Por qué para Warren Buffett la inflación es como una "lombriz solitaria"
La gráfica valoración de Buffett sigue siendo cierta 41 años después.
"La inflación actúa como una gigantesca lombriz solitaria corporativa", escribió Warren Buffett en 1982, cuando los precios en Estados Unidos subieron algo más del 6% durante el año. "Esa lombriz solitaria consume preventivamente sus requisitos de dieta diaria en dólares de inversión independientemente de la salud del organismo anfitrión".
Con perdón de quienes lean esto durante el desayuno, la gráfica valoración de Buffett sigue siendo cierta 41 años después. Abra un informe anual de una empresa publicado en los últimos tres años y es probable que lea una letanía de acontecimientos como la invasión rusa de Ucrania y la pandemia de Covid-19 que hicieron estallar las estrategias y, a menudo, las han desviado hacia territorios desconocidos.
Sin embargo, aunque el impacto inicial en el mercado se ha disipado, el legado a largo plazo sigue siendo el aumento de la escasez de energía y alimentos, la interrupción de las cadenas de suministro internacionales y, en algunos países, los altos niveles de inflación.
Después de hacer frente a una serie de fuertes disrupciones operativas, los directivos han tenido que adaptarse una vez más, esta vez al aumento de los costos de los insumos. En este entorno, las empresas se dividen en dos categorías: las que pueden encontrar formas de subir los precios de sus productos para proteger los márgenes manteniendo los volúmenes, y las que no.
Las mejores empresas de esta última categoría, según Buffett, son las que no necesitan hacer inversiones de capital significativas y continuas. Pero eso limita su capacidad de innovar para el futuro. Es un axioma que no se puede recortar el camino hacia el crecimiento.
Hay otras formas de hacer frente a un entorno inflacionario para ambos tipos de empresas. Construir una marca sólida para mantener el poder de fijación de precios en el mercado y el volumen es valioso en tiempos de aumentos de precios.
Adaptar rápidamente los productos y servicios a las nuevas realidades es otra estrategia, cambiando su composición o componentes para mitigar la presión. Según un estudio de McKinsey sobre el impacto de la inflación en la toma de decisiones y las cadenas de suministro de las empresas, algunas automotrices redujeron features para mantener la producción, los precios y las ventas en medio de la escasez o para hacer frente al aumento de los costos de los insumos.
Durante la pandemia, muchas empresas crearon centros de respuesta para coordinar los esfuerzos de recuperación. Del mismo modo, algunas han creado centros de inflación interdepartamentales para gestionar los posibles efectos negativos de las presiones inflacionarias.
Estos esfuerzos pueden ayudar a reducir la fricción interdepartamental y los tiempos de toma de decisiones, garantizando que las inversiones se identifiquen y realicen más rápidamente, o que los costos innecesarios se detengan en una etapa anterior.
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Esto crea un entorno de mercado en el que las empresas fuertes tienen más probabilidades de fortalecerse en comparación con sus competidoras más débiles, a medida que el efecto acumulativo del aumento de los costos en el resultado final se afianza con el tiempo.
Y el elevado entorno inflacionario de los últimos 12 meses muestra por fin signos de enfriamiento tras la actuación de los bancos centrales. En el punto álgido de los aumentos, hacia fines de 2022, los precios de producción de la eurozona subieron brevemente a tasas anuales superiores al 40%, como consecuencia de los incrementos en la energía.
Ahora, la inflación en EE.UU. ha vuelto a bajar al 3%, mientras que los niveles en el Reino Unido y la eurozona han vuelto a ser de un solo dígito. A más largo plazo, es posible que los shocks positivos de productividad derivados de la inteligencia artificial, los avances en potencia informática y una transmisión de energía más eficiente permitan a las empresas hacer más con menos reinversión.
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Por sí sola, la inflación no representa necesariamente un problema para los ejecutivos, en particular para la actual camada de ejecutivos C-suite [CEOs, CFOs, COOs, CMOs, CTOs, etc.] con músculos bien tonificados para la gestión de crisis. Los aumentos razonables de los costos de los insumos pueden medirse y mitigarse.
Pero la fragilidad de la economía post pandemia, combinada con la naturaleza fracturada de la política mundial, hace que los modelos de negocio sean más susceptibles a nuevos shocks inesperados. Estas condiciones, cuando se mezclan en un entorno de inestabilidad de precios, aumentan los riesgos de un paso en falso de las empresas y profundizan su impacto potencial.
También es más difícil mantener abiertas otras opciones cuando el capital es limitado. La opcionalidad, ya de por sí un bien valioso en un mundo cambiante, se vuelve más cara en términos relativos.
No hay respuestas fáciles. La inflación se ha considerado una crisis del costo de vida, y lo es. Pero también representa una crisis del costo de capital, una crisis del costo de inversión y una crisis del costo de contratación, que desafía a los dirigentes de las empresas a encontrar nuevas formas de convivir con la lombriz solitaria de la inflación, o preferiblemente a expulsarla.
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