¿Cómo analiza esta economía de dos velocidades, con consumo y actividad, pero con inflación desbordada y altos niveles de pobreza?

La economía llegó a un pico de actividad. Que es similar al nivel al pico que tuvo Macri en 2017 y principios del 2018, pero ahora está encontrando un límite ese nivel de actividad y estamos empezando a ver señales de que la economía empieza a recesionar. Esas señales son básicamente la falta de dólares y el mecanismo por el cual la economía empieza a ajustar.

¿Cuál es ese mecanismo por el que empieza el ajuste?

Como faltan dólares empiezan a reaccionar con un endurecimiento de los controles del cepo. Eso afecta a las empresas para producir; empiezan a subir los precios y la suba de precios afecta al poder de compra de los salarios y eso empieza a secar la demanda. Este segundo semestre empieza con un declino de la actividad que no es fuerte, que no es una crisis, pero que es una recesión, con más inflación.

Indicios recesivos, con un crecimiento proyectado en el Presupuesto 2023 de apenas 2%. ¿Lo ve posible?

Es moderado. Pero sería difícil porque la economía tendría que crecer de punta a punta para que se de ese 2%. Yo no lo veo imposible, pero veo dificultades para que la economía pueda expandirse porque veo un año con los mismos problemas que este: falta de dólares, alta inflación y mucha incertidumbre sobre lo electoral. Le va a agregar un ruido a la economía que no tenés muy claro qué va a pasar, quién va a ser el próximo Gobierno.

Venimos de una inflación de 6,2% en septiembre. ¿Cómo ve la suba de precios en los próximos meses?

La inflación está moviéndose con un ritmo del 6 al 7% mensual, eso te lleva a una inflación de 3 dígitos. Nosotros ya tenemos para fin de año prevista una inflación que rodea el 100% y no veo ningún elemento que lleve a pensar que la inflación fuese a bajar significativamente de esos niveles. Para eso tendrías que hacer un plan de estabilización. En esencia, un plan de estabilización requiere medidas que tienen un costado impopular y no veo al Gobierno tomando esas medidas cuando se empieza a meter en un año electoral.

Por ejemplo, ¿habría que devaluar?

Por ejemplo, corregir el tipo de cambio. Por ejemplo, recortar un poco más el déficit y, ergo, el financiamiento del tesoro. Todas esas medidas, que apuntarían a bajar la inflación, las veo lejanas en un Gobierno que está con problemas y divisiones políticas. Las vemos todos los días porque son a cielo abierto. Y cuando está entrando en un proceso electoral, re-definiendo su situación política, ¿quién va a dirigir al oficialismo a partir del año que viene? ¿Está dispuesto, quien quiera hacer esto, a tomar estas medidas? Yo lo veo difícil.

¿Cuánto de esta crisis tiene un componente político y cuánto responde a una situación económica que se autonomizó?

Yo insisto en el concepto de que no deberíamos llamarla crisis. Hay una actividad que creció hasta ahora y empieza a haber una recesión más bien suave, que no es una caída abrupta. El pobre desempeño de la economía argentina en los últimos 12 años está muy vinculado a lo político. Yo creo que tiene mucho que ver con que la Argentina es incapaz de encontrar un proyecto de país nítido que, con independencia de quién gobierne, se mantenga aún con sus matices. Las dilaciones desde el punto de vista político terminan afectando la economía y le impiden crecer como se requeriría.

En ese contexto, ¿qué líder y espacio político puede tener la legitimidad para llevar adelante ese plan?

Yo creo que ningún espacio político que se pare en los extremos está en condiciones de llevar a cabo esa transformación que necesita Argentina.

¿Por qué desde los extremos no se podría desarrollar ese programa?

Precisamente porque necesitás una mayoría que ninguno de los polos más extremos está en condiciones de construir. Yo no veo al kirchnerismo duro en capacidad de construir una mayoría política para llevar a cabo esas transformaciones. Y no veo a los halcones de Juntos por el Cambio o del PRO en condiciones de hacerlo. Necesitás, me parece, algo que venga más del centro, en condiciones de convocar al amplio centro y abarcar la mayor amplitud política posible que le permita a la Argentina hacer las transformaciones necesarias.

¿Y percibe voluntad en otros sectores de alcanzar ese acuerdo?

Para tomar medidas dolorosas en el corto plazo y hacer muchas otras reformas estructurales necesitás una amplia mayoría que creo que la Argentina tiene. Yo tengo buen diálogo con diferentes sectores del arco político y te diría que hay muchas coincidencias. Desde Juntos por el Cambio hasta el peronismo, pasando por el sindicalismo y por los empresarios. Hay material político como para construir eso. Pero hay que encontrar un liderazgo que sea capaz de convocarlo y aglutinarlo.

¿El fenómeno de los trabajadores pobres llegó para quedarse o es reversible?

No, es reversible. Todo con crecimiento económico es reversible. La Argentina lo que más necesita para bajar la pobreza es crecer. No se puede reducir la pobreza solamente con redistribución. La principal fuente reductora, en la Argentina y en cualquier experiencia del mundo significativa de reducción de pobreza, es a través del crecimiento económico. Sin eso no vamos a poder reducir la pobreza.