El consejo "libertario" de uno de los CEOs más influyentes de la energía mundial a los petroleros argentinos

Patrick Pouyanne es alto. Mide un metro noventa y uno. Además es grandote, robusto. Se mueve a sus anchas, con soltura, sobre bajo el reflector. Domina el escenario; no le teme a él ni al micrófono. De voz grave, estridente, rotunda, transmite la personalidad de lo que es: el número uno de la cuarta empresa energética más grande del planeta.

El CEO de TotalEnergies visitó Buenos Aires. El motivo fue doble. Por un lado, celebrar el centenario de la energética francesa, fundada en 1924. Y, por otro, brindar por la puesta en marcha de Fénix, la plataforma offshore que opera Total y que empezó a funcionar el viernes, dos meses antes de lo previsto.

Fénix se construyó en dos años. Demandó una inversión de u$s 700 millones entre TotalEnergies y sus dos socios en ese consorcio: Harbour Energy (la ex Wintershall Dea) y Pan American Energy (PAE). Ubicada frente a las costas de Tierra del Fuego, generará 10 millones de metros cúbicos diarios (m3/d) de gas, equivalentes al 8% de la producción actual del país.

Por tal razón, Pouyanne había ido horas antes a la Casa Rosada, para una audiencia con Javier Milei. Como si aún siguiera impresionado por lo que oyó del Libertario, el CEO, que lleva una década al frente de la energética gala y en mayo fue reafirmado en el cargo para otros tres años, no dudó en remarcarle algo a sus invitados al cocktail en el majestuoso Gran Hall de Honor del Palacio Paz: "Un consejo: crean en las fuerzas del mercado. Funcionan muy bien".

Minutos antes, el Secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, había prometido que la Argentina será un país netamente exportador de energía. "Vamos a maximizar la renta y buscar consolidar el superávit comercial energético", dijo el funcionario, que ajustó su discurso a los ocho minutos que tenía disponibles. "En el modelo con el que trabajamos, la exportación es un derecho", afirmó. Ponderó al RIGI: "Es fundamental para los proyectos. Brindará mejores condiciones de competitividad frente a la inversión en otros países". Aseguró que su misión es "reducir al máximo el riesgo estatal del sector energético".

Música para los oídos de Pouyanne, cabeza de una organización de 105.000 personas en 130 países, con un volumen de ingresos de u$s 23.200 millones en 2023 y márgenes que la posicionan como una de las empresas más rentables del planeta. Recordó que, a escala global, TotalEnergies apunta a que el 30% de su producción y ventas de energía en 2030 sean electrones. Elogió que la filial argentina tenga activos de generación renovable (eólica y solar). "Queremos tener más en el futuro", sugirió. Valoró la relevancia de Fénix, también, como un punto de partida hacia otros proyectos. "Podemos expandir el plateau. Continuaremos invirtiendo", señaló, en relación a la intención de un "segundo Fénix" en áreas adyacentes, idea que ya concibió la filial. Y, primer productor privado de gas del país -32 millones de m3/d al 30 de junio, equivalentes al 25% del total nacional-, se ilusiona con el horizonte exportador. "Es necesario vender en dólares, no en pesos", ironizó.

Escuchó, a Pouyanne y Rodríguez Chirillo, la crema de la crema de la industria energética local. Se lo vio a Daniel De Nigris, CEO de ExxonMobil Argentina.  También, a Hugo Eurnekian, de Compañía General de Combustibles (CGC), con su co-CEO, Emilio Nadra. Estaban Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, y Ricardo Ferreiro, presidente de E&P de la petrolera del grupo Techint. Además, Javier Martínez Álvarez, CEO de Tenaris Cono Sur. Por supuesto, la plana mayor de TotalEnergies en el país: Catherine Remy, managing director de Total Austral, y Javier Rielo, VP de TotalEnergies para América, iniciador de Fénix y, según Pouyanne, "quien me convenció de tener la base regional en la Argentina; somos, de hecho, la única energética que lo hizo".

Clientes, socios.... múltiples stakeholders presentes para escuchar al CEO global de TotalEnergies.  Consultores, como Daniel Gerold. O abogados, como José Martínez de Hoz, socio de MHR Abogados y referente internacional en la práctica energética, y Manuel García Mansilla, postulado por el Gobierno para ocupar una poltrona en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Sorprendió la ausencia de un invitado: Horacio Marín. A esas horas, el CEO de YPF estaba en un estudio de televisión, cambio de agenda imprevisto por la necesidad de minimizar la noticia del día: la eventual salida de Petronas del proyecto de construcción de una planta de gas natural licuado (GNL). Esa mañana, Clarín había publicado la novedad, que puso un inesperado -y mayúsculo- signo de interrogación sobre "la mayor inversión de la historia", como proclamó el Gobierno, en relación a los u$s 50.000 millones que podría escalar el desembolso y que prometía dar vuelta la matriz económica del país, con un ingreso mínimo de u$s 30.000 millones de exportaciones energéticas ya a partir de 2030.

"En GNL, Petronas es uno de los grandes jugadores mundiales. Una marca fortísima", mencionó uno de los presentes, ejecutivo con décadas de experiencia internacional, para responder qué perdería el proyecto con la súbita ausencia de ese sponsor. "Hay que ver. Las cosas, en estos proyectos tan grandes, nunca son tan lineales", optó por la prudencia alguien que está en la cocina de esa iniciativa, ya cuando se habían servido los platos de lomo con cuscús y escuchaba música de bandoneón. Los reflectores quebraron el ambiente de media luz para que una pareja de bailarines empezara a sacarle lustre al mármol. Un paso adelante, otro atrás, alguno al costado, para volver a avanzar. ¿Una metáfora de ypefianos y malayos?