

Fue una mañana con puesta en escena, preparada para la gran foto, y en toda puesta en escena los gestos valen doble. Bajo los árboles del Jardín Botánico, Mauricio Macri, dio una señal para tener cuenta: tras la pose general de todos sus ministros, el presidente electo se quedó a hablar con los periodistas junto a la vicepresidenta Gabriela Michetti, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la designada canciller, Susana Malcorra.
La relevancia de Peña no es nueva. Ya en la noche del triunfo electoral Macri le había dedicado un especial agradecimiento público, destacando su trabajo en la campaña. Pero fue la primera vez que Macri pudo hacer la presentación en sociedad de Malcorra, recién llegada de Nueva York, y fue claro que el presidente electo buscó marcar con su presencia, como escolta ante la prensa, que la política exterior tendrá en los próximos días un lugar relevante en la agenda del nuevo gobierno.
Mientras Macri y Malcorra hablaban con la gran cantidad de periodistas que se dieron cita hoy en Palermo, el resto de los funcionaros que esperan asumir el 10 de diciembre emprendían una silenciosa retirada hacia las oficinas del Botánico. Una forma, también, de encapsular al menos por unas horas los temas más urticantes en que trabaja el equipo económico y apuntar a otros temas que, en medio de la complicada transición, Macri puede avanzar con juego propio.
Las urgencias son muchas. Este mismo viernes Macri partirá a Brasil para reunirse con Dilma Rousseff y visitará a los empresarios de la Fiesp en San Pablo, para luego viajar a Chile. Las necesidades económicas están incluidas: en el menú de opciones para fortalecer las reservas el macrismo piensa en un préstamo de Brasil.
“Sé que muchos de ustedes estuvieron tratando de comunicarse conmigo, les pido que me den un poquito de aire”, se disculpó Malcorra antes que nada, que en el apuro de asunción aún está terminando de armar su área de prensa.
Un paréntesis sobre Venezuela
Hubo también una señal de Malcorra sobre lo que serán sus primeros pasos en la gestión. Al hablar sobre el caso Venezuela -y sobre la resistencia manifestada por Brasil a aplicarle como sanción a Caracas la claúsula democrática- la futura canciller optó por la cautela.
Si bien el propio Macri mantuvo firme su posición, Malcorra aclaró después que antes de avanzar sobre el tema habrá que ver qué sucede en las elecciones legislativas que enfrentará Maduro el próximo 6 de diciembre.
“Parte del diálogo que tenemos que tener en Brasil es ver cómo van a evolucionar las cosas en los próximos días: hay que ver cuál es el resultado de las elecciones, cómo se reacciona al resultado, y cómo se instaura una transición, si es el caso, de manera democrática”, explicó en su primera aparición en Buenos Aires.
“Hay que evaluar múltiples herramientas, alternativas”, matizó. “Y el principio es el de volver a la centralidad el tema de los derechos humanos, que fue lo manifestado por el presidente electo”.
Con evidente experiencia diplomática agregó: “Desde un principio firme hay que buscar mecanismos de diálogo con el gobierno de Brasil, pero hay que alentar al gobierno de Venezuela a que el domingo todo se maneje con un principio democrático absoluto”.













