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En medio de una oleada de importaciones de carne bovina, que dio un salto del 300% en abril, la Federación Porcina Argentina (FPA) anunció su Plan Estratégico para ampliar un 41,2% anual las exportaciones, crear unos 60.000 nuevos empleos y elevar de 16,8 kilos a 28 kilos el consumo per cápita.

El resultado de fortalecer la cadena productiva inyectaría u$s 7760 millones en la economía y multiplicaría la liquidación de divisasque hoy asciende a u$s 464 millones.

Entre los productores locales existe la convicción de que el mercado crecerá. "La carne vacuna es cada vez más cara y destino de exportación, lo que abre las puertas a los cortes porcinos", en el consumo interno.

La Argentina exporta principalmente a China, Singapur, Filipinas, Paraguay y Uruguay, entre más de 30 mercados, resaltó Daniel Fenoglio, presidente de la FPA, y marcó que "son todos destinos donde Brasil exporta". Esto, explicó, amplia el potencial del sector de vender más a esos países.

Sin embargo, cuestiones de mercado y de la coyuntura le ponen un ancla al desarrollo de esta industria.

Agustín Seijas, director Ejecutivo de FPA alertó por el impulso importador, a partir de la devaluación del real en Brasil mientras el peso argentino se aprecia.

El 95% ingresa de Brasil dijo y contó que, por ejemplo, la bondiola es un corte de descarte que se despacha a bajo precio. "Esto impacta en la integración de cortes locales", haciendo que el productor local no pueda competir.

En ese punto, una de las claves para poder competir radica en la reducción de impuestos, particularmente el IVA. "Compramos con una tasa de 21%, vendemos con 10% pero nunca recuperamos ese saldo que termina siendo un sobre costo", apuntó Fenoglio.

Asimismo, la otra clave para expandir la producción es China. "Debemos avanzar en la consolidación de las exportaciones de subproductos en mercados estratégicos, y resolver el cuello de botella de la integración de la media res porcina", expresó.

El guiño de Milei

En ese sentido, desde la institución enfatizaron sobre el rol de China y la necesidad de avanzar en la apertura del mercado chino para subproductos porcinos, lo que permitiría mejorar la competitividad de la industria local y equilibrar el desbalance actual.

Para dimensionar, expresaron que mientras otros mercados compran el descarte a u$s 400 por tonelada, China lo hace a u$s 1.400 porque "le da un valor que nadie le da al subproducto" que representa el 40% de la media res (sin valor en el mercado interno).

Según contaron las autoridades de FPA, en noviembre de 2023 se avanzó con el Protocolo de comercialización de subproductos con China; en abril de 2024, funcionarios del gobierno de Xi Jinping visitaron la Argentina, desde entonces, la firma está pendiente.

En consonancia con lo que mencionan otras instituciones ligadas al intercambio con Asia, "China espera una señal de (Javier) Milei".

Si bien la relación se estabilizó a mediados de 2024, con la renovación del swap -una acción clave de China para no afectar el nivel de reservas del Banco Central (BCRA)- "hay una visita pendiente", indican, para destrabar exportaciones e inversiones.

Incluso se barajaba la opción de que el presidente argentino visite el país, en mayo, en el marco de la Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe (Celac).

Destrabar inversiones

Las proyecciones de crecimiento del sector porcino, tienen en vista no sólo capitales locales sino de inversores chinos que puedan hacer escalar la actividad.

En números, cada cerda tiene un costo u$s 6000, mas el capital de trabajo y para que la granja sea rentable se recomienda no instalar menos de 300 lo que demanda una inversión de, al menos, u$s 1,8 millones. En tanto, el producto final se obtiene en 18 meses, lo que genera una fuerte dependencia de capital y financiamiento en línea con esta dinámica.

Con el fin de destrabar inversiones, desde la entidad que dirige Fenoglio y representa al 70% de la faena nacional, elevaron una propuesta de alivio fiscal al gabinete de Economía que dirige Luis Caputo.

La medida apuna al IVA y la recuperación del saldo a favor que se genera entre la tasa que se abona al comprar insumos (21%) y las ventas al exterior (10%) a través de un Certificado de libre disponibilidad, "como el que ofrece el RIGI", aclaró Seijas.

"Este mecanismo permite queel proveedor pueda tomarlo y reutilizarlo, lo que haría mucho más ágil la inversión", tanto de firmas locales como extranjeros.