Clementina XXI

El Gobierno activa una de las supercomputadoras más poderosas del mundo

El Servicio Meteorológico Nacional la pondrá en marcha en su sede. La máquina será de uso abierto y compartido a todo el Sistema de Ciencia y Tecnología nacional.

Este miércoles por la mañana se puso en marcha la supercomputadora Clementina XXI en el Centro de Cómputos en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), ubicado en la ciudad de Buenos Aires. De uso abierto y compartido a todo el Sistema de Ciencia y Tecnología nacional, desde el gobierno afirman que el dispositivo "será un importante aporte a la ciencia, la tecnología y la innovación nacional". En el acto estuvieron presentes los Ministros de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, y su par de Defensa, Jorge Taiana.

Argentina es ahora uno de los países que disponen de una supercomputadora valorada entre las cien más poderosas del mundo, después de anunciar su adquisición el año pasado por un valor de 1.740 millones de pesos.

"Este logro es el resultado de un proceso que comenzó hace más de 10 años con la creación del Sistema Nacional de Computación de Alto Desempeño (SNCAD). En ese marco, se hizo un relevamiento que concluyó en que el país necesitaba multiplicar por 10 su capacidad de cálculo para satisfacer las necesidades del sistema científico nacional", contó el físico Pablo Mininni, coordinador del SNCAD, en diálogo con NEXciencia, el medio de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Y completó: "Esta computadora no sólo viene a cubrir este déficit sino que pone al país en una posición privilegiada en el contexto internacional".

"Es un salto enorme. Si tenemos en cuenta que la computadora más importante que tenemos actualmente, que se llama Huayra Muyu y funciona en el Servicio Meteorológico Nacional, tiene unos 340 TeraFLOPS, implica que el nuevo equipo es casi 40 veces más grande. Y comparado con las máquinas más grandes abiertas para el sistema científico, es más de 80 veces más potente", agregó después Mininni.

Clementina XXI fue adquirida en el marco de la Iniciativa Nacional de Supercómputo, implementada conjuntamente entre las carteras de Ciencia, de Defensa, el SMN y el CONICET, licitada por la empresa Lenovo y financiada por el Ministerio de Ciencia con fondos provenientes de un crédito del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

La supercomputadora tiene una potencia de cómputo que hoy la ubicaría en el puesto 82 del ranking mundial.

Servicio Meteorológico Nacional

Son indispensables para estudios de genómica, diseño de fármacos, nuevos materiales, diseño industrial, modelado de cuencas petroleras y gasíferas, el desarrollo de la inteligencia artificial y la ciencia de datos, el modelado de sistemas complejos, la confección de pronósticos meteorológicos, entre otras cosas.

El nombre de la supercomputadora se inspira en "Clementina", la primera computadora de uso científico que se instaló en el país en 1960, bajo la gestión del científico y matemático Manuel Sadosky, dado que hoy representa un nuevo salto cualitativo en el sistema científico tecnológico nacional.

En el acto del miércoles, el ministro Daniel Filmus abrió su locución contando una anécdota sobre cómo se decidió bautizar a la supercomputadora. "La discusión respecto al nombre de Clementina fue ardua, estuvimos discutiéndolo los cinco meses que se tardó en instalar. Hasta casi último momento venía triunfando la idea de llamarla Scaloneta. Hubo que ponerse muy firme para defender el nombre Clementina, y el argumento que usé es que claramente Clementina es una de las 82 computadoras más importantes del mundo, y la Scaloneta es la mejor del mundo. No podíamos comparar una cosa con la otra", reveló.

"Estamos contentos de empezar las pruebas para que Clementina XXI pueda cumplir con su función", continuó Filmus, y se remontó a la década del 60 con la llegada al país de la primera Clementina y los distintos momentos del país, "una época donde la Ciencia y la Tecnología tenían un desarrollo enorme, con Premios Nobel".

Y siguió: "Ahora que se está discutiendo si la ciencia debe ser privada y qué papel juega el Estado en la ciencia. Los países centrales y aquellos que lograron crecimiento son los que invierten en Ciencia y Tecnología. Argentina ha dado muestras que aun en condiciones difíciles tiene excelentes posibilidades de integrarse al mundo con su capacidad de desarrollo científico tecnológico. No me imagino ningún sector privado en Argentina que pudiera comprar una supercomputadora de 1.740 millones de pesos al servicio del todo el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Nuestro sector científico tiene un entramado de interacción con el sector privado. Se trata de un Estado que invierte fuertemente para traccionar la inversión privada".

El ministro expresó que "hoy es un día emocionante que quedará en la historia. Tenemos la seguridad del aporte a la ciencia y tiene que ver con mejorar las condiciones de vida de la gente y también, son días de comprometernos a defender y dar debate por qué la ciencia es importante", y agregó que "en proyectos como este sería difícil a través de la autofinanciación".

"Las políticas pendulares cortan la investigación y la ciencia. Hay que pensar estos temas a mediano y largo plazo al margen de la discusión partidaria. Sin Ciencia y Tecnología no hay futuro para el país", finalizó. 

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