Este especialista sostiene que la IA abre "múltiples oportunidades" para el mundo del trabajo
Alejandro Melamed sostiene que todas las profesiones están siendo atravesadas por la tecnología y que todas las actividades humanas se pueden ver beneficiadas con su uso
El avance de la tecnología presenta múltiples desafíos para el mundo del trabajo. De hecho, un informe realizado por la consultora Goldman Sachs, vaticinó que la inteligencia artificial destruiría unos 300 millones de puestos laborales en el mundo en los próximos diez años.
Sin embargo, Alejandro Melamed, fundador y CEO de Humanize Consulting, y reconocido conferencista especializado en recursos humanos, cree que más que una amenaza, el escenario actual plantea múltiples oportunidades.
"Todos vamos a tener que ir cambiando permanentemente. Es un proceso constante y permanente, y creo que lo que tenemos que entender es que más que una amenaza es una oportunidad. En las revoluciones industriales se generaron más trabajos que los que se destruyeron", señala.
El especialista dice, además, que hoy se está viviendo una transformación del trabajo como nunca antes. En ese sentido, plantea que modalidades como el home office, que hoy se vive como algo ya natural, eran prácticamente impensadas apenas diez años atrás.
-El mundo del trabajo vivió una transformación acelerada en los últimos tres años, ¿qué cambios creés que llegaron para quedarse?
-Los cambios que llegaron para quedarse habría que distinguirlos en tres planos. El primero está relacionado con el trabajo en sí mismo, la naturaleza del trabajo. Evidentemente hay un montón de actividades vinculadas, desde la tecnología hasta trabajos de empatía, tareas que tienen que ver con la creatividad, con la innovación, con el sentido común, con la conciencia, con la ética y muchos etcéteras, que antes no existían y hoy sí. El segundo plano lo podemos pensar respecto a lo que es el lugar de trabajo. En este sentido, creo que hay múltiples ejemplos de cómo antes se pensaba que uno iba al trabajo y hoy el trabajo viene a uno. Hay por lo menos un 50% de los trabajos que tenemos la posibilidad de hacer tanto en forma remota absoluta como de forma híbrida. Y, obviamente, también apareció la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar del mundo. Por último, creo que podemos hablar de los sistemas colaborativos, los sistemas de gestión, los sistemas laborales en general, que también han sido modificados totalmente. Antes se pensaba que trabajar con otro era estar físicamente al lado del otro y obviamente que esto ha evolucionado. Creo que hay ejemplos y numerosos enfoques en los cuales podemos dar por cierto que el mundo del trabajo ha cambiado y estos cambios han llegado para quedarse.
-El teletrabajo hoy pasó a ser la norma, ¿qué creés que se gana y qué se pierde en estos nuevos esquemas de presencialidad y virtualidad?
-Tanto el mundo de la presencialidad como el mundo de la virtualidad tienen muchísimas ventajas y otros efectos que tal vez no sean tan buenos. Tendríamos que pensar en cada uno de los tipos de trabajo, cuáles son las ventajas y desventajas de cada uno de ellos. Sin embargo, en términos genéricos, podríamos decir que la virtualidad tiene ventajas vinculadas con el ahorro de tiempo, el ahorro de recursos, la posibilidad de dedicarse a otras cosas la posibilidad de incluir a personas que tienen alguna discapacidad física para la movilidad, ya sea constante o puntual, y obviamente la posibilidad de trabajar en cualquier momento. La presencialidad, en tanto, tiene muchas ventajas respecto de los vínculos, la generación de capital social, la posibilidad de generar instantáneamente cualquier tipo de conexión personal. Creo que hay una cuestión de empatía, una cuestión de trabajar con el otro que no existe en la virtualidad. El punto a trabajar es en dónde están las ventajas de ambas modalidades, tratar de capitalizarlas y generar experiencias que sean significativas. Pero hay otro aspecto a tener en cuenta, que es el tema de la generación de cultura y ahí creo que tendríamos que romper los mitos de si es mejor a distancia o presencial. Lo que hay que tener es la creatividad, la innovación como para generar experiencias significativas tanto virtuales como presenciales que puedan impulsar el modelo cultural.
