Se destrabó una obra clave y llegaría financiamiento alemán en 2023
Un conflicto entre los socios locales mantenía el proyecto en stand by. Apuestan a la continuidad del acuerdo con el Fondo para garantizar el ingreso del crédito por u$s 1900 millones.
El jueves 18 de agosto, mientras se desarrollaba la conferencia del Consejo de las Américas en el Hotel Alvear, los dos principales socios locales del proyecto para construir la represa Chihuido terminaban de encaminar un diferendo interno que hizo peligrar el inicio de la obra valuada en u$s 2200 millones y que contará con financiamiento alemán por u$s 1900 millones.
En el lobby del hotel, Eduardo Eurnekian, dueño de Corporación América, y Hugo Dragonetti, de Panedile, destrababan el conflicto por el que casi se cae la presa, que ahora podría comenzar a construirse el año próximo. Otro de los socios, Gustavo Weiss, tomaba café a dos mesas de ellos.
Eurnekian prepara una visita clave para destrabar Chihuido 1, pero asoma un plan B con IMPSA
Dos altas fuentes de la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que ganaron la licitación para erigir la represa en Neuquén indicaron a El Cronista que los principales socios del proyecto acercaron posiciones que parecían irreconciliables hace un par de meses. El Ministerio de Obras Públicas de Gabriel Katopodis esperaba el acuerdo entre los contratistas y también confirmó el entendimiento.
Helport, la constructora de Eurnekian, lidera la Unión Transitoria de Empresas (UTE), con el 41% del capital accionario. Panedile tiene otro 31%. Las acompañan Chediack, Eleprint (de Weiss, presidente de la Cámara de la Construcción) e Hidroeléctrica Ameghino.
La agencia de crédito a la exportación alemana Euler Hermes aportará garantías para que los bancos Santander y Credit Suisse financien el 85% del proyecto a una tasa en torno al 6% anual. La alemana Voith Hydro aportará la ingeniería, valuada en u$s 600 millones. Eurnekian también comprometió una participación de la estatizada IMPSA.
Como consignó este medio, el banco alemán reclamaba que, para financiar el proyecto, la cabeza del contrato estuviera en Voith, que, en los papeles, es subcontratista de la UTE que ganó la licitación. Ahora, uno de los socios locales dijo que, zanjada la diferencia, se sumaría otro socio europeo al proyecto y que recién en 2023 llegarán las divisas para dar inicio a la represa.
Ocho años de idas y vueltas
La represa Chihuido corrió un largo recorrido desde 2014, cuando la UTE ganó la licitación y pensaba construirla con financiamiento ruso. El crédito de Rusia se cayó en 2015 y apareció Alemania, interesada en disputarle geopolíticamente a China la construcción de obras de ingeniería en la región.
El ajuste fiscal que aceleró el expresidente Mauricio Macri en 2018, al firmar un stand by con el FMI, congeló el proyecto. Este se reactivó con la llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada pero, irónicamente, dependía de un nuevo acuerdo con el Fondo para que Alemania confirmara el financiamiento.
Cuando se firmó el programa de Facilidades Extendidas con el Fondo, aparecieron las diferencias entre los socios. Una alta fuente de la UTE también atribuyó los vaivenes a la inestabilidad del país en los últimos años. El contrato avanza "ahora que hay una definición más clara desde el Poder Ejecutivo", dijo a El Cronista. "En la base de todo está el acuerdo con el FMI firmado por (el exministro de Economía Martín) Guzmán, no solo necesario para dar garantía a inversiones como esta, sino para dar certeza de que no habrá cambios", agregó.
Los socios locales de Chihuido tienen una relación muy fluida con el ministro de Economía Sergio Massa, que ahora se enfoca en recortar el gasto para ordenar las cuentas fiscales. Por ahora, ese ajuste no llegó a los proyectos de infraestructura que cuenten con financiamiento internacional, como las represas Kirchner y Cepernic y la presa neuquina. Esta última es la obra con financiamiento privado más importante que hay en el horizonte inmediato. Massa anexó al Palacio de Hacienda la subsecretaría de Relaciones Financieras Internacionales, que estaba bajo la órbita de Gustavo Beliz.
Interés alemán
Alemania también está pendiente del proyecto. Chihuido fue parte de las conversaciones del presidente Alberto Fernández y el canciller Olaf Sholz en la visita del mandatario a Europa, en mayo. A fines de 2021, en otra gira por Europa, la excanciller Angela Merkel había enfatizado la importancia de la presa para ese país y el canciller Santiago Cafiero había confirmado la obra.
Chihuido se construirá sobre el río Neuquén, a 5,5 kilómetros de su confluencia con el río Agrio y a 155 kilómetros de la capital provincial. La represa generará 637 MW de electricidad, gracias a cuatro turbinas.
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