ENCUESTA DE LA UCA

La pospandemia: creció el empleo precario, menor capacidad de ahorro y pobreza estructural

El último informe del Observatorio de la Deuda Social revela que sin planes sociales habría un 48,9% de pobres; hay mayor nivel de empleo informal y niveles de pobreza estructural similares a los de 2019

El panorama de la pospandemia no resulta nada alentador para la Argentina: el último informe del Observatorio Social de la UCA reveló que en 2021 si bien hubo una leve baja del desempleo, el empleo precario (29,6%) y el subempleo inestable (19,2%) aumentaron y la capacidad de ahorro quedó acotada al 10% de la población. 

No sólo este pronóstico agorero. También la pobreza se redujo al 43,8% en 2021 aunque en una proyección realizada se advierte que sin los planes sociales que entrega el gobierno para amortiguar el impacto económico en los sectores vulnerables la pobreza rondaría en el país en un 48,9%.

Esto es lo que el director del Observatorio de la deuda Social, Agustín Salvia, comentó a El Cronista que son "los efectos corrosivos" de la pospandemia. Para el investigador que lleva adelante desde hace más de 20 años estos estudios soecioeconómicos "en la Argentina existe un dirigencia política en el oficialismo y la oposición que no atiende adecuadamente los problemas estructurales de la pobreza y se necesita de un plan real de la economía que vaya más allá de un acuerdo con el FMI". 

El último documento de la UCA se titula "Crisis del empleo, pobreza de ingreso y privaciones sociales estructurales. Argentina Urbana 2010-2021" y contiene 128 páginas en las que revela, entre otras cosas, que si bien hubo una recuperación del empleo en 2021 y el desempleo disminuyó del 2020 (14,2%) a este año (9,1%), el empleo precario (29,6%) y el subempleo inestable (19,2%) aumentaron.

Es decir que la calidad del empleo disminuyó drásticamente en los trabajadores marginales. Esto implica que en su conjunto el 47,2% del total de los ocupados no tiene aportes de la seguridad social y trabajan en negro. Y dentro del grupo de los asalariados, el 29,6% se halla bajo una contratación laboral no declarada.

Es cierto que la reactivación económica, el efecto de un persistente desaliento y las licencias por Covid generaron que la desocupación disminuya al 9,1% de la población económicamente activa. Aunque el informe de la UCA advierte que "el cambio en la composición del mercado amortiguó u ocultó un desmejoramiento de la situación laboral".

A la vez, el poder adquisitivo de los asalariados entre 2019 y 2021 el poder adquisitivo de los trabajadores disminuyó un 7,4%. En 2021 la media de los ingresos mensuales de un trabajador fue de $50.534 y el ingreso de un trabajador del sector micro informal fue un 30% menor que el ingreso de ocupados. 

El empleo público mantuvo cierta estabilidad durante la pandemia aunque fue uno de los sectores laborales que más perdió en términos de poder adquisitivo por el impacto de la inflación. Mientras que en 2020 los empleados públicos recibían en promedio $68.133 mensuales, en 2021 pasaron a recibir $61.453.

Actualmente hay en la Argentina unos 6,7 millones de trabajadores desempleados (9,1%). Sin embargo, el informe de la UCA advierte que por la pandemia, de no haberse registrado el desaliento en la búsqueda de empleo y las licencias o suspensiones por Covid, el desempleo se habría incrementado a niveles cercanos al 28,5% en 2020 y a 12,5% en 2021.

A la vez, el subempleo inestable creció sustancialmente en los sectores socioeconómicos muy bajos (37,1%) y el desempleo ampliado (28,1%) en esos mismos sectores.

PROYECCION DE LA POBREZA

En relación a las mediciones de pobreza por nivel de ingreso el informe del Observatorio de la Deuda Social plantea que en 2021 hubo una disminución respecto del 2020 (44,7% al 43,8%). 