-¿La digitalización y tecnologías como la inteligencia artificial podrían poner en riesgo algunas ocupaciones?
-La inteligencia artificial, la digitalización, las nuevas tecnologías, más que poner en riesgo, algunas ocupaciones, lo que hacen es poner en evidencia que hay muchas ocupaciones que van a transformarse y, de hecho, ya se están transformando de raíz. Más que preocuparnos por las ocupaciones, deberíamos preocuparnos por no incorporar estas tecnologías a las diferentes ocupaciones. Nos hemos dado cuenta que desde médicos hasta docentes todos las pueden utilizar. Todas las profesiones pueden pueden valerse de las tecnologías, que no vienen a reemplazar, sino que vienen a potenciar las diferentes actividades. Todas pueden verse beneficiadas en tanto que se utilicen apropiada y adecuadamente.
-¿Cómo ves el futuro del trabajo?
-Tenemos que entender que el futuro del trabajo va a ir modificándose constante y permanentemente. Hace tan solo 16 años no nos hubiéramos imaginado jamás que el entorno laboral sería como es hoy. Antes de la incorporación de la telefonía celular inteligente nunca habríamos pensado la cantidad de actividades que podían digitalizarse y que podían realizarse directamente a través de una aplicación móvil, desde ir al banco hasta este hacer cualquier otro tipo de actividad, como acceder a mapas o leer un libro. Creo que tenemos que entender que esto va a seguir evolucionando, pero que hay cosas que siempre están reservadas al ser humano y a la conexión, como la empatía, la creatividad, la innovación, la conciencia, la ética, la responsabilidad o el sentido común. Con lo cual, lo que veo es que va a ir modificándose muchísimo, pero preservando para el ser humano aquellas cosas que realmente son críticas y a las que nosotros, como personas, podamos agregar valor mientras permitimos que los robots hagan todas aquellas cosas que sean repetitivas y bajo valor agregado.
-Todos dicen que los trabajos del futuro todavía no se inventaron, ¿cómo se prepara una persona para una tarea que todavía no se puede ni imaginar?
-Definitivamente así como hoy hacemos infinidad de trabajos y de actividades que nunca hubiéramos soñado que iban a existir, hoy cuando uno ve el listado de puestos que se piden vinculados a la inteligencia artificial, a la robótica, a la medicina robótica, a las neurociencias, ve que existe una infinidad de tareas que no existían hace pocos años. Hay muchos trabajos que se van a ir inventando y se dice que dos de cada tres niños que están de escuela primaria van a trabajar de cosas que aún no fueron inventadas. La manera de prepararnos es siendo cada vez más ágiles, siendo cada vez más dinámicos, cada vez más curiosos, cada vez más inquietos. Creo que fundamentalmente lo que tenemos que desarrollar es nuestra capacidad de aprender a aprender rápido. Esa es la clave para este estar mejor adiestrados, mejor entrenados y mejor preparados para capitalizar las oportunidades y abrazar esas nuevas tecnologías que se van generando permanentemente.
-¿Qué pueden hacer los trabajadores que hoy sienten que esta revolución tecnológica se los lleva por delante?
