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Un túnel oculto bajo la Ciudad de Buenos Aires, que conecta un icónico edificio con uno de los barrios porteño más transitados, es uno de los secretos mejor guardados de la historia urbana de la Capital. Esta obra subterránea fue inaugurada en 1916 y atraviesa distintos emblemas bonaerenses.
Este pasadizo secreto despierta curiosidad por su extensión, su origen ferroviario y las múltiples leyendas que la rodean. Sin embargo, pocos vecinos capitalianos conocen su existencia, pese a que se trata de una de las infraestructuras más sorprendentes de Buenos Aires.
¿Dónde queda el mítico túnel que recorre todo Buenos Aires
Bajo el tránsito diario, el ruido de las bocinas y el movimiento constante del centro porteño, este pasadizo se extiende desde las inmediaciones de la Casa Rosada y llega hasta el barrio de Once, pasando incluso por debajo de la línea A del subte, lo que lo convierte en un caso singular: un túnel que corre por debajo de otro túnel.
Este pasaje ferroviario subterráneo de casi 7 kilómetros une el antiguo Puerto de Buenos Aires con la zona del Congreso y Once y su altura alcanza en algunos tramos los 20 metros de profundidad. También tiene una estructura en forma de herradura.

La historia detrás de este mítico túnel porteño
El proyecto original se remonta a 1906 cuando el ingeniero británico David Simpson propuso crear un canal subterráneo que conectara el puerto con el Ferrocarril Oeste, hoy conocido como la línea Sarmiento. La obra fue aprobada cuatro años después y se inauguró oficialmente en 1916, durante la presidencia de Victorino de la Plaza, en plena etapa de modernización de Buenos Aires.
La construcción se realizó de forma artesanal, parecido al trabajo de construcción de una mina de oro. Así, decenas de trabajadores excavaron manualmente el subsuelo porteño para dar forma a una obra de ingeniería avanzada para su época, aunque pensada exclusivamente para el transporte de cargas ferroviarias.
Durante sus primeros años, el túnel fue utilizado por trenes de carga a vapor que trasladaban mercaderías desde el puerto hasta Once. El humo acumulado hacía casi imposible la circulación, y según testimonios históricos, muchos maquinistas debieron ser auxiliados por asfixia (una situación frecuente para ese trabajo).
Esta obra de más de un siglo demuestra que debajo de Buenos Aires todavía vive una parte de su historia.
Las anécdotas alrededor del túnel alimentaron su mito. Algunas incluyen vagones volcados con toneladas de granos que habrían provocado una invasión de ratas y otros testigos cuentan de contrabandistas que arrojaban paquetes desde los trenes para recuperarlos más tarde en distintos puntos del recorrido.

¿Cuál es la importancia de este pasadizo secreto en la actualidad?
A lo largo del siglo XX hubo varios intentos de reconvertir el túnel en un servicio de transporte público. Algunos ejemplos de los proyectos fueron los siguientes:
- Un tren de pasajeros entre Puerto Madero y Caballito en la década 40.
- Una reapertura parcial del tunel en la década del 90.
Sin embargo, las condiciones técnicas impidieron su uso sostenido. En la actualidad, el túnel sigue activo, aunque no está abierto al público. Se utiliza para operaciones logísticas ferroviarias, como el traslado de locomotoras importadas de China destinadas a la línea San Martín Cargas, así como para pruebas de maniobras técnicas especiales.
Aunque permanece oculto bajo la ciudad, este túnel histórico conserva su estructura original y continúa siendo una pieza fundamental del sistema ferroviario argentino.















