Son argentinos y crearon una solución para que las empresas tengan control total de sus gastos
Kuru es la primera plataforma del país que le facilita a las empresas y organizaciones el control de sus fondos y la gestión de transacciones.
No es una tarjeta de crédito, de débito, ni una billetera virtual: es una plataforma integral y personalizada que busca gestionar de manera eficiente fondos corporativos y gubernamentales mediante tarjetas prepagas.
Con una inversión inicial de U$S 500.000, Cristian Adamo, Juan Pablo Picasso, Gisela Belazio y Luis Ariel Peralta Aliano, desarrollaron Kuru, una plataforma dirigida a empresas privadas y entidades públicas.
"Tanto las empresas privadas, como las entidades públicas destinan anualmente entre 200 y 400 horas en procesos administrativos relacionados con la verificación y auditoría de comprobantes de gastos que realizan los colaboradores", explica Cristian Adamo, CEO de KURU, sobre el porqué del lanzamiento de la startup.
"KURU es una plataforma que tiene su propia tarjeta prepaga corporativa y permite, tanto a empresas, como a entidades públicas, crear ‘reglas de aprobación' para restringir el gasto antes de que éste suceda. Los fondos de las entidades y corporaciones solo pueden ser utilizados para los fines autorizados por las personas autorizadas. La persona que designa la institución configura en tiempo real dónde se puede gastar, en qué rubros, qué días, comercios, horarios, monto, frecuencias, entre otras variables y, de esa manera, logra minimizar el tiempo de control y de auditoría", sostiene Ariel Peralta Aliano, CPO (Chief Product Officer) de KURU.
Estos fondos se pueden utilizar, por ejemplo, para gastos corporativos como viajes, almuerzos, combustible, viáticos, gastos en el exterior, beneficios como guardería, gastos de internet, supermercado, y gobierno, es decir, ayuda alimentaria y social, fondos fijos, ayuda escolar.
El desarrollo de la plataforma se hizo en tan solo cuatro meses y, como menciona Alano, "con muchos atajos". Uno de ellos es que no crearon una aplicación móvil para la plataforma, sino que el cliente recibe todo a través de Whatsapp -ahí el usuario puede acceder a sus tarjetas, verificar saldos, recibir notificaciones y cargar comprobantes-. "Eso fue una apuesta bastante riesgosa", admite, porque tuvieron que repensar la dinámica de uso de la tarjeta.
"Decidimos no desarrollar una app porque insume tiempo de producción, de aprobación, de descarga por parte de los usuarios. Nosotros lo que dijimos fue ‘si vamos por Whatsapp nos ahorramos todo ese tiempo de desarrollo y la parte de estructura que requiere por parte de un equipo'", dice Aliano. Y agrega que, como ya estaban por cerrar su primera ronda de inversión, debían acelerar los tiempos de implementación porque "el tiempo empieza a correr".
"Pero también queríamos salir rápido para aprender rápido. Para nosotros es mucho más valioso tener un producto incipiente, pero aprender rápido a través del uso de la gente, a tener un producto super robusto pero estar insumiendo recursos durante un año para su desarrollo", cuenta.
La startup es la única en el país que ofrece este tipo de servicio: "No hay otra compañía que resuelva los gastos o los beneficios en las empresas de la manera en la que lo hacemos nosotros. Tenés sustitutos o mecanismos alternativos, pero no tenés mecanismo de rendición integrados a medios de pagos. Encontrás compañías que resuelven parcialmente lo que nosotros tratamos de resolver de manera integral", dice Aliano.
Ahora no están buscando nuevas inversiones. Con el levantamiento de una ronda inicial de 500 mil dólares que les permitió dar vida al proyecto, implementar gastos de setup y desarrollar la estrategia comercial hasta la validación del producto, se encuentran analizando la escalabilidad de la empresa.
"Estamos viendo qué tan rápido podemos crecer: cuántas compañías y a qué velocidad las podemos incorporar. Eso tiene una ventana de tiempo que lo tenemos que lograr con nuestro capital inicial. Eventualmente, una vez que eso esté validado, sí podemos levantar otra ronda de inversión para discusiones más complejas como diversificar el producto o expandirnos a otro mercado", adelanta.
KURU prevé un crecimiento significativo en los próximos meses. Su objetivo es emitir 25.000 tarjetas, procesar 150.000 transacciones hacia fin de año y trabajar junto a unas 70 empresas -actualmente tienen 5 operativas y funcionando, y unas 10 que están en estadio de intercambio de documentación-. Para diciembre de 2025, proyectan tener unas 300 compañías.
"Buscamos empezar a generar rentabilidades a partir de mayo o junio del año que viene. Una vez que podamos demostrar que tenemos escalabilidad, y ciertos indicadores de eficiencia, abriremos nuevas discusiones como la creación de otro producto o la expansión a otro mercado. Aprendimos que si te expandís a cualquier país de Latinoamérica, no necesariamente hay una relación directa entre el tamaño del país y el costo que implica: hay un costo de setup mínimo que tenés que tener en todos lados. Eso, de base, descarta un montón de países porque si lo vas a hacer, lo hacés en lugares que presenten un mayor retorno. Todavía estamos analizando si en vez de expandirnos a Latinoamérica, desembarcamos en Estados Unidos donde hay un mercado bastante allanado", concluye Aliano.