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A partir del entendimiento con el FMI anunciado por el Gobierno nacional se abrió una nueva sucesión de variables en todo el arco político. En el oficialismo florecieron los conflictos internos, lo que llevó a que Máximo Kirchner dejara la presidencia del bloque en Diputados. En la oposición, mientras tanto, hay distintas posturas respecto a qué posición tomar hacia el futuro.

Es que el acuerdo con el FMI debe ser ratificado por el Congreso de la Nación, por lo que la posición de Juntos por el Cambio será clave para que se apruebe o no. Más aún luego del rechazo del hijo de la vicepresidenta, lo que abre la puerta a que otros diputados de su sector tomen el mismo camino.

En Juntos por el Cambio, en principio, la mayoría elige ser cauto. Es que la eventual llegada del proyecto al Congreso recién podrá realizarse el mes que viene, por lo que no es urgente tomar una postura. Además, los dirigentes opositores se escudan en que no conocen la "letra chica del acuerdo", por lo que no pueden fijar una posición. De hecho, varios hacen hincapié en que no podrán acompañar "ninguna suba de impuestos".

Otro rasgo común en buena parte de la coalición es que, ante la alternativa del default, el acuerdo con el FMI es visto con buenos ojos. Por más que se esgrima que se podría haber logrado un más rápido y mejor entendimiento, nadie en la coalición opositora correría por izquierda al Gobierno como lo hizo Máximo Kirchner.

Tres escenarios

De cualquier modo, pueden trazarse tres grandes posiciones. La primera apela a la responsabilidad e implica votar el proyecto. Es la que había esgrimido Gerardo Morales al señalar que el FMI volvió al país durante el gobierno de Cambiemos. También Elisa Carrió y los referentes de la Coalición Cívica se encuadran en esa línea.

La segunda alternativa, del otro lado, es más confrontativa con el gobierno nacional. Mauricio Macri y los halcones creen que las políticas planteadas no son suficientes para que baje la inflación y generar crecimiento.

En esa línea agregan la inconsistencia oficialista. Se resisten a votar un acuerdo que no tiene consenso dentro del propio Frente de Todos. El radical Alfredo Cornejo hincapié en esta cuestión desde el comienzo, y señala que Cristina Kirchner debe sentar una posición sobre el tema.

Devincenzi Agustina

El tercer grupo, en el que se podría incluir a Mario Negri, plantea otra posición, que fue revelada en el último encuentro de mesa nacional, realizado de forma virtual. Para no asumir una responsabilidad extra -votar el acuerdo sin que lo haga parte del kirchnerismo- pero a la vez buscar que el entendimiento avance, podría abstenerse Juntos por el Cambio en el recinto. De esta forma, el Gobierno debería contar con una cantidad de legisladores que vote a favor que supere a los que votan en contra.

Sin embargo, esta alternativa podría tener un inconveniente. Podría funcionar en Diputados, en donde el Frente de Todos cuenta con un grupo de diputados no afines a La Cámpora. Incluso los bloques referenciados en Roberto Lavagna o Juan Schiaretti podrían sumarse. Sin embargo, sería más complicado lograrlo en el Senado, donde Cristina Kirchner cuenta con un mayor control.

Todavía no está definido cuál será la cámara en la que primero llegará el acuerdo. Si bien la vicepresidenta no se expresó sobre el tema, cuando el tema llegue al Senado se fijará una posición. Si no lo hace de forma explícita, podremos saber qué opina sobre el acuerdo mediante, por ejemplo, lo que exprese Anabel Fernández Sagasti, una de las senadoras más cercanas.

Mientras tanto, el próximo miércoles volverán a verse las caras los referentes de Juntos por el Cambio en una reunión presencial de mesa nacional. La semana pasada realizaron una virtual, que tenía como objetivo dialogar sobre los cambios en el Consejo de la Magistratura. Pero la agenda los llevó a dialogar también sobre el tema FMI en el Congreso, que está lejos de estar resuelto.