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La dieta del huevo duro ha ganado popularidad por prometer una rápida pérdida de peso, con la promesa de reducir hasta 10 kilos en muy poco tiempo.
Sin embargo, la especialistaRocío del Pozo, que se desempeña como dietista-nutricionista en el Consultorio Médico Los Ángeles de Madrid, advierte que, a pesar de incluir alimentos saludables, esta dieta carece de equilibrio y no es recomendada desde el punto de vista de la salud.
Los peligros de hacer la dieta del huevo duro
La dieta del huevo duro, a pesar de su promesa de pérdida rápida de peso, presenta múltiples riesgos que superan con creces sus posibles beneficios.
Este régimen se basa en el consumo exclusivo de huevos cocidos y algunos alimentos muy bajos en calorías, lo que lleva a una ingesta energética insuficiente para las necesidades diarias de una persona adulta.
Un huevo contiene aproximadamente 75 calorías, lo que, al multiplicarse por cuatro unidades al día, no cubre ni de cerca las 1500 a 3000 calorías recomendadas.
El principal peligro de esta dieta radica en su falta de equilibrio nutricional. Al excluir grupos alimenticios importantes como los cereales, se corre el riesgo de desarrollar deficiencias nutricionales.
La ausencia de variedad en la dieta puede llevar a un déficit en vitaminas y minerales cruciales para el funcionamiento óptimo del cuerpo, alejando del organismo los beneficios que tiene este alimento.
Del Pozo advierte que una restricción calórica prolongada puede provocar efectos adversos significativos, como:
- Una disminución de la densidad mineral ósea.
- Problemas en el sistema inmune.
- Sensación constante de agotamiento debido a la insuficiencia energética.
¿Cómo funciona la dieta del huevo duro y cuáles son sus limitaciones?
La dieta del huevo duro se basa en un régimen de restricción calórica extremo.
Fue propuesto por Arielle Chandler en 2018, una persona que se autodenomina nutricionista, pero que no tiene estudios formales en nutrición, según cuentan en We Life.
Esta dieta consiste en consumir al menos 4 huevos duros al día, distribuidos en desayuno, comida y cena, siempre acompañados de alimentos ricos en proteínas y bajos en carbohidratos.
Sin embargo, tiene riesgos y limitaciones que incluyen:
- Con una ingesta muy baja en calorías, la dieta no cubre las necesidades diarias mínimas, lo que puede provocar fatiga y debilidad.
- La eliminación de cereales, frutas ricas en calorías, y alimentos procesados lleva a una falta de nutrientes esenciales.
- La restricción calórica extrema puede afectar la densidad ósea y el sistema inmune, generando problemas a largo plazo.
- Aunque se promueve como saciante, la dieta puede no proporcionar los nutrientes necesarios para mantener la salud y el bienestar general.
"La restricción calórica prolongada puede tener efectos muy nocivos para el organismo, como un descenso de la densidad mineral ósea o defectos en el funcionamiento del sistema inmune", advierte Del Pozo.
