"Perras", gritó el soldado ucraniano. Acababa de disparar su ametralladora ligera Kalashnikov contra varios drones que sobrevolaban a baja altura el centro de Kiev, y el ruido revelador de sus motores de dos tiempos los identificaba como Shahed 136 de fabricación iraní. Otras tropas cercanas también levantaron sus rifles hacia el cielo, apuntando a los drones de hélice. Momentos después, uno se estrelló en una bola de llamas en una calle. Otro cayó en picada y explotó en un edificio residencial junto a la sede de una empresa energética. "Toda la noche y toda la mañana el enemigo aterroriza a la población civil. Los drones y misiles kamikazes atacan toda Ucrania", declaró el presidente Volodímir Zelensky. Los drones de fabricación extranjera han sido una característica de la guerra en Ucrania. Primero, Kiev desplegó drones TB2 Bayraktar de fabricación turca con un efecto devastador contra las tropas rusas. Tras el ataque del 8 de octubre contra el puente de Kerch, que conecta a Rusia con la península de Crimea, funcionarios de defensa ucranianos y occidentales afirman que Moscú está recurriendo cada vez más a los drones "kamikaze" de fabricación iraní, como el Shahed-136, para eliminar objetivos ucranianos. Con Kiev sacudida por otra ronda de ataques con drones el lunes, Ucrania ha repetido los pedidos para que los aliados envíen sistemas de defensa aérea más robustos para proteger sus ciudades e infraestructuras clave. "Estos drones iraníes son efectivamente misiles de crucero baratos con un gran alcance y buena precisión. Aunque son más fáciles de derribar, son tan baratos que se pueden utilizar varios para abrumar a las defensas aéreas", dijo Jeremy Binnie, especialista en Medio Oriente de Janes, una empresa de inteligencia de defensa. Irán, que posee el mayor arsenal de misiles en el Medio Oriente, ya ha proporcionado a Rusia cientos de drones Shahed 136, según el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan. La semana pasada, Zelensky dijo que Rusia había encargado 2400 más de estos vehículos aéreos no tripulados, que se construyen en gran parte con componentes disponibles en el mercado, pueden programarse para volar automáticamente hacia un conjunto de coordenadas GPS y llevan una fuerte ojiva de 30 kg. Irán repitió el lunes su negación de que esté suministrando drones a Rusia. El Kremlin no ha comentado el uso de vehículos aéreos no tripulados, pero ha dicho que utiliza armamento de precisión para alcanzar sus objetivos. La facilidad de uso de los drones iraníes y su costo relativamente bajo, de unos u$s 20000 cada uno, comparado con los más de u$s 4 millones de un misil crucero, hacen que puedan utilizarse en enjambres. Esto hace que los limitados sistemas de defensa aérea de Ucrania sean más difíciles y costosos de detener. Junto con el vehículo no tripulado de mayor alcance Mohajer-6, equivalente a un TB2, pueden utilizarse para realizar ataques aislados detrás de las líneas enemigas y para sembrar el miedo entre la población civil. "Sólo hace falta que un drone atraviese las defensas aéreas para alcanzar el objetivo", dijo Binnie, que calcula que Irán ha fabricado varios cientos de los drones Shahed-136 y que aún tiene abundantes reservas. El ejército ucraniano dijo que ha destruido 37 drones desde el domingo por la noche, aproximadamente el 85% del número lanzado. Sin embargo, la gravedad de la situación se refleja en que los ataques han acabado con un tercio de la infraestructura eléctrica del país. Al parecer, Teherán también está dispuesto a enviar a Moscúmisiles balísticos de corto alcance Fateh-100 y Zolfaghar, según el Washington Post. Los funcionarios occidentales creen que el uso de armamento iraní por parte de Rusia demuestra el estado de agotamiento de sus propias reservas de armas de precisión. La semana pasada, el alto espía británico Jeremy Fleming, jefe de la agencia cibernética del Reino Unido GCHQ, dijo que las fuerzas del presidente ruso Vladimir Putin estaban en una posición "desesperada". En el campo de batalla, esta escasez se manifiesta en el aumento del uso reciente de misiles tierra-aire y antibuque por parte de las fuerzas rusas para eliminar objetivos terrestres. El coronel ruso Igor Ischuk declaró recientemente a la agencia de noticias TASS que la mayoría de los fabricantes de armas del país "no pueden cumplir" con los requisitos técnicos de los drones del ejército debido a la falta de componentes. Para reponer su stock de misiles, Rusia recurrió a Irán, país que Putin visitó en julio. China era otra posibilidad, pero a Beijing "probablemente le preocupaba tener que enfrentarse a fuertes sanciones y a una respuesta muy contundente de Estados Unidos si transfería este tipo de tecnología militar [a Rusia]", dijo Samuel Bendett, asesor del think tank CNA. Irán, por el contrario, "no sólo ha sido capaz de fabricar su propia línea de vehículos aéreos no tripulados, sino que lo ha estado haciendo durante décadas y mientras estaba sometido a importantes sanciones estadounidenses", dijo al podcast de Grey Dynamics. Irán tiene un largo historial de operaciones militares con drones y misiles. Estados Unidos culpó a Teherán del ataque de septiembre de 2019 que dejó fuera de combate a la mitad de la producción de crudo de Arabia Saudita. "Rusia está rezagado respecto a Irán en este campo particular [de la guerra con drones]", dijo Mehdi Bakhtiari, un experto en defensa iraní. Un analista político con sede en Teherán añadió que las sanciones obligaron a la república islámica a centrarse en el desarrollo de armamento menos sofisticado, como los drones. Irán y Rusia también han cooperado militarmente desde hace tiempo, interviniendo ambos en la guerra civil de Siria en 2015 para inclinar el conflicto a favor del presidente Bashar al-Assad. Aun así, Irán no tiene un interés directo en el conflicto de Ucrania, dijo Emile Hokayem, investigador principal de seguridad en Medio Oriente del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres. Teherán tampoco ofreció un apoyo claro a la anexión de cuatro provincias ucranianas por parte de Rusia el 23 de septiembre. Pero los analistas afirman que, aparte de los bienvenidos pagos que recibiría Teherán, fuertemente sancionado, por el suministro de las armas, una mayor cooperación con Moscú podría hacer que Irán accediera a tecnologías de defensa como los aviones de combate Su-35 de Rusia. El hecho de que sus armas se probaran contra los sistemas de defensa occidentales en Ucrania también fue una victoria propagandística que podría impulsar la venta de armas. "Es posible que Irán espere conseguir cosas como aviones de combate o tal vez quiera cambiar drones por trigo", dijo el analista con sede en Teherán. "Sea cual sea [el motivo], se trata de una oportunidad para Irán".