

Estamos a poco de comenzar el 25° Congreso Nacional de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas, que se llevará a cabo los días 4 y 5 de septiembre en el Centro de Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires.
La economía argentina nos tiene acostumbrados a atravesar desafíos que impiden cualquier certeza, especialmente en la cercanía de procesos electorales, cuando la política y la incertidumbre pesan más de lo habitual sobre la marcha económica. Sin embargo, pocos imaginaban hace apenas dos meses que se llegaría al complejo escenario actual.
Es un momento tenso desde lo político y desafiante desde lo económico. Tras meses de fuerte ajuste fiscal y monetario, la inflación se ubica en niveles muy inferiores a los de 2024. No obstante, el costo de esa estabilización ya impacta con fuerza en la economía real: consumo retraído, crédito en retroceso, aumento de la morosidad, caída industrial y salarios debilitados en su poder adquisitivo. Todo ello se profundizó a partir de la volatilidad en las tasas de interés registrada desde el 10 de julio, cuando el Gobierno eliminó las LEFI (Letras Fiscales de Liquidez del Tesoro).
La disciplina fiscal y monetaria fue condición necesaria para contener la inflación, pero resulta insuficiente para reactivar la economía y menos aún para garantizar un crecimiento equilibrado a nivel federal. Sin crédito, sin competitividad, con ingresos en baja y sin inversiones, la expansión sostenida parece lejana más allá de los avances logrados. El gran desafío oficial es estabilizar la macro sin asfixiar la micro.

Las reformas estructurales -especialmente en materia tributaria y laboral- se presentan como imprescindibles para alcanzar una competitividad duradera que no dependa de ajustes cambiarios periódicos. Pero también serán necesarias mejoras en infraestructura, logística y financiamiento que permitan a la industria argentina competir en el mercado global y atraer inversión extranjera directa capaz de generar empleo y valor agregado local.
El presente y el futuro inmediato, en especial tras las elecciones de medio término, pondrán a prueba tanto a los responsables de la política económica como a la dirigencia en general en su capacidad de construir consensos. También exigirán respuestas de empresarios y sus asesores frente a los desafíos de corto, mediano y largo plazo.
En ese marco, los profesionales en Ciencias Económicas cumplen un rol central en todas las etapas: planificación, gestión, control, análisis de coyuntura, proyección de escenarios y búsqueda de financiamiento, entre otros.
Por eso, el Congreso, bajo el lema "Del presente al futuro: herramientas y visiones para el profesional", abordará temas esenciales como la reforma fiscal, el futuro del trabajo, la digitalización de procesos, Inteligencia artificial, mercado de capitales, nuevos impulsores del crecimiento, estrategias fiscales de gobiernos subnacionales y la necesidad de nuevas competencias para responder a una economía en constante transformación.













