Peronismo dividido

Juego a dos puntas y la respuesta del kicillofismo a Máximo: por qué recrudece la interna

El principal bastión político quedó dividido virtualmente en dos polos: uno de ellos se apalanca en su estructura y el otro debate cómo tenerla con su principal activo. Las duras alusiones del líder del PJ local al gobernador y sus armadores y dónde se librará el próximo round de la guerra fría

El peronismo bonaerense quedó dividido virtualmente en dos polos, aunque uno de ellos -al menos su líder, Axel Kicillof- se resista a verse aún como la contracara del otro que le marca el paso con lo que dice y no, de la mano de Máximo Kirchner. La pelea política que se libra se asemeja a la lógica de la Guerra Fría, donde la confrontación, hasta ahora, no era directa.

El primer polo cuenta con estructura y territorio, pero carece, al momento, de la capacidad de trascender sus propios límites orgánicos. En rigor, tampoco está claro que lo desee en la actualidad. El otro pone sobre la mesa un protagonismo que no se puede obviar por ser el de mayor peso institucional que puede acreditar el peronismo en la Era Milei, la provincia de Buenos Aires, aunque no tiene aún un esqueleto que lo sostenga.

La vuelta de Máximo Kirchner a los escenarios en el Club Atenas en La Plata el viernes, con un discurso de poco más de una hora, trazó una clara línea en la arena: "Nada sin Cristina". El eje predominante de las palabras del actual titular del PJ bonaerense se concentraron en los encontronazos que vive su partido con el actual gobernador de la Provincia más que en la batalla con Javier Milei. 

La pulseada por el armado electoral 2025 es tan temprana que resulta ajena al grueso de la realidad de las y los bonaerenses. Kicillof se concentra en la gestión, está convencido que es su principal activo. La contraparte no es ingenua y entiende que es el primer paso de la definición electoral. No en vano tituló su convocatoria del viernes como "Armar de nuevo", con una estética que ya en la previa rememoró mucho la campaña 2003 de su padre, el entonces gobernador Néstor Kirchner.

"Vamos a salir adelante. La vamos a pelear. Vamos a construir una esperanza realmente desde el pie. Hay que construir desde abajo, desde el pie. Acuerdo por arriba, ya está. Hicimos la prueba y nos salió mal. El acuerdo lo construye el pueblo", sostuvo Máximo Kirchner, frente a una nutrida audiencia que intercalaba a referentes de La Cámpora y otros que aún apuestan al equilibrio. También se vio algunos ministros provinciales.

El actual titular del PJ bonaerense prometió una interna para el 17 de noviembre pero el jueves pasado se vencieron los tiempos legales para su convocatoria sin novedades en el partido. En rigor, tampoco hay mayores precisiones sobre lo que sucederá en las nacionales fijadas en el calendario para la misma fecha.

La capacidad de organización sigue siendo el mayor activo de La Cámpora, aunque pasen los años. "Eso hay que respetarlo, son como un ejército. Nosotros somo un aquelarre", describen desde la orilla opuesta del río que divide las aguas del peronismo. Apenas unas horas antes, mientras los micros enfilaban hacia el Club Atenas, circuló en los grupos de Whatsapp la nueva canción que entonaron en el arranque del acto, antes de las palabras de Máximo, una coreografía perfecta y sin ensayo.

"Yo siempre te voy a seguir, no me importa lo que digan, y si querés otra canción, vení, te presto la mía", desafiaba la última estrofa con ritmo de cumbia de Amar Azul. Un tiro por elevación a la demanda de "nuevas canciones" y "melodías" de Kicillof al peronismo, en plena campaña electoral el año pasado, que ya había tenido su respuesta en aquel momento por parte del titular del PJ bonaerense: "No me dedico a la música, soy militante", le contestó Kirchner. Mucha agua pasó bajo el puente desde entonces.

"¿A qué nos referimos con armar de nuevo? Basta de Sciolis. Sino elegiremos otro camino porque realmente la frustración del peronismo que votan diputados, senadores, que después llegan al Congreso y se dan vuelta como una media y son los votos necesarios, nos va a poner lejos de la gente", reiteró esta vez Kirchner. Jugó con la idea de una alternativa, como la que alguna vez fue Unidad Ciudadana, y dejó en claro que la conducción de la expresidenta Cristina Kirchner va más allá del debate respecto a si debe o no ser candidata.

