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Mayra Arena saltó a la escena pública hace cinco años. En marzo de 2018 publicó en Facebook la carta "El beneficio de ser pobres". Relataba su crianza en un barrio de emergencia, la vida desde la que, justamente, emergió. Ese posteo hoy cuenta con 89 mil likes y 12 mil comentarios, entre los que siempre cae alguno nuevo, de quienes van descubriendo el texto.

Allí hablaba de su mamá y marcaba una diferencia que cada día que pasa se vuelve más importante: "No es lo mismo ser marginal que ser pobre". "El mundo es de un color distinto", dice. "Cuando sos pobre sentís, sabés, la gente te dice constantemente que si te esforzás mucho vas a salir adelante. Mi vieja es marginal, no espera nada del mundo. Sabe, siente, percibe que el mundo es de los otros. Tiene una capacidad cognitiva bajísima y tiene mal aspecto: la gente no le dice nada y si le dijeran, no entiende", completa.

A los cinco meses de ese grito al mundo dio una charla TEDx en Bahía Blanca titulada "Qué tienen los pobres en la cabeza". El video ya pasa los 5,5 millones de reproducciones y tiene más de 11 mil comentarios.

En ese escenario otra vez volvió con la diferencia entre "pobreza esporádica" y "pobreza estructural". Explicó el rol de la violencia en los márgenes como una forma de hacerse respetar; el intento de ascender socialmente a través de la compra de zapatillas de marca; la falta de ritmo laboral de jóvenes criados en hogares donde el padre y la madre nunca trabajaron y también subrayó que las familias más pobres tienen muchos hijos porque "es lo único que pueden tener".

Estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Tres de Febrero, desde aquel 2018 irrumpió en los medios de comunicación y no paró de dar entrevistas en un mundo de periodistas y comunicadores de clase media y alta que nos volvemos locos cuando parece que nos asomamos a la marginalidad sin dejar la comodidad de Palermo. Su capacidad para hablar y generar empatía la transformaron en una referente.

Hoy, en 2023, "Arena" es el nombre de su flamante consultora. La armó hace poco, el día en que una compañía le pidió que capacitara al personal que iba a participar de la apertura de una sucursal en un barrio popular.

Durante una nota este fin de semana en el programa Opinión Pública, por Canal 9, pintó un paisaje del momento económico y social de la Argentina que es el telón de fondo de su emprendimiento profesional: "Como la pobreza ha mutado, cambió mucho el tipo de mercado. La plata la tienen los que eran estructuralmente pobres y la clase media está con salarios deprimidos. Tengo clientes bastante grandes y me dedico a eso".

Multinacionales de consumo que lanzan productos para "hinchar la carne picada". Supermercados que arman bandejas con dos milanesas. Promociones en carnicerías con bolsitas de alitas de pollo. Productos más chicos para tratar de que exista algún alimento comprable aún con un solo billete de mil.

Servicios de TV por cable que permiten suscribirse por horas. Empresas de medicina privada que ofrecen servicios mínimos por un cuarto de una cuota tradicional, en modo low cost. Medidores de luz prepagos con los que se carga un tiempo determinado para tener electricidad. Basta con empezar a mirar detalles en cámara lenta para ver en la vida real el deterioro social del que hablan las estadísticas. Y Mayra Arena.

Gobierne quien gobierne desde el 10 de diciembre se supone que no quedará otra que intentar poner freno a la aceleración inflacionaria de un país sin dólares y sin moneda y para ello habrá que aplicar, más a la derecha o a la izquierda (?) un plan de estabilización. Un intento con medidas conjuntas de tratar de salir de un estancamiento con aumento de precios hace una década y de un tembladeral financiero de más de un lustro.

Se debaten el nivel de recorte del gasto público, el posible régimen monetario, la velocidad para remover las restricciones sobre las divisas y cuántos impuestos sacarle al comercio exterior. En definitiva, se discute con altos niveles de exposiciones teóricas el rol del Estado en términos generales en la economía.

Por resumirlo en eslóganes, vamos de si vendrá el "plan motosierra" con figuras de la Universidad del CEMA o el "shock" con respaldo de la Fundación Mediterránea, en un revival de los think tanks que dominaron los noventa. Es una incógnita en tanto qué tipo de política aplicaría la actual conducción económica en caso de continuar en 2024, aunque no pareciera que pudieran seguir con el programa "vamos viendo" como hasta ahora porque ningún parche rinde más de una semana. También deberían ir a un intento estabilizador.

Entonces, se impone una pregunta: ¿cuánto condiciona el empobrecimiento sostenido de la población, con el marco que describe Mayra, la puesta en marcha de un programa que puede incluir otro salto del dólar, ajuste fiscal o actualización de tarifas, entre otras medidas con costo social?

Los planes de estabilización

Ricardo Delgado, desde Analytica, advierte: "La inflación hay que bajarla como sea, pero también hay que decir que los dos planes que fueron más o menos exitosos como el Austral en los 80 y la Convertibilidad en los 90 arrancaron con niveles de pobreza, de pasivo social, muy inferiores a los que va a arrancar el gobierno que viene".

Martín Rapetti, que junto con Gabriel Palazzo y Joaquín Waldman acaban de publicar un paper que analiza 46 planes de estabilización en 13 países de América latina aplicados entre 1970 y 2020, agrega ante la consulta de este diario: "Bajar la inflación requiere que la macroeconomía esté ordenada. Eso significa que el déficit fiscal sea bajo y esté en proceso de ir al equilibrio. Lo mismo pasa con las cuentas externas".

"El tipo de cambio no puede estar atrasado; tampoco las tarifas de servicios públicos. En definitiva,la estabilización presupone un ajuste previo que corrija los desequilibrios. Pero esos ajustes, que en un Excel son fácil de calcular, luego tienen que pasar el filtro de lo que es tolerable para la sociedad. Si el desequilibrio es grande o la situación social es frágil, entonces la estabilización puede fracasar".

Con este panorama, el consenso de los técnicos habla de buscar "ingeniería política", de que hace falta un líder que explique pero que también entienda el marco de la crisis.

Para decirlo lindo: que concite la empatía popular.

Es decir, el próximo Ministro/a de Economía tal vez tenga que llamar a la consultora "Arena".