Profundizar la diversidad de género para ganar en competitividad industrial

Lograr una mayor presencia femenina entre los mandos medios y altos corporativos, no se trata solamente de una cuestión de equidad de género sino también de un factor imprescindible para mejorar la productividad y competitividad empresarial, principalmente en el sector industrial.

La diversidad de género está directa y proporcionalmente conectada con la competitividad. Aquellas compañías que cuentan con un mayor porcentaje de mujeres en posiciones de liderazgo presentan mejores resultados. General Motors Company, Nissan México y Duke Energy, son solo algunos de los ejemplos que lo confirman.

No obstante, la brecha de género aún es amplia. Una situación a contramano de los beneficios que se ha probado aporta la presencia femenina en todos los niveles de decisión. De todos modos y pese a la desigualdad de género presente en prácticamente todo el abanico empresarial, y en particular en el sector industrial, la problemática ya está visibilizada y siendo analizada por la mayoría de las organizaciones.

En este sentido, vale destacar que en los últimos 4 años, solo el 20% del total de incorporaciones que se realizaron a partir de los procesos de reclutamiento que gestionamos desde NUMAN para diversos clientes industriales, fueron mujeres. Aunque debemos remarcar que nuestro foco de expertise en las áreas de Ingeniería, Supply Chain y Ventas Técnicas, tradicionalmente el universo femenino es mucho menor que el masculino. Sin embargo, la tendencia comienza a revertirse con mucha contundencia, ya que en el transcurso de 2019 y hasta la fecha, el 30% del total de incorporaciones fueron profesionales mujeres.

Paulatina pero progresivamente, a partir del interés de las compañías por mejorar su productividad y competitividad, y de la evolución que está experimentando la conciencia de inclusión en la coyuntura social actual, los niveles de igualdad y equidad de género entre hombres y mujeres están mejorando y la temática comienza a formar parte permanente en la agenda de todos los departamentos de Recursos Humanos corporativos.

Entre las medidas que las empresas industriales hoy están implementando para lograr una mayor diversidad de género en sus operaciones, se destacan las siguientes:

  • Incorporación femenina a las ternas en los procesos de selección de planta.
  • Otorgar beneficios extras a las mujeres para facilitar su mayor inclusión, como la extensión de la licencia de maternidad, guardería paga por 2 años y el retorno progresivo al trabajo (soft landing), incluyendo la posibilidad de incorporar en ese proceso el home office.
  • Mejorar las medidas ergonómicas para poder contar con más mujeres en los ámbitos de producción.
  • Aceptar las distintas inclinaciones sexuales que existan en el piso de planta, fomentando la comprensión de una diversidad de género, que actualmente va más allá de los géneros femenino y masculino.

Sin embargo, todavía están pendientes de impulsarse o profundizarse dos cuestiones centrales:

  • Mayor presencia de mujeres entre los mandos altos y medios, teniendo en cuenta que la visión y capacidad gerencial del género femenino son especialmente necesarias, tanto en momentos de bajas expectativas económicas, como de reconversión productiva y profesional.
  • Equiparación salarial en todos los niveles. En este sentido, un comunicado de CAME destaca que si se tiene en cuenta que las mujeres deciden el 65% del gasto de la familia, por lo que contar con esta mirada en las empresas puede ser decisivo.

Si bien quedan muchos desafíos por resolverse, las políticas corporativas orientadas al desarrollo de la diversidad están generando resultados que vale la pena destacar:

  • Mejoran sustancialmente el ambiente laboral
  • Aportan diferentes puntos de vista
  • Incrementan el compromiso hacia la compañía
  • Elevan la productividad.
  • Mejoran la competitividad.

Para afianzar la diversidad corporativa es importante que en los procesos de reclutamiento, se informe a los candidatos sobre las políticas que tiene cada empresa en relación a cuestiones de género, edad, raza, discapacidad o condición física, orientación sexual, religión, nacionalidad y aspectos generacionales; identificando también cuál es la visión de cada candidato en relación a estas cuestiones.

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