
La reproducción es uno de los procesos esenciales de la naturaleza para la conservación de una especie. Desde organismos microscópicos hasta los seres humanos, la continuidad de la vida depende de esta capacidad.
Sin embargo, aunque se trate de un proceso natural e instintivo, su complejidad es enorme y más aún en la naturaleza humana. Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada seis adultos enfrenta dificultades para concebir.
Ante este desafío, la medicina debió ir más allá de lo natural y desarrollar técnicas que acompañen el deseo de tener un hijo. Así nació la reproducción asistida. Pero la historia no termina allí: una nueva revolución está en marcha con la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en la Fertilización In Vitro (FIV).
Cómo se utiliza la IA en la Fertilización In Vitro
Durante décadas, los laboratorios de fertilización trabajaron con herramientas estadísticas tradicionales para estimar probabilidades de éxito: modelos de regresión, análisis de riesgo y tablas basadas en grandes poblaciones. Aunque útiles, estos métodos no lograban reflejar la complejidad y diversidad de variables que influyen en el éxito reproductivo.

Hoy, los sistemas basados en machine learning pueden analizar miles de datos simultáneamente, desde hormonas y edad materna hasta el comportamiento celular de los embriones, y construir modelos predictivos cada vez más precisos. Estas herramientas pueden anticipar la probabilidad de embarazo, la viabilidad de un embrión o la chance de lograr un recién nacido vivo tras un tratamiento.
Los modelos tradicionales, como la regresión logística o los riesgos proporcionales de Cox, dieron paso a algoritmos complejos que aprenden con cada ciclo de FIV, mejorando continuamente su capacidad de predicción.
Según la especialista en Medicina Reproductiva Luciana Devenutto, la IA permite personalizar, objetivar y mejorar los resultados, al ofrecer predicciones más confiables.

En esta línea, la doctora Liliana Blanco, directora de Procrearte, explica:
“La Inteligencia Artificial se utiliza en distintas etapas de la reproducción asistida. Por ejemplo, cómo elegir, de acuerdo a las características de cada paciente, la estimulación más adecuada; analizar ecografías para evaluar cuántos folículos están creciendo y su tamaño; determinar el momento óptimo para la extracción de óvulos; valorar la calidad de los óvulos y su potencial para generar embriones; evaluar a los embriones y, finalmente, analizar el endometrio para identificar el momento ideal para la transferencia”.
El desafío de la “caja negra”
A pesar de su enorme potencial, la IA plantea un reto crucial: la falta de transparencia. Los algoritmos pueden ofrecer predicciones altamente precisas, pero en muchos casos ni los propios especialistas logran explicar con exactitud cómo se llega a esas conclusiones. Esta opacidad, conocida como “caja negra”, genera desconfianza y abre el debate sobre cómo validar y supervisar las decisiones automatizadas.

Para enfrentar este desafío, surgieron herramientas como el método de Shapley, que permite medir el aporte de cada variable al resultado final. Aplicado a la FIV, este enfoque reveló cuáles son los factores más influyentes para predecir nacidos vivos: edad materna, niveles de FSH, motilidad espermática progresiva, duración de la infertilidad, estradiol, LH y progesterona.
Automatización del laboratorio: ¿qué tareas ya realizan las máquinas?
El laboratorio de FIV es uno de los entornos más sensibles de la medicina. Allí se manipulan gametos, se fecundan óvulos y se cultivan embriones. Cualquier mínima variación puede alterar el resultado, por lo que la precisión es clave.
La automatización comenzó hace años y hoy ya interviene en procesos como:
- Evaluación embrionaria mediante cámaras de time-lapse
- Identificación de pacientes y trazabilidad
- Análisis de semen
- Manipulación robótica de muestras
- Producción de medios y materiales
- Sistemas de calidad (QC/QA) basados en IA

Pero el futuro va más allá. Según Armando Roque, ginecólogo experto en fertilidad, las próximas etapas incluirán:
- Microfluidos para selección y cultivo automatizado de gametos y embriones
- Robots capaces de realizar biopsias embrionarias
- ICSI automatizada con brazos robóticos
- Miniaturización completa del laboratorio de FIV, acercando tratamientos más accesibles y estandarizados
La pregunta ya no es si habrá embriólogos, sino cómo será su nuevo rol. Como anticipan los modelos de laboratorios belgas, surgirán dos perfiles: embriólogos “técnicos”, encargados de operaciones complejas como identificación de ovocitos, ICSI y vitrificación; y embriólogos “clínicos”, enfocados en la toma de decisiones y el control de calidad.
Procrearte: tecnología, trayectoria y visión de futuro
En Argentina, Procrearte se posiciona como una de las instituciones pioneras en integrar estas tecnologías. Con más de 20 años de experiencia, una red de más de 100 profesionales y presencia en múltiples provincias, se convirtió en un referente de medicina reproductiva de alta complejidad.
“En la actualidad, ha avanzado todo tanto y nos hemos consolidado como una clínica de vanguardia en tecnología, tanto en los laboratorios como en los protocolos de estimulación. Ahora, con el advenimiento de la inteligencia artificial, hemos puesto toda esta innovación al alcance de los profesionales para lograr mejores resultados y acortar los tiempos para alcanzar el embarazo”.

Su misión consiste en brindar a cada paciente un tratamiento personalizado, basado en evidencia y apoyado en la tecnología más avanzada del mundo. Desde sistemas automatizados para trazabilidad hasta plataformas de IA para selección embrionaria, Procrearte incorpora las herramientas que están redefiniendo la FIV a nivel global.
“Uno trata, a través de todas estas prácticas, de mejorar la tasa de nacidos vivos, que es nuestra prioridad, y al mismo tiempo acortar los tiempos para lograr ese nacimiento”, concluye Blanco.
Un futuro donde la ciencia y la vida se encuentran
La incorporación de la Inteligencia Artificial en la fertilización asistida no busca reemplazar a los profesionales, sino potenciar su trabajo. Como resume el especialista en fertilidad y endocrinología Lucas Almoño: “Las máquinas no reemplazarán a los médicos, pero los médicos que usen IA reemplazarán a quienes no lo hagan.”

La reproducción sigue siendo un acto profundamente humano. La tecnología, lejos de quitarle ese carácter, lo refuerza: reduce errores, aumenta la precisión, democratiza el acceso a tratamientos y ayuda a más personas a cumplir el sueño de formar una familia.
En un campo donde cada decisión cuenta, la IA no es un sustituto, sino una herramienta para ver lo invisible y acompañar un proceso tan antiguo como la vida misma.











