Milei avanza en el armado del Gabinete: equilibra la interna por los cargos y el PRO suma protagonismo
Luis Caputo pidió garantías y el presidente electo se las dio. Patricia Bullrich estaba fuera de las negociaciones pero fue convocada por el presidente electo y aceptó la propuesta. Pragmatismo y equilibrio interno para enfrentar a la crisis.
"Lo que es seguro ahora, en media hora puede ser falso. Todo puede cambiar de un minuto a otro. Este espacio es un caos, no hay forma de que sea distinto, pero confío en que sea un caos creativo" dijo a El Cronista una fuente que será parte del futuro gobierno. Minutos después, el futuro funcionario comprobó que lo que acababa de explicar se hacía realidad, Las noticias que se confirmaban desde el piso 21 del Hotel Libertador, no eran justamente las que esperaba.
La llegada de Luis "Toto" Caputo al ministerio de economía, que para aceptar pidió a Demián Reidel como titular del Banco Central (que lo secundó cuando él mismo presidió la entidad, entre enero de 2017 y junio de 2018) y a Osvaldo Giordano al frente del ANSES, lo que obligó al presidente electo a correr a Carolina Píparo, fue una verdadera bomba en La Libertad Avanza.
De otro modo, Toto no tomaría el hierro caliente de ese Ministerio que ya conoce y donde no la pasó bien. Sabe que puede ser el "Remes de Roberto Lavagna", el que haga el ajuste para iniciar después la etapa de crecimiento. O el "Erman González de Domingo Cavallo". Está dispuesto a correr el riesgo, no necesita el cargo y solo lo hace por vocación, pero pidió garantías. Mostrando un pragmatismo que pocos imaginaban, Milei se las dio.
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Toto Caputo era el candidato de Mauricio Macri para el área. No porque fuera de su tropa (Milei y el futuro ministro tienen una relación previa), sino porque estaba convencido de que era lo que necesitaba el momento. Se lo dijo en la última reunión que mantuvieron, donde trascendió que hubo tramos de tensión. "Pedís demasiado Mauricio", le habría dicho Milei al ex presidente. Al otro día, Macri viajó a Arabia Saudita. ¿Qué fue a hacer exactamente?
La reunión entre ambos fue larga. El presidente electo mostró su disgusto porque en los medios se hablaba de que "Macri vetó a Federico Sturzenegger". Y cuando el ex presidente ya estaba fuera del país, se lo vio en el Hotel Libertador a Fernando De Andreis, ex secretario general de presidencia, explicando en privado a Milei y en público a los periodistas que lo consultaron, que estas versiones no habían salido de las oficinas macristas. La idea de un Macri vetando a tal o cual futuro funcionario no es la que más ayuda a Milei, que aún tiene que demostrar que no será un presidente débil.
Los enemigos de Macri en LLA, que detestan al ex presidente y quieren expulsar al PRO del próximo gobierno, brindaban. Creían que se habían sacado al ex presidente de encima y también a Patricia Bullrich, que tenía la palabra de Milei de que le daría dos ministerios y 50 funcionarios en otras áreas. "Está afuera de todo", comentaban en el Hotel Libertador, satisfechos porque esperaban manejar todo el gobierno, en todo caso en alianza con el peronismo.
La ex ministra le había pedido a su tropa que no negocien en forma personal, sino que esperen a que ella se ocupe. Hasta hubo quienes creyeron que tenían algún ministerio asegurado y actuaron como si ya estuvieran en sus cargos. Cuando Milei la llamó a Bullrich para ofrecerle la cartera de seguridad, dijo que sí, aunque antes había que dicho que no quería volver a ese ministerio.
La idea de Bullrich era ser ministra de desarrollo social y que Luis Petri fuera a seguridad. En su visión, dada la importancia que adquieren los cortes de calle en la política de los movimientos sociales como forma de presionar al Estado, tiene que haber una coordinación precisa. La disputa permanente que tuvo con la ex ministra de desarrollo social Carolina Stanley en el gabinete de Macri, que "se dejaba extorsionar por los revoltosos", la llevó a la conclusión de que no hay gobernabilidad posible si no se termina con esa presión sobre el Estado. Pero Milei le propuso otra cosa, y ella aceptó.
Patricia Bullrich será la ministra de Seguridad de Javier Milei
Un gobierno en construcción
En el bullrichismo estaban convencidos de que estaban afuera, y todo cambió a las pocas horas. Bullrich no estaba inquieta, sino que lo atribuía a la ansiedad de su propia gente. Su designación en esa área causa tranquilidad en el electorado de Milei, sin importar de qué partido sea, tal como pudo verse en la noche de ayer en las redes sociales. "Es entendible que Javier haya querido ordenar primero a los que lo acompañaron en su candidatura, y después a los aliados", razonó anoche una fuente bullrichista.
Mientras tanto, lo que queda claro es que Milei no permite que lo manejen. Ni Macri ni los ministros ya designados, Guillermo Francos, Nicolás Posse y Guillermo Ferraro. Tiene un sistema caótico para la toma de decisiones, pero se muestra cada vez más flexible frente a las difíciles circunstancias de las que será responsable. Y analiza todos los puntos de vista, después de escuchar los argumentos.
Eso sí, cuando toma una decisión puede ser transitoria. Avanza sin miedo, pero en el camino puede encontrarse con un problema que no esperaba o no conocía, y tomar el sentido en contrario. Entre el próximo jefe de gabinete Posse, que estaba seguro que iba a manejar el ministerio de seguridad, y Francos, que esperaba tener en el ministerio del interior a la policía federal, ya estaban distribuidos esos "porotos".
Pero las cosas de repente cambiaron. ¿Será siempre así? No se sabe. El gobierno de Milei está en plena construcción. Tiene una gran capacidad de adaptación que, hasta ahora, mejora la calidad de sus decisiones designando funcionarios de gran experiencia en la materia, aunque evitando darles el manejo de todo el gobierno.
Si cambiará o no las decisiones conocidas hasta aquí, es difícil saberlo. Es posible. Aunque no es lo mismo correr de un cargo a la ya designada públicamente Píparo, que a Bullrich. Si toma un compromiso público con ella, se sentirá más obligado a cumplirlo. De otro modo, podría ser visto como una crisis de gobierno.
Como sea, Bullrich quiere cuidar el vínculo. Evitó dar detalles de la reunión que tuvo con el presidente electo, mientras se adapta ella misma al escenario mileísta, un espacio caótico y en formación, que logró representar el cambio para la mayoría de la población.
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