Joan Cwaik: "La distinción entre tecnología y humanidad comienza a difuminarse"
El especialista en tecnología y sociedad lanzó un nuevo libro, Postecnológicos, donde analiza cuáles son las habilidades que deben priorizarse para atravesar el tsunami digital. Su conversación con El Cronista.
El rápido avance de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y la realidad virtual está cambiando la vida de las personas de una manera más rápida y profunda de lo que muchos esperaban. Esto genera tanto entusiasmo como incertidumbre sobre el futuro y plantea interrogantes sobre cómo vivir lo cotidiano inmersos en esta vertiginosa realidad tecnológica.
Sobre esta y otras cuestiones indaga el nuevo libro del investigador y conferencista Joan Cwaik: "Postecnológicos: habilidades para recuperar lo humano". En sus páginas, el autor propone un debate sobre cómo la tecnología atraviesa a todas las personas y cómo se puede potenciar la humanidad ante el "tsunami digital" de hoy.
- ¿Cómo se puede definir lo postecnológico, el concepto que da título a tu libro?
- La realidad postecnológica es un concepto que describe una etapa de la humanidad donde la tecnología ya no es vista simplemente como una herramienta o una extensión de nuestras capacidades, sino que se ha integrado tan profundamente con nuestras vidas que la distinción entre tecnología y humanidad comienza a difuminarse.
Es un estado en el cual hemos superado la dependencia de la tecnología, no en el sentido de deshacernos de ella, sino evolucionando hacia una coexistencia donde la tecnología enriquece nuestra humanidad sin dominarla. Representa un futuro donde la tecnología sirve para amplificar nuestras cualidades humanas más valiosas, como la creatividad, la empatía y la capacidad de aprendizaje continuo.
- ¿De qué manera impactan hoy tecnologías como la inteligencia artificial y la realidad virtual en la vida de las personas?
- La IA y la realidad virtual, entre otras tecnologías emergentes, tienen el potencial de transformar prácticamente todos los aspectos de nuestra vida, desde cómo trabajamos, aprendemos y nos entretenemos, hasta cómo nos relacionamos con otros y percibimos el mundo.
La IA está automatizando tareas rutinarias, ofreciendo más espacio para la creatividad humana y la toma de decisiones estratégicas. La realidad virtual, por su parte, abre nuevos horizontes para la educación, el entretenimiento y la socialización, permitiéndonos experimentar realidades que van más allá de las limitaciones físicas, como vimos recientemente con el caso de los Apple Vision Pro.
- Tu libro plantea la consigna de "recuperar lo humano". ¿Qué sería lo propiamente humano y ves que se perdió o está en riesgo?
- Con lo propiamente humano me refiero a aquellas cualidades y experiencias que nos definen como seres únicos, como la empatía, la creatividad, la capacidad de amar, soñar y buscar significado más allá de nuestra supervivencia básica. En la era digital, algunas de estas cualidades están en riesgo de ser subestimadas o ignoradas.
La omnipresencia de la tecnología también puede alienarnos, reduciendo nuestras interacciones a transacciones superficiales y mermando nuestra capacidad para conectar de manera significativa con otros y con nosotros mismos.
- ¿Cómo pueden prepararse las personas para mitigar la incertidumbre y lograr bienestar en este mundo de cambios sociales y tecnológicos acelerados?
- La clave para navegar en un mundo de incertidumbre y cambio acelerado es fomentar una mentalidad de aprendizaje continuo, flexibilidad y adaptabilidad. Esto implica estar abiertos a nuevas experiencias, desarrollar una tolerancia al fracaso como parte del proceso de aprendizaje y cultivar habilidades tanto técnicas como emocionales.
Es crucial, también, encontrar un equilibrio entre la vida digital y la real, asegurando que la tecnología sirva a nuestros objetivos de bienestar y no al revés.
- ¿Qué habilidades hace falta cultivar de cara al futuro?
Para prepararnos para lo que viene, debemos cultivar una combinación de habilidades técnicas y humanísticas. Esto incluye, por ejemplo, la inteligencia holística, que es la capacidad de integrar conocimientos de diversas disciplinas para solucionar problemas complejos.
También, el pensamiento crítico y alfabetización informacional. Es generar la capacidad de discernir entre información útil y distracciones en la era digital. Separar las señales de los ruidos.
Y, finalmente, la flexibilidad cognitiva y adaptabilidad. Se trata de mejorar la capacidad de cambiar de perspectiva y adaptarse a nuevas situaciones rápidamente. Entre otras habilidades que describo y desarrollo en Postecnológicos.
- ¿Cómo imaginás que será la relación cotidiana con la tecnología y la IA en los próximos años?
La relación cotidiana con la tecnología y la IA se volverá más integrada en nuestras vidas, pero de manera que se alinee más estrechamente con nuestras necesidades humanas. La IA se personalizará para adaptarse a nuestras preferencias, ayudándonos en tareas cotidianas y decisiones complejas, mientras que la tecnología se volverá más intuitiva y orgánica (eliminando barreras). La clave estará en diseñar y utilizar estas tecnologías de manera que amplifiquen nuestras capacidades sin reemplazar nuestras interacciones humanas esenciales.
Más allá de la evolución tecnológica, lo que realmente define nuestro futuro es cómo elegimos utilizar estas herramientas. La verdadera promesa de una era postecnológica no reside en la tecnología en sí, sino en nuestra capacidad para utilizarla de manera que enriquezca la experiencia humana, fomentando una sociedad más conectada, creativa y compasiva. Nuestro mayor desafío, y a la vez nuestra mayor oportunidad, es asegurarnos de que mientras avanzamos hacia un futuro tecnológicamente avanzado, no perdamos de vista lo que significa ser humanos.
- Por Adrián Mansilla
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