

En el PRO desconfían de las intenciones de La Libertad Avanza. Empiezan a dudar de Javier Milei. ¿De verdad el Presidente quiere que sancionar la ley ómnibus?, se pregunta más de un amarillo que participa de las jornadas interminables de negociaciones entre el oficialismo y los bloques dialoguistas.
Por las dudas, el bloque que conduce Cristian Ritondo emitió un comunicado para atajarse ante un eventual fracaso de la ley. En tanto, otros dos bloques dialoguistas se cansaron del "reunionismo". Dieron por terminadas las negociaciones a puertas cerradas y que el diálogo se retome en el recinto, "de cara a la gente".
Estas tres semanas de reuniones y más reuniones en el despacho de Martín Menem agobió a un sector de los diputados dialoguistas que son quienes, en los hechos, escriben y reescriben el megaproyecto que originalmente tenía 664 artículos.
Básicamente, los bloques de la UCR, Hacemos Coalición Federal, Innovación Federal y el PRO participaron de encuentros que, por momentos, parecían incoducentes. Ni siquiera sabían el nombre y cargo de las personas con las que se sentaban a negociar el proyecto.
También escucharon marchas y contramarchas por parte del Poder Ejecutivo, que primero les decía aceptar una "sugerencia", pero que luego no reflejaban en el proyecto.
A esto se le sumaron convocatorias a último momento y en horarios estrafalarios (el último plenario de comisiones arrancó a las 21). Además de las desprolijidades que se ven a diario en la Cámara que preside Martín Menem.
¿Un ejemplo? Esta semana, desde Presidencia de la Cámara, hicieron circular -por error- diferentes versiones del dictamen de la Ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos.
Mientras el PRO estaba trabajando sobre una versión, Hacemos Coalición Federal lo hacía sobre otra. Los diputados se la pasaron jugando al juego de las "siete diferencias". Comparaban si a todos les había llegado la misma versión.
Los libertarios ajenos a la negociación
Los dialoguistas también se quejan de que los diputados de La Libertad Avanza. Salvo Martín Menem, a quien le destacan su "buena voluntad", aseguran que el resto de los legisladores, que son 37, están totalmente afuera de las negociaciones.
Mientras que los diputados dialoguistas se pasaron el último mes estudiando la ley, reescribiendo capítulos enteros, llevándoles propuestas al oficialismo y reuniéndose con los sectores afectados por la ley y funcionarios de todas las áreas del Poder Ejecutivo, los libertarios se limitaron a escuchar a los expositores en los plenario de comisiones.
Es más, el día en el que se firmaron los dictámenes, apenas un libertario -Santiago Santurio- defendió el texto. Cuando terminó el plenario, entonaron "Viva la libertad, carajo", mientras se grababan con sus celulares y se tomaban selfies.

De otro lado de Avenida Rivadavia, los dialoguistas continuaban negociando el texto. La duda de los opositores es si los libertarios conocen el contenido de la megaley que votarán en el recinto.
Ante un escenario -nunca visto para quienes peinan canas en el Congreso- en el que la oposición le pide al oficialismo que "se deje ayudar", Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal se cansaron. Ambas bancadas dieron por cerradas las negociaciones por la letra chica del texto y decidieron que los cambios se debatan en el recinto.
Comunicado mediante, dejaron en claro que "pretenden" que el debate "sea de cara a la gente, con total honestidad y transparencia, para que no se terminen votando de madrugada y a escondidas de la sociedad cuestiones centrales para el futuro de la Argentina".
El mensaje subliminal del PRO
El PRO también emitió un comunicado en la tarde de ayer. Básicamente, se atajaron ante la posibilidad de que el debate de la ley termine en catástrofe.
"Expresamos nuestra voluntad de acompañar con responsabilidad al cambio que vive la Argentina", es el título del comunicado que difundió ayer el bloque que lidera Cristian Ritondo.
"En estas semanas, desde el PRO, trabajamos comprometidamente para que el proyecto pueda salir adelante siempre respetando y teniendo presentes los valores que como partido político nos identifican desde nuestra creación", destaca el texto.

Al mismo tiempo, los amarillos señalaron: "Nuestra posición sigue siendo la misma desde que ingresó el proyecto de ley a esta cámara, luego de hacer sugerencias y aportes técnicos que profesionalizan lo enviado por el Gobierno: vamos a acompañar de manera responsable esta votación para que el gobierno cuente con las mejores herramientas normativas que le solicita al Poder Legislativo".
El texto encendió las alarmas de algunos dialoguistas: ¿Los amarillos acompañarán la ley sin "peros" en el recinto? ¿Le darán el visto bueno a las retenciones? Nada de eso.
Ante las sospechas de que el oficialismo "está jugando a perder la votación, a no tener la ley", como dijeron fuentes parlamentarias a este medio, el PRO optó por dejar en claro que, "desde el minuto cero" acompañaron y ayudaron al oficialismo para que la "Ley de bases" llegue a destino.
"Estamos dispuestos a acompañar, a darles las herramientas", insisten fuentes del PRO. Pero, por las dudas, se anticiparon a lo que imaginan que podría suceder si la ley naufraga en el recinto de la Cámara de Diputados. Prevén que los libertarios, con Javier Milei a la cabeza, acusarán a "la casta" por el fracaso propio.
"La idea es poner en evidencia que desde el primer momento estuvimos dispuestos a acompañarlos", explicaron en el PRO. Básicamente, los amarillos buscan evitar que, a futuro, los tilden de "casta".