En el kicillofismo, sin que exista aún como tal, lo analizan como un discurso de contención dirigido a los propios. Trazan una conducta en espejo con los movimientos -aún tímidos- del gobernador bonaerense en la interna peronista, siguiendo los principios de la física en el que a una fuerza activa le corresponde una reactiva: al plenario de Florencio Varela, el otro polo respondió con el acto de Cristina en Quilmes; al segundo plenario de Mar Chiquita, con el discurso de la exmandataria desde la Universidad Nacional del Oeste.

"Ahora resulta que Cristina no tiene que hablar porque eclipsa a otras figuras. Tranquilos, no hay que apresurarse", les retrucó Máximo Kirchner desde el escenario el viernes. "Algunos entendieron la marcha muy mal. No es 'unidos triunfaremos' y se termina. No es la unidad por la unidad", completó. Apuntó contra los que se sentían a gusto con Alberto Fernández y hoy se refugian en la Provincia, en alusión a los exministros Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi, hoy dos de los alfiles más movedizos de Kicillof.

Quienes hoy arman en torno al gobernador bonaerense remarcan que no desconocen la conducción de CFK sino de los que hablan en su nombre. E insisten con que el objetivo ahora es dar organicidad al kicillofismo para que se convierta en una opción real. Por eso miran al 2025 y la autonomía que pueda tener el gobernador para ponerse al frente de ese armado como un paso necesario para pensar un 2027 en una coalición más amplia, un Frente Anti-Milei que agrupe incluso expresiones por fuera del peronismo pero co-generacionales como el santafesino Maximiliano Pullaron (UCR) o el chubutense Ignacio Torres (PRO), con quienes tiene buena relación.

"Esta vez no se trata de volver mejores, se trata de mejorar para volver", dijo Kicillof hace una semana en el segundo plenario de la militancia, en la Quinta Sección electoral, que tuvo como lema: "La Provincia se organiza. La Patria no se vende". 

"Como Gobierno bonaerense tenemos dos tareas: crear un escudo que proteja a los que están siendo agredidos por las políticas del Gobierno nacional y, al mismo tiempo, construir desde nuestra provincia una alternativa de futuro que nos permita revertir la destrucción en curso y encontrar un camino de desarrollo y de inclusión", enfatizó en esa oportunidad.

Si el primer plenario tuvo como epicentro la Tercera donde se juegan 4,8 millones de electores y el segundo se concentró en la Quinta, donde hay 1,2 millones y es la tercera en tamaño, la próxima convocatoria apuntaría casi con seguridad hacia la Primera Sección, con sus 4,7 millones de electores. Particularmente a Moreno, donde el Movimiento Evita también tiene sus preferencias repartidas entre Mariel Fernández, la actual jefa comunal, presente en el acto de Máximo Kirchner; otra parte con Kicillof y Emilio Pérsico en la delgada línea del centro, definiendo su preferencia en base al duelo propio que libra en La Matanza con su interna con Fernando Espinoza.

En rigor, el mapa de los intendentes se distribuye entre los que juegan con La Cámpora, como Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Álvarez (Lanús); los que apuestan por Kicillof, como Mario Secco (Ensenada) y Ferraresi (Avellaneda), y los No Alineados que mantienen sus vínculos con ambos. Es esa ancha franja en disputa que recorre distritos como Almirante Brown, Florencio Varela o Morón, donde Martín Sabbatella se mostró el viernes en La Plata con Máximo Kirchner y apenas una semana antes, su sucesor, Lucas Ghi, dijo presente en la costa, con Axel Kicillof.

Después de todo, una alternativa que se baraja a modo de hipótesis hoy es la de una lista de unidad entre ambos polos bajo el ala de una figura neutra, y donde las peleas se corran al ámbito municipal. Los más racionales recuerdan la debilidad intrínseca del gobernador en la Legislatura, donde requiere pasar ahora su Presupuesto 2025. Los más osados piensan que se debe ir por todo, en particular después del discurso del viernes

Temas relacionados
Más noticias de peronismo

Las más leídas de Economía y Política

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.