La Argentina dio muestras de que el escenario que se plantearon los economistas hasta hace un par de meses quedó definitivamente archivado en un cajón.

Ya no solo hay puesto en las elecciones legislativas un mojón clave en el camino del proyecto libertario para proyectar lo que vendrá. No se trata únicamente de llegar al 26 de octubre próximo para determinar el futuro del plan económico.

El deterioro político que experimenta el oficialismo alimentó la incertidumbre en el mercado, la cual desembocó en una urgencia financiera de tal magnitud que hoy la meta es superar, siquiera, las próximas tres ruedas cambiarias sin tener que acudir al Banco Central para defender el techo de la banda.

Llegar con las frágiles reservas a resguardo hasta la cumbre que el presidente Javier Milei mantendrá con su par estadounidense Donald Trump, el próximo martes en el Salón Oval de la Casa Blanca, de manera de preservar para ese momento el anuncio del paquete de ayuda que el ministro de Economía, Luis Caputo, negocia con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent.

Pero la misión no es nada simple. Con el objetivo de mantener la "paz cambiaria", el equipo que Caputo dejó en la Argentina le hizo caso al ministro, que había adelantado estar dispuesto a utilizar "hasta el último dólar" para defender el esquema de bandas cambiarias. Por eso, para atender la demanda del mercado, el Tesoro apeló a casi la totalidad de los 2200 millones de dólares que obtuvo de la liquidación del campo en el breve lapso de las retenciones cero.

"Ya diste mucho. Te quedaste sin cartas", graficó el economista Martín Polo. Será por eso que Caputo ahora busca que Bessent le habilite la "green card" a la Argentina, la carta de los dólares en forma de derechos especiales de giro (DEG) que Estados Unidos tiene en el Fondo Monetario Internacional, luego de habilitar el swap de u$s 20.000 millones -aún no activado- y comprar pesos en el mercado argentino..

Sin embargo, ahí radica el otro gran inconveniente que se agudiza cada vez más para la Casa Rosada. El Tesoro y el FMI le recomendaron recuperar gobernabilidad para poder mejorar expectativas y darle sustentabilidad al plan. Sin aliados, las reformas que espera el mercado no podrán avanzar cualquiera sea el resultado electoral.

La propia Kristalina Georgieva remarcó la necesidad de acompañamiento. Pero más allá de algunas reuniones con gobernadores afines y con el ex presidente Mauricio Macri, poco avanzó el oficialismo en ese camino, como quedó demostrado durante la última sesión del Congreso.

El cambio la ley de los decretos de necesidad y urgencia dejaría a Milei más expuesto. Aún con el regreso al Senado y si avanzara con un nuevo veto, hoy no tiene el poder legislativo para defenderlo. Resolver los problemas de gobernabilidad debería ser la prioridad para la gestión libertaria. Sin ello, cualquier ayuda financiera resultará insuficiente.