

El problema de la inflación no es responsabilidad de un funcionario, sino de todo un gobierno. Lo que más le cuesta hoy a Alberto Fernández es hacer que todos los socios de la coalición gobernante asuman este punto de vista. Porque encauzar los números no depende solo del ministro de Economía, así como ordenar los precios tampoco es una tarea excluyente del secretario de Comercio. Hay que tener un objetivo claro y un alineamiento firme de todos los ministros y secretarios para tratar de bajar los componentes impositivos, fiscales, financieros y políticos del costo argentino. Por eso la tarea más difícil le corresponde al Presidente, ya que en definitiva es quien tiene que fijar ese norte y ejercer el liderazgo interno para alcanzarlo.
Alberto es consciente de ese rol, y por eso ha respaldado a Martín Guzmán cada vez que se agitan las aguas de la interna. Desde el primer día, el primer mandatario se impuso el rol de abogado de la política económica, y su tarea en ese sentido siempre fue tratar de consensuar los pasos que fue dando con Cristina Kirchner y su hijo Máximo. El acuerdo con el FMI amplió esas diferencias a puntos casi sin retorno. Pero el Presidente sabe que un cambio de ministro no le va a generar un resultado muy distinto, porque dinámica de las decisiones económicas va a continuar siendo la misma. Los límites que hoy enfrenta su gobierno los pone la realidad, no un economista, con lo cual un ministro con otra fortaleza y experiencia (al estilo de lo que fueron en el pasado Domingo Cavallo o Roberto Lavagna) difícilmente funcionaría en el FdT.
Agustín Rossi, el ex ministro de Defensa que retornó al círculo de consejeros de Alberto Fernández, salió en las últimas horas a dar declaraciones de apoyo a la tarea de Guzmán. Pero también lo emplazó para que ponga la cara frente a la mala noticia de la inflación de marzo, que el Indec revelerá esta semana. "El ministro no puede quedarse de brazos cruzados a la espera del índice de inflación; tiene que salir a decir 'vamos a tener este problema' y dar un horizonte. No se puede ser mudo en el marco de la política", remarcó el santafesino.
Feletti tenía razón cuando dijo que la inflación se resuelve con política económica. Rossi también acertó en su pedido de explicar lo que se está haciendo. Aunque quien tiene que escuchar este mensaje no es Guzmán, sino el jefe de Estado.
El conflicto en Ucrania hizo subir un escalón la inflación, pero está lejos de ser su responsable. Hay dramas ambientales como la sequía y los incendios en Corrientes que afectan la oferta y el precio de productos frescos. Pero como la guerra, tienen impacto estacional. Lo que más pesa, a la larga, es el costo argentino. Hay componentes cambiarios, financieros, tributarios, legales y laborales que solo se resuelven con gestión, discutiendo con fundamento. La política económica funciona cuando todo tiene un mismo rumbo.














