En esta noticia

El reloj biológico humano influye en diversos aspectos de la salud, incluyendo la decisión acerca de cuál es la mejor hora del día para comer. Recientes investigaciones científicas cuestionan los patrones alimentarios actuales y proponen un enfoque que se alinea con los ritmos naturales del organismo.

Los estudios sobre el ritmo circadiano y su relación con la alimentación han revelado que, contrariamente a las tendencias modernas de comer por la noche, el cuerpo humano podría estar mejor preparado para procesar alimentos durante otros periodos del día.

La opinión de la ciencia: ¿cuál es el mejor horario del día para comer?


La ciencia reveló que, a pesar de nuestra tendencia natural a comer por la noche, esto podría no ser lo más beneficioso para nuestrasalud alimenticia. Los estudios sugieren que existe una discrepancia entre nuestros deseos alimentarios y nuestro ritmo circadiano.

De acuerdo al portal National Geographic, si bien este patrón pudo ser ventajoso para nuestros ancestros, en la actualidad puede resultar contraproducente.

En tiempos ancestrales, cuando la disponibilidad de alimentos era incierta, el cuerpo humano habría desarrollado un sistema para almacenar energía.

En la actualidad, con el acceso constante a la comida, este mecanismo de almacenamiento ya no resulta necesario. Por eso, los científicos recomiendan hacer un esfuerzo consciente para superar estos impulsos antiguos.

Sugieren adoptar un patrón de alimentación que favorezca:

  • Ingestas más abundantes por la mañana.

  • Ingestas más ligeras por la tarde y noche, en línea con nuestro reloj biológico.

Los investigadores sostienen que ajustar nuestros horarios de comida a nuestro ritmo circadiano podría tener efectos positivos significativos en nuestra salud a largo plazo.

Ritmo circadiano:¿qué es y por qué es importante en nuestra alimentación?


De acuerdo al libro Qué comer y cuándo: Un plan estratégico para mejorar tu salud y tu vida a través de la alimentación, el ritmo circadiano juega un papel fundamental en nuestra alimentación, aunque muchas veces actuemos en contra de sus dictados. Este "reloj interno" regula diversas funciones biológicas, incluyendo nuestros patrones de hambre y la forma en que procesamos los alimentos.

La insulina, hormona clave en el metabolismo de los alimentos, sigue un ciclo circadiano. Estudios científicos con mamíferos revelaron que la sensibilidad a esta hormona es mayor durante las fases de actividad.

El momento en que comemos influye significativamente en los niveles de glucosa en sangre. En humanos, esto se traduce en una mejor respuesta a la insulina durante el día, cuando estamos despiertos y nuestros músculos requieren más energía.

Se ha observado que consumir la misma comida por la mañana o por la noche produce diferentes respuestas glucémicas, siendo más elevada por la tarde.

Estas diferencias sugieren que nuestro organismo está preparado para procesar alimentos en horarios específicos. Comer fuera de estos momentos óptimos puede tener consecuencias negativas:

  • Una investigación sobre pérdida de peso encontró que las personas que almorzaban más temprano perdían más kilos que quienes lo hacían más tarde.

  • Otro trabajo reveló que quienes comían más tarde quemaban menos energía que los que se alimentaban antes.

Estos hallazgos subrayan la importancia de sincronizar nuestros hábitos alimentarios con nuestro ritmo circadiano para optimizar la salud y el manejo del peso.