Qué museos no podés dejar de visitar en España, Italia, Inglaterra y Francia
Un paseo cultural por Europa incluye la visita a los históricos museos para conocer la obra de algunos de los artistas más icónicos de la Historia
No cabe duda de que Europa es un continente con una extensa historia cultural y, a lo largo de ella, ha acumulado una impresionante conjunción de obras de arte. Con algunos de los museos más importantes del mundo, con colecciones permanentes que reúnen obras de todo el planeta, además de ciudades que son obras en sí mismas. El panorama artístico es a la vez inmutable y continuamente renovado, y vale la pena un repaso por los lugares más importantes para disfrutar de la cultura en el Viejo Continente.
Las Ciudad de las Luces
El Louvre es, sin dudas, uno de los principales museos del mundo. El expalacio real de Francia puede llegar a abrumar con su belleza arquitectónica y sus vastas exposiciones, pero merece al menos unas horas para disfrutar de algunas de las reliquias artísticas más importantes de la Humanidad, como la 'Venus del Milo', la 'Victoria de Samotracia' y 'La Gioconda'. Por supuesto, también vale la pena visitar el Museo d'Orsay, emplazado en lo que fue la Estación de Ferrocarriles de Orleáns. Se trata de un lugar que expone arte desde mitad del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Aquí se podrán ver auténticos pesos pesados del arte como Monet, Degas, Renoir, Van Gogh, Cézanne, Toulouse Lautrec y Delacroix.
La fachada de un edificio neoclásico en Londres esconde otro de los museos más importantes: el British Museum. El edificio de mitad del siglo XVIII, en Great Rusell Street, está adornado con enormes columnas que no dejan de llamar la atención, y adentro se pueden encontrar antigüedades asirias, como el León Alado; egipcias, como la famosa Piedra Roseta (gracias a la cual se descifraron los jeroglíficos del Antiguo Egipto); babilónicas y griegas. Entre las obras del Renacimiento y el Barroco se pueden encontrar firmas como Rubens, Botticelli, Rembrandt, Miguel Ángel y Rafael.
La Milla de Oro es el nombre del conjunto de los museos Del Prado, Reina Sofía y Thyssen Bornemisza, en Madrid, a lo largo del Paseo del Prado. Al menos los dos primeros son indispensables para quien esté en la ciudad. El Prado está celebrando su bicentenario en 2019, y cuenta con una valiosa selección de piezas del arte europeo a partir de la Edad Media y hasta el siglo XIX. En su colección permanente se distinguen obras de Rafael, Fra Angélico, El Bosco, Pedro Rivera, Velázquez, Goya, El Greco y Durero, entre otros grandes artistas. El otro museo infaltable, el Reina Sofía, se erige como un ícono del arte moderno, con obras de los españoles Picasso Dalí, Miró y Juan Gris, además de extranjeros como Max Ernst, Tanguy, Magritte y Newman
Por supuesto que Italia no puede faltar en ningún viaje que tenga al arte como eje, y quizás la ciudad más representativa sea Florencia. Toda la ciudad es una gran obra de arte a cielo abierto, pero además aquí se encuentra la Galería de los Uffizi, un museo alojado en un magnífico edificio construido a mitad del siglo XVI para albergar las oficinas administrativas de la República. Cuenta con 45 salas, entre las que hay algunas pinturas y esculturas que son de las más trascendentes de la historia, creadas entre los siglos XIII y XVIII. Por sólo nombrar algunas de sus obras, podemos mencionar 'El nacimiento de Venus', de Botticelli; 'La sagrada familia', de Miguel Ángel; 'La adoración de los magos', de Leonardo da Vinci, así como esculturas y obras romanas y griegas.
Otra maravilla del arte mundial es La Galería de la Academia (Galleria dell'Accademia), uno de los museos básicos de Florencia, dedicado a escultura y pintura. Se encuentra en la Via Ricasoli 60, cerca del Convento de San Marcos. Fue fundada en 1563, y la colección se formó en 1784 para ofrecer material de estudio a los estudiantes de dibujo. En 1873, se trasladó la estatua de 'David' desde la Plaza de la Señoría. Allí, la sala más destacada seguramente sea la galería de Miguel Ángel, donde se encuentran cuatro prisioneros (prigioni) esculpidos entre 1521 y 1523 y destinados a la tumba de Julio II. Las obras, sin terminar, sorprenden al visitante porque de la piedra pesada parecen intentar salir, hercúleas, las figuras inacabadas. Un esbozo de 'San Mateo' y una 'Pietá', también inacabada (y con obra de algún otro artista también) preceden al gigantesco 'David'.
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