Sólo con cita previa: cómo es la muestra erótica de Antonio Berni

A sus 75 años, el artista se enamoró de una abogada de 40 que posó desnuda para él pero no le correspondió su amor. Ocultas durante décadas, se exhiben cartas y collages de alto tono erótico que se podrán ver sólo con cita previa. 

Meses antes de morir Antonio Berni (1905-1981) se había enamorado. Tenía más de 75 años cuando lo deslumbró una mujer de 40. El consagradísimo artista apeló al arte para intentar conquistarla. No fue suficiente. Treinta y seis años después salen a la luz una serie de trabajos y cartas que le dedicó a su enamorada. La particularidad de esta muestra: son obras de alto tono erótico cuya dueña autorizó que sean exhibidas solo con cita previa, en visitas de 20 minutos, de a una persona a la vez y con la estricta prohibición de fotografías.

En la Galería Jacques Martínez el pesado paño negro separa el ingreso a la muestra del resto del lugar. La tela no solo delimita espacios, sino que separa el mundo racional del pasional, la realidad y el juego. Afuera, Antonio Berni y una mujer de la que no se conoce su verdadero nombre; adentro, Antón Pirulero, como se bautizó el mismo artista tomando una rima infantil, y Graciela Amor, como nombró a su pasión. Cruzar el umbral es convertirse en voyerista de esa relación y, quizás, identificarse con pasajes de la propia vida sentimental.

En su escritorio Clara Martínez, directora de la galería, desentraña los pormenores de la muestra para Clase Ejecutiva. Sabe que la receta Berni + erotismo + trabajos nunca vistos puede tener como resultado “un boom , pero no quiere que esta exhibición sea tratada así. “Al principio fuimos muy despacio. Graciela estaba con mucha angustia porque es un material de ella. La primera gran ficha que nos cayó fue que lo importante era que habían aparecido dos nuevos personajes de Berni. Todo lo que es anécdota personal quedó en un segundo plano , relata.

La mujer, de la que se sabía de su existencia a partir de la biografía “Los ojos que escribió el periodista Fernando García, acercó a la galería los trabajos en marzo pasado. “El objetivo de esta muestra ha sido preservar el material. Nos parecía que mostrándolo era la mejor manera porque entonces así existe , explica Martínez. Pero Graciela pidió preservar un poco su intimidad, al fin y al cabo es su historia también, y por ello se optó por un sistema de turnos. Pese a que la muestra se inaugura el próximo 31 de julio las tres primeras semanas ya fueron reservadas.

Un libro y un amor

Apenas se ingresa a la sala el dibujo de una mujer de rulos y pelo corto capta la atención. Está parada en el medio de una habitación, vestida con ropa interior, una camisa y tacos. Los ojos redondos, grandes y el paisaje porteño con reminiscencias metafísicas que se cuela por la ventana delatan la mano de Berni. Es un trabajo realizado casi a escala humana que contrasta con lo íntimo de la joya de la muestra: un libro cuyas hojas blancas fueron llenadas por el artista con dibujos y collages dedicados a Graciela Amor y por donde se cuela el erotismo en todas sus páginas.

En los meses previos a su muerte –falleció el 13 de octubre de 1981- Berni dejó testimonio de su enamoramiento en cartas donde se mezcla la melancolía, el amor, y la nostalgia. A la par, llenaba el libro de hojas blancas con trabajos para Graciela. En una vitrina está el original, abierto en la página donde pintó con acuarelas a su amada desnuda en una cama, con sus medias de nylon por encima de la rodilla y apenas cubierta su sexualidad con una tela.

El resto de los trabajos se exhiben en un video proyectado sobre una de las paredes. Unas manos pasan las hojas por donde asoman dibujos hechos en lápiz y marcadores que pendulan entre lo erótico y lo pornográfico. En uno de ellos una mujer tiene en sus manos la cabeza de Berni. El artista completó la imagen con el texto “Graciela visita el coso. Se lleva la cabeza de él . En otra, dos sujetos (¿acaso mujeres?) practican sexo oral. Más adelante aparece la imagen de un hombre con su miembro sexual entre las manos, recostado sobre la mujer, a punto de penetrarla.

La voz de Graciela leyendo textos de su autoría acompaña al visitante durante la visita. A partir de sus palabras se puede recomponer algo de su historia que prefiere mantener en el anonimato. Se sabe que es abogada, que al momento de conocer a Berni tenía unos 40 años, que posó desnuda para él, que cada vez que ella le pedía que fuesen amigos él le enviaba cartas apasionadas, que entre ellos hay un “juego erótico donde ella, afirma, no piensa darle lo que él le pide, pero que igual se excita. “En el coqueteo la mujer domina , sostiene.

Nuevos personajes

“Te reís de tu propia pasión , dice Graciela e intenta explicar así por qué Berni se crea un alter ego, Antón Pirulero, para jugar con su pasión. “Me dibujas como una mujer deseada por muchos hombres, más importante que Antón , continúa y parece remitir a uno de los collages del libro, donde una fotografía de una joven sentada en la playa junto a un hombre musculoso se mezcla con la frase escrita con marcadores y palabras recortadas de un diario “Graciela en Punta del Este con su Superman sentimental .

Con la creación de Antón Pirulero, sostiene Martínez, “él no solo se desacraliza sino que la transforma a ella en poderosa. Él se sentía un simple hombre, no Berni el artista consagrado .

“Solo y frustrado en la noche de este viernes nostálgico. ¿Qué puedo hacer? Sin alternativa, en la soledad de mi taller, no siento otro impulso que el de escribir a quien es la causa involuntaria de mi aflicción , le escribe Berni en una carta a máquina y fechada el 28 de agosto de 1981. El amor no correspondido impregna todo el ambiente. Desparramadas en una mesa hay copias de las cartas que Graciela conservó durante 36 años y bajo un vidrio están las originales.

“Antonio Berni. Graciela Amor y Antón Pirulero puede visitarse desde el 31 de julio hasta el 1 de septiembre en la galería Jacques Martínez, Av. De Mayo 1130 4to G, con cita previa que debe solicitarse en www.galeriajacquesmartinez.com

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