Fue furor entre las adolescentes de los 80, se fundió en los 90 e intentó regresar: qué pasó con Hendy
La marca de ropa nació en 1969 como una marroquinería y conquistó al público juvenil con los Carolitos.
En los 80 fue la marca de ropa predilecta de las adolescentes y logró conquistar a la gente con los Carolitos, los personajes que protagonizaron varias de sus prendas y surgieron por casualidad. La empresa bajó la persiana con el auge de las importaciones e intentó un regreso triunfal en 2004, pero nunca despegó. Sin embargo, Hendy continúa con vida a la espera de alguien que quiera volver a darle una oportunidad.
El comienzo de la compañía se produjo en 1969 con un local ubicado sobre la calle Rodríguez Peña, en Recoleta. Ahí los hermanos Cordovero (Enrique, Aaron y Horacio, según figura en el INPI) abrieron un comercio donde vendían chalecos de gamuza, cinturones y otros productos en sintonía con la ola hippie chic.
Los tres fundadores llevaron a su padre, Enrique, para que formara parte del emprendimiento y bautizaron al negocio con su apodo, Henry. No obstante, poco después, se enteraron que el nombre ya estaba registrado y decidieron cambiarlo a Hendy para modificar la mínima cantidad de letras posible.
Un chaleco que se viralizó
El despegue se dio a partir de un chaleco con flecos. Una revista lo fotografió y, aún lejos de la época de redes sociales, el producto se viralizó con el boca a boca.
La popularidad los llevó a sumar metros cuadrados y también otras marcas. Por caso, incorporaron productos de Via Vai, la etiqueta de un joven Alan Faena. "Empezamos a vender unos jeans a medida que hacía un amigo nuestro apodado ‘el francés' y que usaban todos lo chetos de Buenos Aires. A partir de ahí nos fuimos haciendo conocidos en serio", le contó Enrique Cordovero, uno de los hermanos fundadores, a Iprofesional.
A su vez, los Cordovero implementaron algunas técnicas de marketing poco convencionales. En sus locales armaban shows de música y magia, también llevaban heladeros para que vendan cucuruchos a los clientes y los propios hermanos se movían en patines dentro de las tiendas.
El origen de los Carolitos
Los Carolitos surgieron a principios de los 80 a partir de algunos bocetos de Carola González, parte del equipo de diseño de la marca. Ella había ideado varios modelos que luego se estampaban en las prendas y dentro de su cuaderno había creado estos personajes.
Cuando Cordovero los vio decidió incluirlos en remeras, buzos y otros artículos. A cambio hizo partícipe a González de las ganancias que obtuviera con estos simpáticos personajes rojo y azul. Y los bautizaron en honor a su creadora. Los Carolitos aparecieron en cartucheras, agendas, cuadernos y tazas, protagonizaron historias y luego se volvieron la estrella de las vidrieras de Hendy. Según le contó el emprendedor a La Nación en 2022, la firma llegó a facturar u$s 1,2 millón por mes.
Regreso con sabor amargo
Sin embargo, con los 90 llegó la crisis de la compañía. Era una marca que apuntaba a un público ABC1 y la producción nacional se volvió más costosa. Las deudas y los juicios la llevaron a la convocatoria de acreedores y a cerrar todos sus locales.
Después de más de una década, en 2004 volvió al ruedo con una sucursal sobre Rodríguez Peña, donde había iniciado su camino 35 años antes. Para este regreso, los nuevos dueños se asociaron con Josefina Cordovero, parte de la tercera generación.
El proyecto prometía llegar a los 250 locales entre propios y multimarca para 2005. En aquella época otras marcas también habían ensayado un regreso, como John L. Cook, Osh Kosh y Vitamina.
Pero Hendy no volvió a vivir el mismo auge que en los 80. Su último local, en Villa Devoto, pasó a llamarse Henry antes de cerrar definitivamente en 2019. A pesar del último resultado, Cordovero mantiene el optimismo de ver triunfar de nuevo a la marca que creó hace más de 50 años: "Hendy está ahí, stand by. Siempre estoy abierto a que vengan y me digan que quieren armar algo".
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