Paul Hobbs: el 'Steve Jobs' del vino que apostó por el malbec argentino

El winemaker posicionó a la cepa de bandera argentina en los Estados Unidos. Asesora a más de 30 bodegas en todo el mundo. En Mendoza creó Viña Cobos hace 20 años. Ahora dice que el futuro es el chardonnay.

Nacido en Nueva York, pero consagrado en el Napa Valley californiano, el reconocido winemaker y consultor independiente Paul Hobbs, responsable del posicionamiento del malbec argentino en los Estados Unidos, visitó recientemente Buenos Aires para conmemorar los 20 años de Viña Cobos, emprendimiento enológico de alta gama que fundó en tierras mendocinas y se convirtió en referente a nivel internacional.

Hobbs se graduó de Notre Dame con un título en Química en 1975, luego realizó en UC Davis su máster en Viticultura y Enología. Más tarde se convertiría en uno de los enólogos que hicieron famoso a Napa Valley y sus vinos del Nuevo Mundo. En 1988, llegó a Mendoza y se enamoró del paisaje y sus tierras. Hoy asesora a más de 30 bodegas en Chile, España, Canadá, Francia, Uruguay y Hungría. Es propietario de Paul Hobbs Winery y Crossbarn, en California; Viña Cobos, en la Argentina; Crocus, en Francia y Yacoubian-Hobbs en Armenia.

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

30 years ago in Argentina; 10 years later Viña Cobos would harvest its first vintage. #vinacobos20years #argentinewine @vina.cobos

Una publicación compartida por Paul Hobbs Wines (@paulhobbswines) el 3 de Ene de 2019 a las 4:51 PST

 

Siendo uno de los winemakers más cotizados del mundo, ¿qué representan estos 20 años de apuesta por el vino argentino?

Si miro hacia atrás, confieso que he vivido una experiencia extraordinaria. A pesar de haber transitado un comienzo difícil, complejo, he tenido buena suerte. Me siento un gran afortunado. En estos 20 años sobreviví al cambio del dólar, a las inestabilidades económicas y a las vicisitudes políticas. Los primeros cuatro años fueron muy duros, además, pues sufrimos los efectos climáticos del Niño y la Niña. Finalmente, a partir de 2002, todo cambió y mejoró para siempre.

¿A quiénes les debés tu desembarco en el país?

A Andrea Marchiori y Luis Barraud, dos fenómenos. Sin ellos, no hubiese nacido Viña Cobos. Juntos, creamos este hermoso proyecto en Mendoza, en 1997. Sabía que quería trabajar en la Argentina, pero necesitaba socios. Pensaba en gente joven, que estuviese muy interesada en hacer algo de máxima calidad. Finalmente, me topé con esta fantástica pareja de enólogos, con los que cerré un joint venture. Primero, trabajamos juntos en Kunde Estate Winery, California, donde realizamos la vendimia, y luego le dimos rienda suelta a nuestro emprendimiento aquí. Recuerdo que fue un año durísimo, signado por la mala situación económica del país y un clima desastroso: perdimos toda nuestra inversión. Sentía que todo conspiraba contra nosotros. Me preguntaron si quería continuar con la propuesta. Les dije que sí pues, literalmente, no teníamos nada que perder. A partir de allí, el timón del barco se enderezó para siempre y empezamos a escribir una historia maravillosa.

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

One from the archives...the early days working in Mendoza. #argentina #wine #viñacobos #malbec

Una publicación compartida por Paul Hobbs Wines (@paulhobbswines) el 4 de Sep de 2018 a las 9:11 PDT

 

Tras el complejo comienzo, sorteado con éxito, Hobbs se puso una meta fija, entre ceja y ceja: hacer un malbec a la altura de los grandes productores y despertar el interés local e internacional. Lo logró con la cosecha inaugural de Cobos Malbec. Hoy, Paul Hobbs viaja por todo el mundo y elabora vinos también en los Estados Unidos, Hungría, Chile y Armenia. En 2016 cambió de socios cuando el matrimonio Marchiori Barraud decidió vender su 50 % al grupo Molinos (Pérez Companc) por u$s 12,1 millones. “Desde entonces, estoy al frente de toda la enología. Es mi área, mi sector, mi mayor virtud .

