Los líderes de la OTAN dijeron que están dispuestos a que Ucrania se una finalmente a la alianza militar, en una declaración cuidadosamente matizada que provocó la inmediata condena de Kiev por su falta de un cronograma firme.

Un comunicado de la cumbre acordado este martes se compromete a "extender una invitación" a Ucrania para que se una a la alianza cuando "los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones".

Jens Stoltenberg, secretario general, afirmó que el compromiso agilizaría el proceso de adhesión y haría que el ingreso de Ucrania dependiera simplemente de una decisión política. "Esto hará que el proceso de adhesión de Ucrania pase de dos a una sola etapa", afirmó.

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Pero el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, arremetió de inmediato contra los 31 miembros de la Alianza por negociar el texto sin contar con Kiev.

"Parece que no hay voluntad ni de invitar a Ucrania a la OTAN ni de convertirla en miembro de la alianza... Para Rusia, esto significa una motivación para continuar con su terror", declaró, antes de llegar a la cumbre de Vilna (Lituania).

Por otra parte, el G7 continuó negociando un paquete global de medidas de apoyo a Ucrania "durante el tiempo que sea necesario", que espera anunciar en cuanto concluya la cumbre de la OTAN.

La cumbre ha estado dominada por cómo responder a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. En el comunicado se afirma que "el futuro de Kiev está en la OTAN", pero no se establece un plazo para su adhesión.

El presidente estadounidense, Joe Biden, señaló el apoyo de Washington al texto de compromiso, hablando junto a Stoltenberg. "Estamos de acuerdo con el lenguaje que propusimos y que usted propuso en relación con el futuro de Ucrania como miembro de la OTAN", dijo Biden.

Sin embargo, Zelensky calificó de "inaudito y absurdo que no se establezca un plazo, ni para la invitación ni para la adhesión de Ucrania", y también atacó las "vagas condiciones" de la OTAN para invitar a Kiev.

El compromiso sobre el texto pretendía demostrar que la adhesión de Ucrania sería una decisión política por la vía rápida que eludiría el proceso formal de adhesión a la OTAN, al tiempo que se hacía caso omiso de las preocupaciones de Estados Unidos y Alemania sobre la posibilidad de que pareciera que se bajaba la vara para de ingreso.

La cuestión de cómo reconocer las ambiciones de adhesión de Ucrania mientras se defiende del ataque ruso ha puesto de manifiesto las divisiones dentro de la OTAN en semanas de intensas negociaciones, con EE.UU. y Alemania recelosos de dar a entender que la adhesión de Kiev es inevitable sin condiciones.

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Por otro lado, la mayoría de los miembros de Europa del Este, con el respaldo de Francia y el Reino Unido, habían pedido que se incluyera la palabra "invitación" en la declaración y que se reconociera que invitar a Ucrania a adherirse sería una decisión política, no técnica.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, declaró que: "El lugar que le corresponde a Ucrania está en la OTAN". Y añadió: "Lo importante en esta cumbre es que se reafirme el compromiso y que haya avances demostrables hacia ese objetivo, y creo que eso es lo que verán".

Dmitry Peskov, vocero del presidente ruso Vladimir Putin, declaró a la prensa que cualquier medida para acelerar la admisión de Ucrania en la OTAN sería "potencialmente muy peligrosa para la seguridad europea", según Interfax.

"Esto conlleva muchos riesgos y las personas que tomen esta decisión deberían admitirlo", declaró.

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El comunicado de la cumbre también afirma que los aliados "reconocen que el camino de Ucrania hacia la plena integración euroatlántica" ha ido "más allá de la necesidad del plan de acción para la adhesión", en referencia al proceso formal de adhesión a la OTAN. También señala que Kiev ha "avanzado sustancialmente" en las reformas.

La OTAN acordó en 2008 que Ucrania "se convertirá" en miembro, pero no facilitó ningún plazo ni proceso de adhesión.

Todos los Estados miembros están de acuerdo en que Ucrania no puede adherirse a la Alianza mientras continúe la guerra, ya que ello activaría la cláusula de defensa mutua del Artículo 5 de la OTAN e implicaría a todos los miembros en el conflicto.

Según diplomáticos occidentales, el G7 se prepara por separado para anunciar su propio acuerdo multilateral de seguridad para Ucrania el miércoles, tras la cumbre de la OTAN.

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El acuerdo permitiría a países individuales de dentro y fuera del G7 estructurar compromisos bilaterales de apoyo militar y financiero.

Su objetivo sería garantizar que Kiev pueda seguir repeliendo la invasión rusa, reconstruir sus fuerzas armadas y su economía una vez finalizada la guerra y ayudarle a cumplir las normas de la OTAN exigidas para su eventual ingreso en la alianza.

El acuerdo aún se está negociando, con la participación de Ucrania, y el calendario previsto podría retrasarse, añadieron los diplomáticos.

La OTAN también está debatiendo el suministro de armamento a Kiev, que intenta impulsar su contraofensiva contra Rusia.

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Francia dijo el martes que enviaría sus misiles crucero Scalp de largo alcance a Ucrania para ayudarla a defender su territorio contra Rusia. Los misiles son iguales al modelo Storm Shadow que ya ha proporcionado el Reino Unido.

Alemania también ofrecerá un paquete de 700 millones de euros en armamento, según anunció el canciller Olaf Scholz en la cumbre. El paquete incluiría 40 vehículos de combate de infantería Marder, 25 tanques de combate principales Leopard 1A5 y cinco vehículos blindados de recuperación procedentes de las existencias de la industria, así como vehículos de lanzamiento para los sistemas de defensa antiaérea Patriot.

Los ministros de Defensa de Dinamarca y los Países Bajos declararon que una coalición de 11 países occidentales empezaría a entrenar a pilotos ucranianos en cazas F16 de fabricación estadounidense el mes que viene.

La formación comenzará en Dinamarca y se creará un centro de formación específico en Rumania para la formación a largo plazo, dijeron los ministros.

Los países occidentales han afirmado que esta formación debe tener lugar antes de cualquier posible donación de los aviones a Ucrania, que requeriría la aprobación de EE.UU.