Elecciones 2023

Sergio Massa vio una hendija y entró, Manzur "nunca fue" y las heridas en el kirchnerismo duro

Luego de que se instalara la fórmula Wado-Manzur, el ministro Sergio Massa finalmente se quedó con la candidatura presidencial de UP. Cómo fueron los últimos movimientos para cambiar el escenario en un minuto.

Unión por la Patria (UP), o mejor dicho el ala más kirchnerista del frente de Gobierno, se había impuesto hacía mucho tiempo que había que ir a las elecciones con una fórmula única, y la idea era que la encabezara Sergio Massa.

Entendían que de ese modo se evitaba una dispersión de votos que luego le podría jugar en contra en las urnas, y finalmente lograron ese objetivo. Incluso, el ministro de Economía, Sergio Massa, sostuvo en varias oportunidades que participaría con gusto de las elecciones, pero solo como el único candidato del oficialismo.

Parecía no haber problemas en esto, pero después aparecieron por todos lados. Agustín Rossi y sobre todo Daniel Scioli fueron los primeros en mostrar ganas de jugar fuerte. Y sobre todo sobre el embajador en Brasil -enfrentado desde hace tiempo con Massa- a quien hasta este viernes por la tarde intentaron bajar por todos los medios.

Si Massa ya quería evitar una PASO, más quería evitar una PASO con Scioli; no por temor a perder, sino por no regalarle ese lugar. Luego de la decisión de presentar esta fórmula de unidad que encabezarán Massa y Rossi, definitivamente habrá que borrar al 22 de junio del almanaque de 2023.

Todo lo que ocurrió ese día, desapareció: la fórmula Wado de Pedro-Luis Manzur, las "emotivas" imágenes de De Pedro como candidato a presidente, el acto de presentación como candidato a presidente de Scioli, la mano de la vicepresidenta Cristina Fernández a la hora de mover las fichas, y todas las conjeturas que se hicieron en torno de estos movimientos.

La debacle de la presentación de la lista oficial arrancó apenas se dio a conocer. No por Wado, a quien se le puede criticar su poder para captar votos y el conocimiento que puede tener el electorado sobre él, pero no el crecimiento que tuvo y su tremendo arraigo al kirchnerismo, lo que, a la hora de pensar en un armado ideado por Cristina, sumaba muchos puntos.

Lo que está claro es que -dentro del "proyecto"- Wado sube muchísimos escalones en la consideración. Soñó de verdad con la presidencia, y por cuestiones que nada tienen que ver con él lo despertaron de un cachetazo. El ministro del Interior tendrá seguramente un lugar importante en un posible futuro gobierno de UP.

Reacción inmediata

El gran problema se generó con Juan Manzur. Hasta hace nada fue funcional al presidente Alberto Fernández, y apenas sonó su nombre desde el kirchnerismo más duro, sobre todo, las críticas no cesaron. Ahí, ya algo no estaba bien; había algo roto.

Incluso, habían comenzado a aparecer videos de Wado ya como candidato a presidente. Pero de Manzur ni novedades. El ruido también llegó desde el massismo. Había un disgusto personal por parte del ministro al verse fuera de la competencia, cuando él se veía adentro, pero además supo aprovechar la hendija que vio que se abría ante las críticas al tucumano.

Era momento de volver a atacar y ofrecer una alternativa. Y no lo hizo solo, ya que lo acompañó un grupo de gobernadores liderados por el santiagueño Gerardo Zamora, uno de los puntales en este "operativo subirse a la fórmula".

Al 22 de junio también habrá que borrarlo del almanaque porque la fórmula Wado-Manzur representaba un nuevo empujón hacia el ostrasismo para el presidente Alberto Fernández. Wado jamás tuvo cercanía con el ex Jefe de Gabinete, y Manzur, aliado hasta hace poco, apareció abrazado a varios funcionarios kirchneristas tras las elecciones en Tucumán. Peor panorama para Fernández no podía haber, por lo que se seguía agarrando de la postulación de Scioli.

Hoy el presidente, al menos, se puede colgar la medalla de que "puso" en la fórmula a un hombre con el que tiene cierta afinidad como Rossi. En medio del descrédito que viene sumando el mandatario, es algo.

Y por si fuera poco, Alberto también logró el compromiso de que le dejen discutir algunos de los puestos de las listas (en Capital y Provincia de Buenos Aires). Para hacer ese movimiento también hubo que hacer un sacrificio. Scioli, que había mostrado una postura firme ante los intentos feroces por bajarlo -desde Máximo Kirchner hasta gobernadores hicieron el intento más de una vez-, y ya con un acto como precandidato presidencial sobre el lomo de golpe se cayó de la primera plana de la boleta. Horas antes seguía prometiendo que no había forma de bajarlo.

Era el otro candidato de Fernández, pero hubo que sacrificarlo para que pudiera estar Rossi, el otro hombre del presidente. Scioli de todos modos no se quedará con las manos vacías. Entiende a la perfección el toma y daca de la política, y sabe que algo se llevará en caso de que UP sea Gobierno.

Lo que también termina de quedar claro con esta fórmula es que el kirchnerismo puro no estará representado en la marquesina central de la boleta.

Ya con Cristina fuera de juego por decisión propia, jamás se encontró un nombre que pudiera ir a competir con supuestas chances de ganar. Lo que no se esperaba es que no hubiera "un k puro", más allá de que Rossi tiene cercanía importante con el cristinismo.

Al menos en la previa, la fórmula Massa-Rossi aparece como más amable para el electorado general que el binomio Wado-Manzur. ¿Es el ideal del kirchnerismo más arraigado? Claramente no, pero es una opción permite pensar en mejores chances electorales. Las urnas dirán luego si la idea fue suficiente o no para que gane UP.

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Comentarios

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  • ELL

    eduardo lucesole lucesole

    24/06/23

    Las formulas con alguna posibilidad de llegar al poder ..hoy por hoy ..solo aseguran sangre sudor y lagrimas para la clase media,los jubilados y los pobres en tanto que el poder económico monopolico seguirá disfrutando de una cada vez mayor apropiación del ingreso

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