

Cada 17 de noviembre, el peronismo celebra el Día de la Militancia en homenaje al retorno de Juan Domingo Perón al país tras 17 años de exilio.
La fecha refiere al episodio iniciado en septiembre de 1955, cuando la autodenominada "Revolución Libertadora" derrocó al entonces jefe de Estado. Los siguientes 18 años estuvieron marcados por dictaduras e intentos fallidos de retorno de la democracia con un líder opositor proscripto.
Día de la Militancia, ¿qué paso el 17 de noviembre de 1972?
Bajo la consigna "Luche y vuelve", el expresidente Juan Domingo Perón organizó su vuelta al país en el denominado proceso de "Gran Acuerdo Nacional", instancia que demandó el dialogó y pactó entre el justicialismo y el radicalismo representado por Ricardo Balbín.
El acuerdo contó también con el beneplácito del dictador Agustín Lanusse que vio en esta situación la posibilidad de convertirse en mandatario democráticamente. Sin embargo, el período denominado La Hora del Pueblo tendría otras 4 consignas:
- La alianza peronista con los sectores opositores (radicalismo, sectores conservadores y cristianismo);
- Pacto sindical a través de la Confederación General del Trabajo (CGT)
- Acuerdo con empresarios.
- Apoyo a la juventud peronista.
Perón logró volver al país tras 17 años de proscripción. Cientos de miles de personas lo recibieron en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y acompañaron su camino hasta la Ciudad de Buenos Aires. Por eso, esta jornada del 17 de noviembre se considera como el "Día de la Militancia".

¿Qué pasó con Perón luego de su retorno al país?
La expectativa de los seguidores con el regreso de su líder a la Argentina fue tan grande que no solo se dio la movilización, sino que también se especuló con la presentación de una fórmula peronista-radical en las elecciones de 1973.
Sin embargo, las diferencias políticas entre ambos partidos, históricamente opuestos, fueron más importantes. De hecho, Perón no fue presidente con la vuelta de la democracia ni con su retorno, sino luego del fallido mandato de Héctor Cámpora.
Tras su retorno, siguió proscripto por las Fuerzas Militares quienes alegaron que a su vuelta todavía no tenía domicilio en Argentina y por eso, no podía ser jefe de Estado.














