CRONISTA POR UN D A

Fracasos en las democracias y el regreso del antisemitismo

Era previsible y se venía observando desde hace algunos años. La crisis fenomenal del 2007 y la falta de respuestas de los regímenes democráticos a los requerimientos de la población generarían rabia, desamparo y odio al "otro", al extraño, al distinto. Un instinto colectivo que viene de los tiempos de las cavernas. El proceso se da en toda Europa y en algunas regiones de Estados Unidos , lo cual lleva a algunos intelectuales a hablar del nacimiento de un "neofacismo" colectivo desaforado.

No necesariamente los antisemitaazis modernos. Los hay entre los ultranacionalistas. Y en otros ámbitos donde se utiliza el enfrentamiento contra Israel, en favor de la causa palestina. Vuelcan todo en la misma barca.

No distinguen una crítica a fondo contra ciertos pronunciamientos y acciones del gobierno israelí de turno con la tierra de Israel. Y donde integran en el mismo foco de odio a judíos que viven desde hace milenios en distintos países y que no tienen una relación estrecha con Israel.

Hubo, desde fines de la Segunda Guerra, prohibiciones severas contra toda manifestación verbal contra los judíos, pero la tormenta política las ha acallado. El sistema democrático no pudo frenar la incomprensión y un resentimiento con tintes violentos y hasta asesinos.

El interrogante es si este fenómeno se extenderá o no al resto del planeta. Impresiona que el hemisferio norte presencie impotente este fenómeno borrando décadas de comprensión sobre las causas que llevaron al "Holocausto" o si bien el fantasma de la extrema derecha antisemita siempre estuvo presente en la conciencia colectiva de las poblaciones. Nunca desapareció, aunque las apariencias mostraban lo contrario.

Francia fue el centro principal de los ataques antisemitas en la Unión Europea. Las agresiones crecieron un 74 por ciento en el último año, con 311 ataques contra personas, instituciones, cementerios, casas particulares. En una manifestación de los "chalecos amarillos" la semana pasada los participantes encontraron caminando al filósofo y académico Alain Finkielkraut y lo acorralaron a insultos. En videos que están en poder de las fuerzas de seguridad se escuchan insultos muy duros de parte de los agresores: "Asqueroso judío de mierda" , "vas a morir, Dios va a castigarte", más un "Francia somos nosotros". Los llamados"chalecos amarillos" se forjaron como un movimiento anárquico, sin conducción. Pero pasadas varias semanas de agresiones extremas emergieron sus dirigentes vinculados con jefes de movimientos populistas y nacionalistas extremos en Europa.

Es como si el affaire Dreyfus, considerado un militar espía, degradado, definido como "traidor a la patria" que motorizó una ola desaforada de antisemitismo en toda Europa a fines del siglo XIX y comienzos del XX no se hubiera cerrado.

Históricamente el caso Dreyfus tuvo un final feliz porque se reconoció su inocencia pero en Francia, en la población y entre intelectuales, se abrió una profunda grieta entre los que tomaron el caso como la "acción maldita de un judío" y los que lo defendieron con criterios humanistas. La Primera Guerra Mundial hizo olvidar la cuestión, pero renació cuando en la década del treinta del siglo pasado el histórico dirigente León Blum fue nombrado presidente del Frente Popular. Fueron numerosos los intelectuales antisemitas que militaron en el fascismo extremo, aplaudieron a los alemanes entrando en París y colaboraron con el régimen de la colaboración con Berlín. Algunos de ellos terminaron mal. Porque fueron ajusticiados por tribunales populares y no ante la justicia en los años de la liberación, entre 1944 y 1945.

Hoy, usar "kipá", pequeña gorra ritual usada por los varones judíos religiosos y caminar por las calles de las grandes ciudades francesas termina en una agresión que no concluye con insultos sino con palizas sangrientas. Todo se traduce en un aumento considerable de la emigración de la comunidad judía francesa a otros sitios del mundo.