¿Qué diferencias encontrás entre aquel malbec de 1999 y el actual?

Siento que estamos redescubriendo el malbec que, lógicamente, es mucho mejor que hace 20 años. Hemos sido constantes a la hora de proteger su calidad, conocer nuevos terruños y regiones, y descubrir cómo estos factores han influido sobre la cepa. Siempre aposté al malbec y me siento un privilegiado por haberlo introducido en los Estados Unidos y otros países. El resultado fue óptimo: tuve una gran recepción en cada una de las latitudes en que lo he difundido. Por supuesto, no todo ha sido color de rosas. Hace unos 6 años sufrió una gran crisis por haberse popularizado demasiado en los Estados Unidos. La relación precio-calidad empezó a ser desfavorable y el malbec entró en una curva descendente. Ahora recupera su imagen positiva, pues el consumidor se da cuenta que mantenemos la calidad y proponemos nuevas apelaciones.

Desde el inicio pusiste mucho énfasis en el chardonnay y el cabernet sauvignon. ¿Son las variedades con más futuro en la Argentina?

El cabernet sauvignon simboliza nuestra gran oportunidad de mostrarle al mundo entero que se da muy bien en estos pagos. Asimismo, tenemos excelentes condiciones para llegar muy lejos con el chardonnay, que hasta puede ser más importante que el malbec.

¿Cuál ha sido tu estrategia para posicionar el vino argentino en los Estados Unidos?

Hace 20 años no había redes sociales, ni la cantidad de información que hoy manejamos. Por ello, me acerqué a los personajes clave de la industria vitivinícola estadounidense: hablé del malbec con Robert Parker, lo di a conocer en Wine Spectator, Wine Advocate y a periodistas con influencia en el trade y el consumidor. Les gustó mucho lo que hacía en la Argentina, probaron y, luego, escribieron maravillas.

¿Qué falta para que seamos una gran potencia vitivinícola?

¡Comparándonos con Francia, nos falta mucho recorrido! (risas). La respuesta está, desde mi óptica, en los millennials. Pienso permanentemente en los consumidores del futuro. Me pregunto, día a día, quiénes serán los futuros paladares. La certeza que tengo es que las nuevas generaciones buscan experiencias con el vino: quieren probar, descubrir regiones y tener vivencias auténticas. Ya no necesitan un Robert Parker o un gran crítico de vinos que los asesore. Esto representa una gran oportunidad para la Argentina. Los turistas quieren venir a disfrutar la ‘experiencia del vino argentino’ y descubrir nuevos lugares. Sin embargo, la economía y la política deben ser estables.

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Cada lote, identificado individualmente durante la vendimia, pasa por la mirada exhaustiva de Paul, nuestros enólogos y agrónomos, y miembros del equipo comercial. Durante estas degustaciones, se redescubre el potencial del #viñedo y se diseñan las sutilezas enológicas a través de las cuales, ese potencial, llegará a su máxima expresión. Es en este ambiente de grandes expectativas, pasión y trabajo en #equipo, en donde se definen la personalidad y características que cada #vino mostrará al mundo. . Paul with the winemaking, vineyard and sales teams taste through each individual lot of wine, where they rediscover the voice of each #vineyard and determine the final blend for our vineyard designated wines. It is in this environment of collaboration and dedication that we define the #unique personality that the #wine will show the world. . #20thanniversary #paulhobbs #viñacobos #vinacobos

Una publicación compartida por Viña Cobos (@vina.cobos) el 18 de Jul de 2019 a las 5:27 PDT

 

 

La revista Forbes USA te calificó como “el Steve Jobs del vino . ¿Qué tenés en común con el creador de Apple?

En términos de innovación y exploración, es una enorme responsabilidad. Me resulta una definición excitante. Sin embargo, Steve Jobs fue un jefe muy duro: lo sé por allegados que han trabajado con él y no la pasaron nada bien. Yo no soy así: me gusta la calidez a la hora del trato con el otro. Por ello, sólo me identifico con el desarrollo y el progreso.

 

 

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