-Yo creo todos tienen que hacer algo, tanto los trabajadores que visualizan que la tecnología se los puede llevar para adelante como aquellos que hoy no son conscientes de que esto puede llegar a suceder. No hay actividad que no esté atravesada por la digitalización, no hay profesión o industria que no haya sido transformada por la tecnología. De hecho, es un fenómeno que ya tiene nombre, se denomina la angustia por los robots. Este es un concepto del MIT y consiste en pensar que la tecnología viene por nosotros, viene por nuestros puestos de trabajo. En lugar de enojarse con esto, hay que amigarse y abrir la cabeza para generar una mentalidad de crecimiento. Hay que pensar que son oportunidades y estar preparados para capitalizarlas. Para eso es necesario tener siempre una actitud de apertura, de crecimiento, de aprendizaje para poder ir hacia adelante. Todos vamos a tener que ir cambiando permanentemente. Es un proceso constante y permanente, y creo que lo que tenemos que entender es que más que una amenaza es una oportunidad. En las revoluciones industriales se generaron más trabajos que los que se destruyeron. Por eso siempre existe esa ventana de oportunidad en cada una de las situaciones de cambio de época como esta que se está generando en este momento.
-En un mundo hipertecnologizado, los que tienen más de 50 pueden sentir que se quedan afuera, ¿cómo se los puede incoporar a los procesos productivos? ¿Qué creés que tienen para aportar?
-Las personas más 50, como las de más 60 y de 70, tienen los conocimientos, la serenidad y la capacidad de haber atravesado experiencias significativas. En lugar de dejarlos marginados lo que hay que hacer es incorporar y trabajar en una genuina diversidad etaria. Me parece que esa debería ser la estrategia de cualquier organización. Nosotros, como personas, tenemos que mantenernos permanentemente activos, dinámicos y abiertos a los cambios. Hay que seguir teniendo curiosidad y una mentalidad de crecimiento constante y permanente. Por el contrario, no deberíamos enojarnos con los cambios, sino abrazarlos. Todos tenemos para contribuir, hay un sinfín de actividades que requieren de esta experiencia, esta serenidad, esta capacidad de haber atravesado tantas y tantas batallas, que no tengo dudas, que para todas las organizaciones es una oportunidad enorme.
-Y desde el lado de las empresas, ¿cómo hacen para conseguir el talento que las haga avanzar?
-Lo que las compañías tienen que pensar cada vez más es que hay dos condiciones por las cuales se debe contratar talento. El primero es por los valores, que no se aprenden, pero siempre se potencian y se desarrollan. Las empresas tienen que asegurarse de que contratan al talento con los valores alineados a los de la organización. Y en segundo lugar tienen contratar talento que tenga la capacidad de aprendizaje rápido. A partir de esto, creo que lo que hay que hacer es generar condiciones para permanentemente ir desarrollando esas capacidades de aprendizaje, de adquirir de la manera más veloz las nuevas habilidades, competencias y capacidades que se van requiriendo.
-Sostenés que el mejor trabajo tiene que ser humano, ¿en qué sentido?
-Cada una de las soluciones tecnológicas que se desarrollan son para resolver un problema humano y cada una de las nuevas tecnologías que aparecen están relacionadas con un problema humano que hay que resolverse. El trabajo cada vez tiene que ser más humano porque son los humanos quienes desarrollan las tecnologías y son los humanos los que desarrollan los algoritmos. Tenemos que pensar de qué manera se hace ese trabajo en equipo humano y en el que la tecnología sea es más humana y los humanos adquiramos mayor tecnología. Solo basta pensar que en cada situación de la cotidianeidad siempre hay un problema humano para resolver y es ahí donde solamente el ser humano tiene la capacidad de identificarlo y de desarrollar una solución apropiada. Por otro lado, creo que también tenemos que pensar que mientras los humanos asumamos la responsabilidad de generar esas nuevas tecnologías, tenemos la responsabilidad ética de entender que tienen que servir para potenciar a las personas, que tienen que servir para liberar el potencial de las personas y generar beneficios. Me parece que ahí está el tema y, por otro lado, hay un montón de actividades reservadas exclusivamente a los seres humanos, que tienen que ver con la conciencia, con la innovación. La inteligencia artificial cada vez tiene más inteligencia pero lo que no tiene es conciencia. Eso solo lo tenemos los humanos.
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