En Alemania, donde viven 200.000 judíos, se reconocieron más de 1600 ataques antisemitas en 2018, un 10 por ciento más que en 2017. La Agencia para los Derechos fundamentales de la Unión Europa, una institución respetable poco es lo que puede hacer. Se ha comprobado la presencia de policías armados frente a sinagogas y centros comunitarios.

Para la Agencia se están avasallando los derechos fundamentales sobre los que se construyó la Unión Europea, siguiendo los lineamientos de sus grandes líderes. Pero tampoco resultan sorprendentes los acontecimientos en Alemania cuando una coalición política poderosa es el AfP, de extrema derecha, segundo partido en cantidad de votos en la última elección que terminó desgastando a Angela Merkel.

Fotos y videos mostraron manifestaciones al estilo y con el saludo nazi en toda la región que fue Alemania Oriental, quien estuvo durante décadas dirigida por los comunistas.

Los especialistas han sugerido que esta ola nostálgica se debe al resentimiento contra las instituciones políticas que no pudieron resolver una unificación equilibrada de las dos Alemanias, al caer el Muro. Los alemanes orientales debieron hacer frente a la desocupación, al destrato y marginalidad en el Oeste, a la falta de futuro.

Durante los últimos años y en crecimiento ahora, en 12 Estados miembros de la Unión Europea, donde los judíos echaron raíces desde hace siglos, el 35% ha tenido en cuenta como proyecto la emigración.

En los Estados Unidos algunos sondeos indican que el antisemitismo ha crecido casi un 50% especialmente en Estados con alto grado de desocupación y sin perspectivas de mejora en el corto plazo.

Debe recordarse que en la década del treinta, junto con la toma del poder de los nazis en Alemania, salieron a la palestra con diatribas antisemitas fulminantes figuras destacadas en el mundo del establishment norteamericano. Henry Ford fue condecorado por Hitler por su acción personal y literaria antisemita. Lo acompañaron en el pensamiento destacados empresarios.

Charles Lindberg, el as de la aviación, también se jugó activamente por el hitlerismo, de la misma manera que lo hicieron algunos representantes de las Iglesias existentes en el país. Esta realidad inspiró al escritor Philip Roth a escribir su libro " La Conjura contra América" donde advierte acerca de la posibilidad de que en las elecciones de 1940 Charles Lindberg hubiera sido elegido presidente, ganándole a Franklin D. Roosevelt.

Todo estos hechos sucedieron en una década de zozobra, desorientación, caos y falta de esperanza, tras la inmensa crisis bursátil de 1929. Parecía que se hubiera muerto el capitalismo con las altas tasas de hambre, desocupación, de suicidios, emigraciones masivas dentro del país buscando una salvación y de fábricas paradas. Todo volvió a la normalidad con la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, en 1941, después del ataque japonés a Pearl Harbor y la inmediata declaración de guerra que le hiciera llegar Hitler a la Casa Blanca. Los hombres que no se vistieron de soldados y las mujeres pusieron en funcionamiento un aparato de producción de elementos bélicos de todo tipo que fue admirable.

Este lunes se canceló la reunión entre Israel y cuatro naciones centroeuropeas, conocida como el grupo Visegrad después que Polonia se retirara de la conferencia en protesta por los comentarios del papel de su país en el Holocausto . Ocurre que el primer ministro de Israel, el derechista Benjamín Netanyahu, volvió a afirmar que hubo polacos que colaboraron con los nazis en la matanza de judíos. Polonia rechazó esta afirmación.Lo único cierto es que en la acusación de Netanyahu hay algo de verdad, de la misma manera que se puede decir que fueron los patriotas polacos los que proveyeron de armas a los rebeldes del guetto judío de Varsovia que se enfrentaron a los alemanes por casi cuatro semanas. Y que muchos judíos pelearon junto con los polacos en la lucha contra el invasor en 1944, creyendo que serían socorridos por el Ejército Rojo, que no hizo nada para salvar a los desesperados rebeldes.

Los acontecimientos de la actualidad obedecen a una caída de los mecanismos de defensa de las democracias. Las poblaciones han perdido la fe en ellas, las aflicciones las sobrepasan. Pero el resultado es que estamos ante un gran peligro.

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