Pobreza: un diagnóstico, tres propuestas

Cada vez que se comunican las cifras de pobreza que elabora el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA surge el debate y hacemos foco en el diagnóstico. La situación social actual amerita propuestas y medidas urgentes.

Hay que hacer tres cosas ya: decretar la emergencia alimentaria, generar empleo y un plan masivo de créditos.

Lo que marca el informe es que hay 6 millones de personas que tienen riesgo de hambre en la Argentina. Por eso hay que declarar la emergencia alimentaria, volcar recursos a comedores escolares y comunitarios, bajar los impuestos de los productos de la canasta básica y promover más oferta en las góndolas. Porque si siguen subiendo los alimentos, va a seguir subiendo la pobreza.

De todas las dimensiones de la pobreza, la más crítica es la alimentaria: lo educativo, la vivienda, los servicios básicos son indispensables, pero si uno no se alimenta no hay nada que pueda hacer. Nadie que no pueda comer está en condiciones de estudiar, trabajar, pensar.

Como segundo punto hay que generar empleo. Cuando se para la actividad económica, como ocurrió, se desacomodan las familias. Por eso es indispensable mover el mercado interno y apuntalar las cadenas productivas de mano de obra intensiva, como la textil, el comercio, la construcción o la metalmecánica.

Puede que haya sectores a los que le vaya bien en la actualidad, como la soja, la minería o el sector financiero. Pueden tener rentabilidad, pero eso no se traduce en trabajo y estamos ante el riesgo grande de que crezca la economía y crezca la pobreza. Por eso hay que cambiar la orientación económica, mirar el mercado interno y el consumo como eje y no la inversión externa que, hasta acá, es algo muy eventual en Argentina.

En paralelo, el Estado debe fomentar la obra pública de pico y pala, que es el empleo masivo y posible hoy en Argentina: la construcción de veredas, núcleos húmedos y viviendas sociales, que demandan mucha mano de obra y que le de trabajo a pibes sin secundaria completa.

Y lo tercero es revertir el grave problema de sobreendeudamiento que tienen miles de familias. Como no les alcanza el dinero, toman cuotas y préstamos a tasas por demás usurarias para tapar agujeros. Hay que hacer un sistema de créditos no bancarios a tasas muy bajas para el grueso de la gente que no llega al banco y que puedan compensar las deudas que tienen hoy y para que puedan comprar bienes y herramientas para trabajar.

Esas tres cosas, emergencia alimentaria, generación de empleo y crédito no bancario, marcarían un piso a la crisis. Por supuesto que hay que hacer muchas cosas más, pero tendríamos una base de arranque fundamental.

La pobreza en los próximos años no va a tener que ver con lo que haga el ministerio de Desarrollo Social sino con lo que haga el ministerio de Trabajo y la Secretaría de Comercio, cuánto cuide el empleo, cuánto cuide la industria textil, cuánto cree trabajo para los jóvenes, cuánto se controle la cadena de precios de nuestro país.

La tarea Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) es muy importante porque mide la pobreza desde varios aspectos. Pero la cuestión alimentaria y los ingresos son las claves centrales. Estamos frente a un crecimiento muy fuerte de los alimentos, un menor ingreso de las familias y una notoria baja en el consumo, en espacial de lácteos y carnes. Ahí es donde hay que poner el acento. Y actuar de inmediato.

 

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