Sin embargo, esto indica que el porcentaje de los hogares pobres se encuentra en líneas similares a la prepandemia. Esto es el 39,8% del 2019. Es decir, señala el documento, que "el actual camino hacia la pospandemia no ha logrado alcanzar aún la proporción de hogares y población en situación de pobreza pre sanitaria por Covid".

A la vez, la pobreza monetaria concentra sus efectos en hogares marginales (72,9%) y en el conurbano bonaerense (51,5%). Si bien estos sectores registran una leve recuperación luego del 2020, no se registran cambios significativos en las desigualdades existentes al interior de la estructura socio-económica.

En cuanto a los sectores de mayor vulnerabilidad socioeconómica se observa un 15% de personas en situación de pobreza recurrente y un 29% de población en situación de pobreza crónica.

También hay un deterioro importante en la Argentina en relación a la capacidad de ahorro. En 2021 sólo un 10,3% de los encuestados admitió que tiene posibilidades de ahorrar mientras que un 45,9% asegura que les alcanza para vivir el salario percibido aunque no pueden ahorrar y un 43% no les alcanza ni siquiera el salario percibido.

Quizás el dato más relevante en cuanto a proyección de la pobreza está dado en el informe de la UCA al momento de evaluar la ayuda social repartida por el gobierno. El 44,6% de los hogares recibieron una transferencia de ingreso (tarjeta alimentaria, IFE, asignaciones familiares no contributivas o planes sociales). Aunque en 2021 hubo una caída en la ayuda social (pasó del 55,4% de la población en 2020 que recibió planes al 44,7% en 2021). Esto fue producto de la eliminación del IFE sustancialmente.

Sin embargo, el mayor problema que se percibe hacia el futuro es la eternización de los planes sociales. 

Esto es: en la proyección que hizo el informe de la UCA revela que en el 2021 si no se hubiesen mantenido los planes sociales o transferencias monetarias como la AUH o la Tarjeta Alimentar el nivel de pobreza estaría en el orden del 48,9%. Son los denominados "efectos corrosivos" de la pobreza y el impacto que tiene en ello la política social.

Para Salvia, todo indica que "se está agotando el circuito virtuoso de los planes sociales por el impacto de la inflación y por un estancamiento del empleo".

De esta manera, el director del Observatorio de la Deuda Social reveló que "el mejor escenario" a futuro es que se mantengan los pisos de pobreza del 2019. Pero "el peor escenario no tiene techo" en una proyección futura. Es decir, que las proyecciones pueden ser más pesimistas y el impacto de la economía en los sectores bajos y medios puede ser aún peor en el futuro inmediato.

En relación a la pobreza multidimensional que toma otras variables además del ingreso que mide el INDEC, el informe de la UCA sostiene que hay una tendencia marcada por el deterioro de hogares con al menos un dos o tres carencias no monetarias. En 2021 hay un 38,9% de pobres con al menos una carencia. Y la pobreza estructural del 23% si bien marca una reducción respecto del 2020 (27% de la población) se mantiene en parámetros del 2018 y 2019.

A la vez, en 2021 se percibe que el 17% está en viviendas precarias, hay un 30% de personas con problemas de alimentación y atención sanitaria y un 32,6% con carencias en los servicios básicos (agua potable, red cloacal o sin fuentes de energía).

A la vez, en la pospandemia se observan los efectos nocivos de cierta parálisis en la educación. Así, en 2021 el 6% de los chicos tienen problemas de déficit de asistencia a la escuela, hay un 27,1% de rezago educativo en los jóvenes y un 9,1% de rezago educativo en los adultos.

El informe de la UCA tomó en cuenta los aglomerados urbanos de más de 80.000 habitantes, es una muestra de 5.760 hogares y mide la pobreza multidimensional que el INDEC no evalúa.

El Observatorio de la Deuda Social Argentina, en el marco de sus Seminarios Académicos Agenda para la Equidad 2021, presentará hoy el último informe de pobreza donde expondrán Salvia; Eduardo Fidanza y Martín Rapetti. La moderación estará a cargo de Clara Mariño, periodista y docente universitaria.

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