El ritual del té que se hizo negocio

A partir de una tradición familiar, la ingeniera Victoria Bisogno fundó una academia que difunde esta cultura milenaria, con catas y servicios para particulares y empresas. Desarrolló su propia marca de infusiones y acaba de publicar un libro.

Diez años pasaron desde que Victoria Bisogno y su marido fundaron El Club del Té, una organización dedicada a promover esta cultura milenaria a través de una academia de catas, ceremonias y eventos corporativos, que espera cerrar 2018 con una facturación de $ 1,5 millones.

"Mi pasión por el té me impulsó a convidar este amor por esta infusión, por lo que tuvimos la idea de crear una organización cuya misión fuera difundir la cultura del té", comenta Bisogno, presidente de El Club del Té y tea blender, quien acaba de presentar su tercer libro La cata del Té. Cómo usar tus sentidos para disfrutar del té (LID Editorial).

Formada en ingeniería Informática por la Universidad de Buenos Aires, Bisogno, que durante años se desempeñó laboralmente en una multinacional perteneciente al rubro de energía eléctrica, recuerda que, desde pequeña, compartía con su abuela el ritual de tomar té, costumbre que siguió cultivando con el correr de los años en otras situaciones de su vida.

"Entre 2000 y 2005, en mis viajes de trabajo por América latina, África y Europa, me tomaba una semana extra para hacer algún curso relacionado a la infusión o recorría librerías para comprar nuevos libros sobre el té. Para mí era como un ritual para desconectarme del trabajo y reducir el estrés", comenta durante una entrevista con El Cronista Pyme.

Victoria Bisogno
Los primeros pasos

El emprendimiento comenzó a moldearse un día de diciembre de 2008: mientras su marido cocinaba y ella le preparaba un té, se escuchó decir en voz alta: "Cómo me gustaría dedicarme a esto". Él retrucó: "¿Por qué no?". "Fue todo el empujón que necesité. En ese momento surgió la magia", recuerda.

Desde entonces, y tras una inversión inicial de u$s 2000 (ahorros propios), creó Charming Blends, su marca de blends de alta gama, en la que Bisogno elabora todas las mezclas. Unos meses después, nació el Club.

La emprendedora tenía 30 años. "Sentía que tenía que hacer algo que me conectara con el disfrute. El té me permitió conectarme con mi fibra más íntima: mi deseo, mi creatividad y la hermosa herencia que me dejó mi abuela: el amor por el té", confiesa.

El emprendimiento comenzó a moldearse en diciembre de 2008: mientras su marido cocinaba y ella le preparaba un té, se escuchó decir en voz alta: "Cómo me gustaría dedicarme a esto". Él retrucó: "¿Por qué no?". "Fue todo el empujón que necesité. En ese momento surgió la magia", recuerda.

Los primeros tiempos, no obstante, lo manejó más como un hobbie. "Al principio, lo hacía como una gratificación personal. Con el tiempo, tuve que optar por abandonarlo o convertirlo en mi forma de vida. Me jugué por mi pasión. Tuve mucho miedo al principio, pero siempre conté con el apoyo de mi esposo, que siguió trabajando en relación de dependencia hasta que el negocio creció como para que él también se sumara".

Bisogno no tardó en darse cuenta de que estaba frente a un nicho que esperaba a ser explotado: "Faltaba ordenar toda la información que existía en la industria y formalizarla. Allí, definitivamente tenía un mundo de oportunidades, es por eso que decidí escribir mi primer libro Manual del Sommelier de Té, que reúne los principales aspectos técnicos y culturales del té que todo amante de esta infusión necesita conocer para convertirse en un especialista".

Al comienzo el mayor reto fue pasar la etapa de inversión y crecimiento sin tener una ganancia suficiente para reemplazar su anterior sueldo. "Comencé desde cero, no tenía inversionistas ni grandes ahorros para inyectar en el proyecto", señala.

Dejó la ingeniería para dar cursos sobre el té y hoy es reconocida a nivel mundial > https://t.co/hMRQws6vzJ pic.twitter.com/piXK22hANO

— Apertura.com (@AperturaCom) February 2, 2016
Para el mundo

Nacido en Buenos Aires, el emprendimiento encontró la posibilidad de crecer en otros mercados. "Empezamos a brindar nuestros cursos en Madrid, Barcelona y de forma online para el resto del mundo", comenta. Hoy, junto a un equipo de sommeliers, lleva sus actividades a distintas ciudades de la Argentina (Buenos Aires, Córdoba, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia), Chile (Santiago), Brasil (Río de Janeiro y Sao Paulo) y España (Madrid, Barcelona y A Coruña).

Bisogno ofrece cursos de formación básicos y profesionales, como el programa de introducción al té, sommelier de té, tea blender, catador de té y tea master. Los cursos están orientados a amantes del té, emprendedores y profesionales que por desarrollo profesional o por placer deseen especializarse en los distintos aspectos técnicos y culturales de esta bebida milenaria.

Hoy, junto a un equipo de sommeliers, Bisogno lleva sus actividades a distintas ciudades de la Argentina (Buenos Aires, Córdoba, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia), Chile (Santiago), Brasil (Río de Janeiro y Sao Paulo) y España (Madrid, Barcelona y A Coruña).

"Hoy, más de 80 alumnos argentinos han emprendido su propio negocio de té", destaca Bisogno y cuenta que, en actualidad, tiene alumnos en América latina, Estados Unidos, Europa y Oceanía.También, desde el Club del Té realizan catas, talleres sensoriales, viajes a plantaciones de té y eventos corporativos.

En lo que queda de este año, Bisogno estará presentando su nuevo libro en Santiago de Chile (20 de octubre). "En los últimos meses lo presenté en Madrid, Barcelona, Buenos Aires y Montevideo. Además, en noviembre, viajaré a Río de Janeiro para brindar allí mi primer curso de Tea Blender en portugués y presentar la edición en portugués de mi segundo libro La Alquimia del Té".

El Club del Té

Fundación: 2008

Inversión inicial: u$s 2000

Cantidad de empleados: 5

Facturación 2018 (e.): $ 1,5 millón

 

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