Alberto vs. Cristina: una interna caliente y el riesgo de un peronismo sin representación
Ayer a la noche se volvieron a juntar, en Ensenada, con el intendente Mario Secco como anfitrión, la plana mayor del kirchnerismo camporista, tal cual lo vienen haciendo desde hace más de un mes, para planificar, entre otras cosas, la realización de un gran acto en Avellaneda en recordación del 40 aniversario del triunfo de Héctor Cámpora en 1973.
"¿Y nosotros qué hacemos... Esperamos cuarenta días y festejamos el día que renunció?" comentaba un operador muy cercano al ala dura del nonato albertismo que claramente no tienen nada que ver con ninguna de las iniciativas políticas surgidas desde el riñón de Máximo Kirchner.
El tema de la proscripción también fue puesto en el debate esta semana por Julio De Vido, quien en un reportaje radial comparó la situación actual de Cristina Fernández de Kirchner con la del ex presidente. Irónico, el ex ministro de Infraestructura y Obras Públicas, recordaba que Perón había movido cielo y tierra para generar el movimiento que se dio para terminar siendo presidente en 1973, justamente, sacando del poder a Cámpora.
De Vido trazó el paralelo entre aquella situación hasta la actual de tal manera que casi hace ver a los que hoy reclaman el fin de la "proscripción" de CFK como unos manifestantes que solo se quedan en la queja.
En cuanto al encuentro de Ensenada, del que participan Máximo Kirchner, Wado De Pedro, Andrés "El Cuervo" Larroque y todos los jefes de las agrupaciones alineadas directamente con el Instituto Patria, nadie quedó sin criticar al presidente Alberto Fernández, a quien no saben más de qué manera tratarlo y tienen la certeza que quiere provocar la derrota no solo del peronismo, sino la desaparición del kirchnerismo que le dio el poder.
Cada vez con más fuerza los kirchneristas camporistas sostienen que la única en condiciones de representar a todo ese conglomerado político es Cristina y que el resto de los aliados deberá elegir entre seguirla o volver a intentar una salida que los deja en franca minoría.
"Ellos condicionan, van más allá de los límites, pero acá nos necesitamos todos, porque sino, nadie gana nada", reflexionaba un intendente que intentó entender la dinámica camporista hasta ahora sin éxito. Es que nuevamente los seguidores de la vicepresidenta tienen razón en algo fundamental. Sin Ella el peronismo se encuentra no solo huérfano de candidatos, sino de representación que lo sustente en el tiempo. "¿Quién será Massa, Scioli, Alberto los que defiendan el proyecto nacional?" se preguntan.
A pesar de estas críticas, sólo la furia y la bronca está reservada para el actual presidente de la Nación. Luego de muchos años le reconocen al actual ministro de Economía "ser una persona con decisión, tanto para pelearnos como para acordar. Y agarró el ministerio cuando todo se iba a la m...". En tanto sobre Daniel Scioli no opinan que tengan la misma temple pero le reconocen la perseverancia y que nunca los traicionó. Dicho esto, jamás los tendrán como referentes ni candidatos salvo que la vicepresidenta se los pida.
Pero, para tranquilidad de los seguidores de la actual vicepresidenta, Alberto Fernández no puede ni siquiera contener a quienes quieren ayudarlo. Así parece luego de que se escuchara de uno de los lados del teléfono el tenso diálogo que mantuvieron dos ministros fundadores del nonato albertismo el día en que se juntó la mesa de acción política de la calle Matheu, sede del PJ nacional.
La charla, que no llegó a debate, iba entre los ruegos de un lado para que acepte participar de la reunión que se iba a dar a la noche y la negativa del otro funcionario. "Estuvimos juntos todos estos días, nos juntamos varios, ni nos dijo nada. Ahora que no diga que se olvidó de invitarme", escucharon del otro lado, que aceptó la postura de su ofuscado par de gabinete casi como un canciller.
Cada vez menos juntos, ni una foto de familia se pueden sacar
Mientras que el intendente de Rosario, Pablo Javkin, reclamaba a los gritos lo que viene pidiendo desde el mismo momento en que asumió, que haya una virtual intervención federal en materia de seguridad por lo menos en su ciudad, producto de la nueva amenaza narco, en este caso contra el supermercado de la familia de Antonela Rocuzzo, la esposa de Lionel Messi, la oposición seguía opinando sobre los dichos del presidente Alberto Fernández y otros agarraban el avión para irse a la Fiesta de la Vendimia.
Ni siquiera se percataron que, casi al mediodía, Aníbal Fernández volvió a hacer una "anibalada" y reconoció que se había perdido el partido que se libraba contra el narcotráfico. En ese momento, un concejal de General San Martín, Andrés Petrillo, empezó a proponer una foto para hablar de lo que pasaba en el distrito, donde también los narcos amenazan y le recomiendan a la gente no salir de sus casas, como sucedió el fin de semana con la villa 9 de Julio, ubicada en el límite de Billinghurst y Villa Ballester.
Petrillo le mandó un mensaje de WhatsApp a su competidor interno, Santiago López Medrano. Aún está esperando que le conteste. Lo mismo sucedió en todos los órdenes. Quienes no estaban en Buenos Aires, porque viajaron a la Fiesta de la Vendimia, es decir, joda, buenas bodegas, concurso de belleza y rosca política, querían evitar darle "algo que los agrupe a los del PRO", como reconocieron en las cercanías de un importantísimo dirigente radical.
Todos los dirigentes de la oposición salieron con comunicados, tuits y hasta viajaron a Rosario para solidarizarse con Pablo Javkin quien sabe, que la semana próxima, estará más solo que Pinochet en Cuba.
En la tarde de ayer, el propio Gerardo Morales presentó su mesa bonaerense para lanzar su candidatura presidencial, con el acompañamiento in situ del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, el diputado nacional Miguel Bazze y el compromiso público de Daniel Salvador, más la plana mayor de Evolución en la Provincia de Buenos Aires, con Dania Tavella y Pablo Dominichini ahí presentes.
Esta foto reorganiza la trama interna del radicalismo provincial. Máxi Abad tiene como aliados permanentes a los intendentes del interior y también a Dominichini y a su antecesor, Daniel Salvador. Justamente Abad y Salvador fueron los principales animadores para que Facundo Manes se animara a Dar el Paso hace tres años cuando disputaron la interna contra Evolución y Posse.
Quizás recordando aquel momento en el que decidió meterse de lleno en la política partidaria luego de muchos amagues anteriores fue que Manes volvió a dar otro paso y se animó a ir a verlo a Mauricio Macri, por sugerencia, dicen, de uno de sus aliados principales en el territorio que sabe que sin ese gesto su campaña terminaría de sucumbir.
A diferencia de lo que creían ambos, la charla fue más que amena, encontraron muchos puntos en común y sobre todo quedaron de acuerdo en que estarán enfrente de donde se ubique Morales, con quien el ex presidente solía coincidir mucho cuando uno era presidente y el otro gobernador.
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