

La variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) de abril fue de 6%, de forma que la inflación acumulada en 2022 es del 23,1%; consolidando, de esta manera, la marca de un primer cuatrimestre más alta de los últimos 31 años.
Así, su espiralización es una de las causantes en la cada vez mayor dispersión en la variación de precios de diferentes rubros: un ejemplo de ello, el aumento de 425% en el sector automotor, mientras que hay otros, como el de electricidad, en los que la suba fue de sólo 42%.
El caso anterior, resaltado en un relevamiento de la suba de precios en diferentes sectores hecho por la consultora Invecq, indica el fuerte contraste entre los rubros cuyos precios no son controlados por el Gobierno con los que sí.

"Estas dispersiones en las variaciones de precios configuran un notable cambio en los precios relativos y generan importantes perjuicios en las cadenas productivas, alteran las estructuras de costos y distorsionan la posibilidad de planificar en base a información y resultados pasados", sostuvo el informe.
Así, resalta que "el problema que se está gestando sobre la estructura real de precios relativos es tanto o más preocupante".
INFLACIÓN DE 230% Y DESEQUILIBRIO ECONÓMICO
Entre abril de 2019 y abril de 2022 la base monetaria aumentó 170%, período en el cual la inflación fue de 230%, estimó la consultora económica.
"Es decir, se volcaron sobre la economía casi el triple de billetes que estaban en circulación, pero no quisieron ser demandados por el público por lo que simplemente inundaron el mercado de pesos. Como resultado, tomó impulso un desequilibrio nominal combinado con una fenomenal dispersión de precios, profundizada por controles como los precios cuidados, el atraso tarifario, y el cepo al dólar", enfatiza.
Es por ello que se explica una amplitud de sectores que aumentaron 425% como los autores y otros rodados, o la indumentaria que aumentó 385%, que conviven con la electricidad y el gas que está atrasada un 57% con respecto a la inflación de los últimos tres años.

Como resultado, se infirió que las dispersiones en las variaciones de precios "configuran un notable cambio en los precios relativos y generan importantes perjuicios en las cadenas productivas, alteran las estructuras de costos y distorsionan la posibilidad de planificar en base a información y resultados pasados".
"LA INFLACIÓN ESTÁ REPRIMIDA"
Los cepos, controles, congelamientos y restricciones en general; según Invecq, habrían generado una inflación acumulada que actualmente se encuentra reprimida. "No todos los precios de la economía están ‘andando' a la misma velocidad".
Ante ese panorama, el informe realizó un ejercicio hipotético que estima que se "generaría un aumento de 60% adicional sobre el nivel general de precios actual al intentar volver a una estructura de precios relativos 'más normal', como la que regía en abril de 2019, cuando se realizó la última corrección tarifaria".
Ese aumento, que permita recomponer aquella estructura y evitar perpetuar los desbalances, debería ser liderado por el segmento de electricidad, que necesitaría una suba mayor al 250%, calcularon.
Ante ello, el Gobierno nacional finalizó la semana pasada las audiencias públicas de energía eléctrica y gas, en la que presentó su propuesta de aumentos en los cuadros tarifarios en el marco del acuerdo con el FMI y de la necesidad de aliviar la carga fiscal que supone el subsidio en las boletas.
Para los usuarios del AMBA, el aumento en la boleta de energía eléctrica en junio será del 17,2%, sumado a la suba de marzo, redondeará un aumento del 42,7% anual y elevaría la tarifa promedio a $ 1.866. Para el caso de los usuarios con tarifa social, el ajuste anual será del 21,4% y la boleta ascenderá a $ 733.













