

Terminó la novela del acuerdo por el desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la Argentina y ahora Sergio Massa se volverá a calzar el traje de candidato a presidente de Unión por la Patria (UP).
El ministro de Economía se había puesto como meta, tras las PASO, ordenar la situación económica que ya sabía estaba convulsionada, pero que explotó tras el combo que se generó entre la victoria de Javier Milei y la devaluación del día después.

El primer movimiento fue el de apurar la negociación con las alimenticias tras el desconcierto que se dio respecto de los precios, pero la mira estaba puesta también en concretar el desembolsos por u$s 7500 millones, que se transformarán en algo más de u$s 10.000 millones en noviembre, cuando está previsto un nuevo desembolso. Hasta ese momento, y más allá de que todo acto de Massa pueda ser tomado como político, la clave pasaría por hacer foco en lo económico.
A partir de hoy Massa volverá a hablar con el doble traje -el de candidato y ministro- sobre todo porque es consciente de que si no logra que la economía muestre un sendero positivo, su camino hacia octubre no será tan simple.
Hoy hablará en el Council de lasAméricas, y allí se escuchará tanto un discurso político como algunos lineamientos de las medidas que se empezarán a conocer entre las próximas horas y el cierre de la semana que viene, en tandas de a dos o tres por día.
Aparecerán anuncios de sumas fijas para trabajadores privados y estatales -¿$ 50.000?-, además de darle el visto bueno a la reapertura de las paritarias, algo que lo gremios comenzaron a reclamar tras la devaluación del lunes.
También habrá mejoras en las asignaciones a los sectores de bajos recursos, y una recomposición de los haberes de los jubilados. También se anunciarán beneficios para el campo y la industria Pyme.
En todos los casos el objetivo de Massa será evitar que se frene el consumo, ya que esto no haría más que pegar de lleno en el ritmo de la actividad industrial
Otro escenario
Massa encara esta etapa ya con un panorama más alentador del que se dio hace 15 días. En primer lugar, porque luego de la renegociación de Precios Justos se dio cierta estabilidad en el segmento de los alimentos, algo que también se verá reflejado en rubros como combustibles y medicamentos.
Lo mismo ocurre con el blue: de rondar los $ 800, hoy se mueve algo más cerca de los $ 720.
El ministro de Economía tenía marcado un plan a seguir, que incluía una devaluación que pedía el FMI -aunque reclamaba cerca de un 60% y no un 22%, como ocurrió-, aunque la fecha elegida era el viernes 18 de agosto.
La victoria libertaria fue demasiado ruidosa, y Economía entendíó que la respuesta de los mercados no sería la mejor, algo que se terminó reflejando.

En el medio de las PASO y ese 18 de agosto estaba previsto que se trabajaría sobre la renegociación de Precios Justos, y luego se aplicaría la devaluación. Las reuniones con los distintos sectores efectivamente se terminaron desarrollando dentro de ese lapso, aunque ya con un panorama totalmente desfavorable.
La idea oficial era ir a terminar de redondear el desembolso del Fondo con la devaluación aplicada y el desbande de precios solucionado.
Poco apoyo y otro rumbo
Pero más allá de que en los primeros momentos económicos post PASO no eran los ideales como para ir a dialogar con el FMI, lo cierto es que tampoco lo fueron desde lo político.
El miércoles pasado Massa reconoció en conferencia de prensa que desde la oposición no hubo justamente fair play. Sostuvo que, en las reuniones que el FMI mantuvo tras las elecciones con los equipos de La Libertad Avanza y JxC, hubo quienes no tuvieron reparos en pedirle al organismo internacional que no fuera tan amistoso a la hora de negociar, y que no se aprobara el desembolso, al menos como estaba planteado.
Massa no lo hace público ni siquiera en encuentros privados, pero en el Gobierno sostienen que los representantes de JxC fueron los que menos militaron el desembolso, una postura que no tuvieron los libertarios.
Para Massa, amante del fútbol y de las "es como si" futboleras, haber cerrado esta etapa con el FMI equivale a haber zafado del descenso. Al menos así es como se siente en Economía, sobre todo luego de que desde el mismo Fondo bajaran la idea de que los planes eran los suyos o el abismo.

En esta segunda parte del año, la más pesada con las presidenciales de por medio, el ministro de Economía se irá alejando del Fondo Monetario, y no se esperan nuevos acercamientos hasta noviembre, cuando habrá una nuevo análisis para intentar que lleguen unos u$s 2250 millones extras.
Incluso, reforzando esta idea de buscar caminos alternativos al FMI, como ya ocurrió con la CAF, China o Qatar, tal vez aparezca algún otro "prestamista no tradicional" desde Oriente, si es necesario.















