Los problemas internos de México pueden debilitar la negociación del Nafta

Cuando el presidente Enrique Peña Nieto llamó a Donald Trump y lo convenció de no abandonar el Nafta en el día 100 de su mandato, fue un recordatorio de que México no ha perdido su habilidad para manera crisis internacionales.

En las últimas décadas, México lidió con defaults de deuda, devaluación, hiperinflación y nacionalizaciones de bancos. Mientras Trump construía su imperio de negocios, los funcionarios de la segunda economía de Latinoamérica tenían la primera experiencia en catástrofes.

El problema para Peña Nieto y su profundamente impopular administración es que los antecedentes de México al momento de resolver complicaciones locales son mucho menos impresionantes que su larga historia de manejo de desafíos internacionales.

México ahora enfrenta quizás la crisis más dura hasta el momento renegociar el Nafta un tema que es dinamita política en Estados Unidos y afecta el modelo de negocios de México como país. Lo que dificulta aún más las cosas es que a deferencia de sus predecesores en la Oficina Oval, Trump a menudo describe a su vecino como un enemigo. Ya se está perfilando un enfrentamiento por las exportaciones de azúcar mexicana a EE.UU, y podría terminar siendo un ensayo general para el conflicto por el Nafta.

El gobierno de México se consuela con el hecho de que su historia económica turbulenta preparó a un cuadro de funcionarios egresados de las mejores universidades estadounidenses y les dio experiencia para lidiar con EE.UU. De hecho, su capacidad negociadora en el Nafta se ganó un reticente elogio de Trump: se anotaron, dijo, un tremendo acuerdo para México a expensas de Estados Unidos.

Pero cuando se trata de crisis internas, el panorama es muy diferente. "Externamente, no tenemos problemas. Internamente, sí", dijo un ex ministro agregando que el gobierno "ha sido muy lento de reacción en todo".

Peña Nieto enfrenta una multiplicidad de problemas justo cuando su estado natal de México un tradicional bastión del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene elecciones a gobernador el 4 de junio. Un mal desempeño del candidato del PRI que es primo del presidente podría significar el fin del otrora poderoso partido el año próximo.

El gobierno parece incapaz de contener el avance de la violencia. Los homicidios y extorsiones crecieron 30%, y los secuestros aumentaron 20% en el primer trimestre comparado con el mismo período de 2016.

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