Igual empleo, menor salario: ¿Cuál es la diferencia entre los sueldos de hombres y mujeres?
Distintos tipos de desigualdades se traducen en un cúmulo de desventajas en el escenario laboral y menos ingresos para las mujeres tanto en el sector regulado como en el informal
Aunque el contexto demográfico tiene a las mujeres como grandes protagonistas, con indicadores que muestran un descenso sostenido de la fecundidad, una mayor sobrevida respecto a los varones (6,5 años) y una creciente presencia relativa entre los grupos de edad más avanzada, las brechas estructurales de género persisten.
En el marco de la conmemoración del 112° Día Internacional de la Mujer, el INDEC presentó un nuevo dosier para visibilizar las principales desigualdades.
Pese a que el nivel de empleo viene mostrando recuperación, el documento destaca el rol de las mujeres en el trabajo no remunerado en los hogares, lo que genera una disparidad en relación al tiempo que disponen los varones para desarrollarse laboralmente.
Entre los 18 y los 24 años, las mujeres presentan tasas de asistencia al sistema educativo formal más elevadas que los varones mientras que el 34% alcanza un título superior, universitario incompleto o completo frente a sólo a 27% de los varones.
Sin embargo, aun cuando cuentan con mayor formación, no logran un nivel de participación en el mercado laboral similar al de los varones.
Al mismo tiempo refleja que la organización del mundo del trabajo tiende a fomentar la inserción laboral de mujeres a sectores vinculados a los cuidados y en puestos de menor jerarquía que poseen una remuneración inferior.
Por ejemplo, 75 de cada 100 inscriptos en salud son mujeres, pero sólo 38 de cada 100 se inscriben en ciencias aplicadas. Además, alrededor de 4 de cada 10 mujeres ocupadas se insertan en sectores relacionados al cuidado como salud, educación y trabajo doméstico, cuando los varones lo hacen en mayor proporción en la industria y la construcción.
Aunque en término de desempleo la escala es similar, abarca a 7,6% de mujeres y 6% de varones, la brecha se amplía de 14,9% a 8,5% al medir la subocupación; en esa línea, también la informalidad golpea más a las mujeres (41,5%) que a los hombres (37,6%).
Acumulación de desventajas
El informe oficial es contundente en relación a cómo contribuye a incrementar la brecha de genero el factor económico.
En ese sentido, explica que aquellas con mayores niveles educativos o mejor posicionadas en la estructura de los ingresos cuentan con más recursos para lograr su autonomía; mientras que las mujeres peor posicionadas socialmente están expuestas a mayores obstáculos.
En este contexto también se explica que las mujeres ocupadas acceden en menor medida a puestos jerárquicos. Según el INDEC, 8 de cada 100 varones logra escalar al máximo nivel, pero sólo la mitad de las mujeres rompe el "techo de cristal".
Igual empleo, menor ingreso
Las dificultades que se van articulando, se traducen en menores ingresos. Por cada 100 pesos que gana un varón en el sector educación, una mujer obtiene, en promedio, 91; en el área de salud, una mujer gana 78 pesos por cada 100 que percibe un varón.
Según el INDEC, 8 de cada 100 varones logra escalar al máximo nivel, pero sólo la mitad de las mujeres rompe el "techo de cristal".
Entre las personas ocupadas en puestos no calificados, por cada 100 pesos que gana en promedio un varón, una mujer cobra 61; incluso, con similares niveles de informalidad laboral, el ingreso medio de las mujeres asalariadas sin descuento jubilatorio representa el 65% del ingreso de los varones.
En relación a uno de los factores que limita el acceso de las mujeres al empleo, su participación en trabajo no remunerado, el informe precisa que comienza a edades tempranas.
Entre la población de 5 a 15 años que dedican 10 o más horas semanales a tareas en el hogar, 6 de cada 10 son niñas
En ese sentido, mientras que 88 de cada 100 niñas de sexto grado realizan tareas domésticas casi todos o algunos días de la semana, en el caso de los niños varones 83 de cada 100 asume esa responsabilidad.
Este panorama se agrava al medir el trabajo doméstico intensivo; en este caso, entre la población de 5 a 15 años que dedican 10 o más horas semanales a tareas en el hogar, 6 de cada 10 son niñas.
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