El empresario Esteban Nofal, dueño de Celulosa Argentina y uno de los principales acreedores de Vicentin, le anticipó a El Cronista que no apoyará la propuesta que presentaron Molinos Agro y Louis Dreyfus Company (LDC) para quedarse con la cerealera. Las compañías respondieron con un pedido al juzgado que lleva la convocatoria de la cerealera: que se la excluya del cómputo de las mayorías que exige la Ley de Concursos y Quiebras para aprobar el salvataje. Alegaron que el ingreso de Nofal fue posterior a la verificación de créditos, por lo que, legalmente, quedaría fuera de la votación.

Esta mañana, Nofal anticipó a este medio que, hasta el momento, no estuvo en contacto con los autores de la propuesta presentada por la alianza de Molinosy LDC y aseguró que su voto podría ser decisivo para el desenlace del concurso, que ya lleva más de cinco años. "No votaría esa propuesta. Creo que no va a volar; lo único que buscan son las capitas. No pueden homologar sin mi voto y a mí no me llamaron. Yo ya di mi posición", afirmó.

Horas más tarde, Molinos y LDC respondieron con una solicitud que presentaron en la Justicia de Santa Fe. "Se presentó ante el Juzgado interviniente en el concurso de Vicentin una solicitud de exclusión del voto de la acreedora Avir South (controlada indirectamente por CIMA, Grassi y sus abogados) del cómputo de mayorías", expresa el comunicado que enviaron las compañías.

La demanda de las empresas se basa en que "el voto de Avir South no debe contarse a los fines de alcanzar las mayorías requeridas por la ley, pues no se trata de un acreedor original de Vicentin, sino que adquirió sus créditos en forma posterior y en el contexto de una alianza entre Grassi y CIMA Investments, utilizando una estructura financiera y societaria offshore que compromete la transparencia del proceso".

Según la documentación que presentaron Molinos y LDC en la Justicia, "los fondos con los que Avir South adquirió sus créditos (equivalentes al 37% del pasivo computable de Vicentin) provinieron de Soripel S.A., una sociedad uruguaya controlada por Esteban Nofal, presidente de CIMA y apoderado de Avir South. Soripel, a su vez, recibió esos fondos de tres compañías ligadas con la familia Grassi. Entre ellas, Scarlett Sunset Ltd., una sociedad basada en Bahamas, la rosarina Comfi S.A, cuyos directores son socios del estudio jurídico Casanova -que asesora a Grassi-; y de Invergrain Corp. (sociedad de las Islas Vírgenes Británicas), presumiblemente vinculada a CIMA".

"Nuestra presentación busca preservar la transparencia del proceso y garantizar que los acreedores genuinos mantengan el poder y la libertad de decidir entre las propuestas presentadas. No puede permitirse que estructuras indirectas predeterminen el resultado de un concurso de esta magnitud", señalaron Molinos Agro y LDC.

El año pasado, Nofal compró la deuda de la cerealera con los bancos internacionales, por lo que tiene el 40% de la deuda de Vicentin. Según explicó a este medio, la oferta de Molinos y LDC "es una forma de impugnación del cramdown, pareciera que quieren trabar el proceso más que resolverlo". A su juicio, el plan "premia a los acreedores chicos" con el objetivo de sumar cantidad de votos, mientras que "los grandes quedan fuera del radar".

En el esquema que presentaron Molinos Agro y LDC, los acreedores comerciales pequeños recibirían hasta u$s 0,90 por dólar adeudado, mientras que, para los financieros, la propuesta rondaría los u$s 0,40 a pagar en un plazo de diez años, con una tasa del 4% anual. "No me beneficia en nada una tasa del 4% a cobrar en 10 años", resumió Nofal.

El empresario, que mantiene una visión coincidente con el grupo Grassi, otro de los grandes acreedores de Vicentin, explicó que su apuesta siempre fue por "una salida virtuosa" y no por la quiebra. "No compré para que termine en una quiebra en un lapso de dos años", sostuvo.

Nofal considera, además, que Vicentin todavía tiene un enorme potencial de recuperación: "En unos años puede valer u$s 1500 millones y facturar u$s 6000 millones al año. Es una bestia argentina. Vale la pena que subsista".

Molinos Agro y LDC presentaron su propuesta formalmente el viernes pasado. En un comunicado que enviaron a la prensa, la alianza de las compañías aseguró que la propuesta alternativa -la de Grassi- es poco beneficiosa para los acreedores de la compañía que no quieran entregar granos o financiamiento para la reactivación de Vicentin.

En términos generales, la iniciativa de Molinos Agro y LDC contempla un pago inmediato del 80% de la deuda verificada en dólares a los 30 días de homologación judicial, y la posibilidad de alcanzar una recuperación total de hasta el 90% en tres años, con una tasa de interés anual del 4 %, "sin obligar a los productores a entregar mercadería ni financiamiento", asegura el escrito que presentaron en la Justicia de Santa Fe.

En tanto, Commodities presentó su propuesta a principios de septiembre."Los que nos ayuden a retomar la actividad, recuperan todo. Es una sociedad sin acciones", dijo en ese entonces Mariano Grassi a El Cronista, al tiempo que explicó que, para aquellos acreedores que aporten soja u otros granos, el plan contempla recuperos de hasta el 200% del crédito convertido a dólares, mientras que los acreedores que prefieran cobrar en dinero pueden optar por pagos escalonados con quitas, anticipos financieros o capitalización parcial en acciones. El recupero estimado en estos casos va del 9% al 30 por ciento.

El cramdown es la última vida que le queda a Vicentin antes de la quiebra. Esto quiere decir que, de no homologarse una propuesta -independientemente de quién resulte ganadora-, el futuro de la compañía será, como mínimo, oscuro.

Entonces, las próximas fechas clave del concurso serán el 24 y 31 de octubre, respectivamente. Entre esos días, el Juez del concurso, Fabian Lorenzini deberá recibir -y, en caso de así considerarlo- homologar alguna de las propuestas. Podría, no obstante, otorgar algunos días más de prórroga, en caso de que, tanto Commodities, como Molinos y LDC, no logren las mayorías necesarias para obtener el visto bueno de los acreedores.