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Las palancas que le quedan a Caputo para reactivar son crédito y blanqueo

La película de julio empieza a tener nuevos datos. Aunque la recaudación tributaria no reflejó un buen desempeño de los impuestos vinculados al consumo, hay indicadores que revelan que al menos la economía encontró un piso algo más sólido.

La construcción es uno de los sectores que logró un repunte contra el mes anterior, al crecer 2,7% en junio con relación a mayo. La perspectiva es que el rebote se repita también en julio, una posibilidad que ya anticipa el mayor despacho de cemento al mercado interno.

Luis Caputo

¿Puede ampliarse este contexto a otros sectores, en particular a la industria, o la recuperación seguirá a paso lento? Los analistas aseguran que el Gobierno tiene que asegurarse una palanca que le permita levantar el nivel de actividad, y que mientras la vida útil del cepo cambiario sea extendida a la espera de una recomposición de reservas, la inversión no va a cumplir ese rol.

La apuesta oficial tiene una doble combinación: la baja del costo crediticio y el blanqueo. El equipo económico pagó un costo cuando aceleró la reducción de las tasas de referencia a 40% anual. Fue la causa del rebote del dólar y ese paso estiró el proceso desinflacionario. Pero una vez que avanzó con el desarme de los pases pasivos y los bancos tuvieron que hacerse cargo de gestionar su liquidez, la oferta de préstamos mejoró. Los datos del BCRA muestran un incremento de los préstamos a individuos y un mayor uso de las tarjetas de crédito. Desde el 26 de julio, crecieron $ 1,5 billones.

El blanqueo también puede funcionar como palanca, aunque es más difícil de direccionar. Regularizar menos de u$s 100.000 no tiene costo, y tampoco hay penalidad si la cantidad es mayor pero se la deja en una cuenta especial hasta diciembre de 2025. Lo que aportará es un mayor fondeo para financiar a las personas y a las empresas.

Ahora, todas estas apuestas tienen un grado de probabilidad anotado en el margen, pero pocas certezas. Por eso persiste la volatilidad. Es lo que sucede, como reseñó Mario Blejer este fin de semana, cuando hay elementos sobre los que uno no tiene control.

Javier Milei y Luis Caputo quieren que no haya dudas sobre la continuidad del ajuste fiscal y la baja de la inflación. El resto de las variables deberían acompañar. Pero eso no sucederá hasta que haya dólares en las reservas del BCRA que calmen los pronósticos más duros y los inversores despejen sus temores sobre el repago de la deuda. Con la inflación del mes en la mano, esta semana el mercado sabrá si la película de julio avanza a mayor velocidad o no.

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