massa con advertencias sobre el riesgo que para la democracia representa Milei. "Ante la gravedad de este momento creemos que la prescindencia no es una alternativa aceptable", acordaron en un documento aprobado por el partido.

A la inversa de lo que plantea Milei sobre el voto a favor del cambio, Paulón le dijo a este diario que "la mayoría votó opciones dentro del sistema democrático aunque algunos luego tomaron otro camino y Macri salió del closet para ser jefe de la campaña de Milei".
Así como los socialistas tomaron esa decisión, debajo de Schiaretti se dividen aguas entre la prescindencia y el voto por Massa (es el caso de Natalia de la Sota y varios intendentes). Por su parte el gobernador dejó su aparente neutralidad y le apuntó al candidato de Unión por la Patria desde su gira por Barcelona, París y Arabia Saudita.
"Una vez más quiero hacer público mi categórico rechazo al pretendido juicio político a la Corte Suprema que impulsa el gobierno kirchnerista del ministro Sergio Massa", escribió el cordobés en la red X. Ya había dado señales de simpatía por Milei en los dos debates de los que participó.













