El invento argentino que creó un húngaro y lo usa todo el mundo: ¿quién es el dueño de la birome hoy?
Lászlo Biró ideó la esferográfica en su Budapest natal, pero logró que su proyecto despegara en Argentina. La historia detrás de un útil infaltable en todos los hogares del mundo.
Todos la usamos en algún momento y es casi imposible que no haya una en la mayoría de los hogares. Es más, seguramente mientras lees este artículo puedas divisar un ejemplar cerca de la computadora, el celular o la tablet. Se volvió moneda corriente y su nombre, a pesar de en realidad ser una marca, se fusionó con el objeto y ahora resulta hasta poco natural llamarla de otra manera. Además, podría decirse, es un invento argentino. La birome nació hace más de ocho décadas en la mente de un inventor húngaro que llegó al país para hacer realidad su sueño.
Lászlo Biró nació en 1899 en Budapest, Hungría. A pesar de haber nacido en una familia de médicos y, en algún punto, haber meditado continuar con este legado, pesó más su curiosidad. Para saciar este impulso se dedicó a la creación de diversos productos, además de ejercer como periodista en una revista en la que escribía sus columnas.
Durante su carrera logró colgarse la cucarda de varios inventos que hoy en día son muy utilizados por todo el mundo, como el lavarropas automático, la bolilla del desodorante o la caja de cambios automática. Sin embargo, ninguna revolucionó tanto la vida cotidiana como la esferográfica, más conocida por su marca. Y para esto Biró encontró un problema y una solución mientras trabajaba en sus artículos periodísticos.
La invención de la birome
En aquella época para escribir utilizaba una pluma de tinta con punta, pero siempre tenía el mismo problema: las manchas. Luego de varios incidentes y frustraciones, Biró decidió hacer algo al respecto para eliminar este inconveniente. Se inspiró en las rotativas que utilizaban los medios impresos, ahí la tinta se secaba rápidamente con los rodillos impregnando al instante el papel. Con eso en la cabeza comenzó a delinear la birome.
Biró desechó la punta del plumín y en su lugar colocó una pequeña esfera de metal en una de las puntas del tubo. Esta giraría y, por la gravedad, la tinta fluiría hacia el papel secándose en segundos. A su vez, la esfera permitiría que la pluma no se trabara a diferencia de lo que sucedía con la versión que solía utilizar. Trabajó en su nuevo invento junto a su hermano Georg y en 1938 lo patentó para empezar a comercializarlo. No obstante, la guerra complicó sus planes.
El ascenso del nazismo dificultó la producción y el proyecto quedó en stand by hasta que un encuentro fortuito en 1939 cambió el rumbo del emprendimiento. "Mi papá estaba en un hotel de una playa de Yugoslavia cuando se le acerca un hombre fascinado por cómo escribía con el bolígrafo. Le da una tarjeta y le dice que contara con su apoyo si alguna vez venía a la Argentina", contó Mariana Biró, hija de Lászlo, en diálogo con Infobae en 2019. Se trataba del general Agustín Pedro Justo, quien fue presidente de la Nación hasta 1938. Y agregó: "Papá la guarda sin prestar atención. Pensó que 'Agustín P. Justo, presidente' era alguien que comandaba una empresa".
¿Creación argentina?
Para 1940 un grupo inversor le propuso a Biró llevar la producción de su invento a la Argentina. Ahí entró en juego su contacto con Justo, quien le consiguió las visas necesarias a él, su hermano y su socio y amigo, Juan Jorge Meyne. Así fue como llegaron a suelo argentino y crearon la Compañía Sudamericana Biró-Meyne. Finalmente en 1943 presentaron en sociedad la Birome, cuyo nombre provenía de las primeras letras de los apellidos de los socios.
"Nuevo útil para escribir: la Stratopen Birome. Una nueva palabra para definirlo: esferográfica. Automática y escribe con tinta" detallaban los anuncios de la época. Al principio muchos no la compraban por su precio. Creía que al ser tan barata entonces no sería de buena calidad. Pero pronto esto cambió y la birome despegó. El propio Biró protagonizó varios spots de televisión en el que presentaba su invento.
Quién es el dueño de la marca hoy
En 1944 le vendió la patente a Eversharp Faber en los Estados Unidos por u$s 2 millones e hizo lo mismo en Europa con Bic en los 50. El inventor no abandonó su creatividad y continuó trabajando en nuevos proyectos hasta su fallecimiento en 1985. Su hija creó la Fundación Biró en 1999 con la intención de promover el trabajo de los inventores en el país.
La birome, como marca, pasó por varias manos, según consta en los registros del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI). Eversharp Faber le vendió su negocio de escritura a Parker en 1957 y esta firma fue adquirida por Gilette en 1993. Ocho años después le vendieron esta división a Newell Rubermaid, dueña de la marca Berol, por más de u$s 500 millones. A partir de 2016 se reestructuró bajo el nombre Newell Brands con un portfolio en el que figuraban Sharpie, Parker y Liquid Paper. El registro de la marca "birome" no volvió a ser renovado desde 2018.
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