La primera Guerra Mundial fue sangrienta, atroz, con luchas cuerpo a cuerpo que marcaron el alma de los europeos. Épocas de las que era necesario evadirse, huir del dolor, de la angustia y del hambre.

Con ese contexto, un grupo de alemanes decidió comenzar de cero lejos de su tierra, con un mar de por medio que los alejara de todo lo que dolía. Y llegaron a la Argentina que llamaba la atención del mundo entero. Llegaron primero a Buenos Aires, luego fueron a Corrientes, donde fundaron Colonia Liebig, y con ella el futuro de yerba Playadito.