El principal problema de la economía argentina no es solo la falta de inversión, sino su ineficiencia crónica. Un ambicioso proyecto del INDEC, financiado por el Banco Mundial y liderado por el economista Ariel Coremberg, pondrá números oficiales a esta crisis histórica.
La conclusión, anticipada por los expertos, es demoledora: la economía argentina se ubicaría, en términos futbolísticos, de mitad de tabla para abajo, tal vez peleando la zona de descenso.
La productividad de la economía se mide evaluando la eficiencia con la que una economía transforma sus recursos (factores de producción, como el trabajo y el capital) en bienes y servicios. Es la clave del crecimiento sostenible y del bienestar de la población. Sin mejoras en este campo, el crecimiento se basa únicamente en poner más recursos (más gente o más máquinas), un modelo que se agota rápidamente.
La Radiografía de la Decadencia explica en que estamos peor que en 1950. El nuevo estudio retoma mediciones históricas que ya arrojaban cifras que explican el estancamiento de la economía nacional, contrastando las dos métricas fundamentales de la productividad: la laboral y la total de factores.

Los análisis de Coremberg, realizados unos pocos años atrás, señalan que la productividad laboral (lo que produce un trabajador por hora) de 2023 fue similar a la de 1973. Esto significa que la Argentina lleva medio siglo estancada en su capacidad de producir más con el mismo tiempo de trabajo.
Qué es la productividad
La Productividad Laboral se calcula dividiendo el Producto Interno Bruto (PIB) real por el total de horas trabajadas o por el número de personas empleadas. El hecho de que este indicador no haya crecido es una señal de alarma. Los países que mejoran el nivel de vida de sus ciudadanos lo hacen porque cada hora de trabajo se vuelve más valiosa gracias a la inversión en tecnología y formación.
La Productividad Total de los Factores (PTF) es considerada el motor de la prosperidad. Mide la eficiencia con la que se utilizan conjuntamente el capital y el trabajo. No se trata solo de cuántas máquinas se tienen, sino de cómo se usan.
La PTF captura el impacto de factores intangibles como:
- Innovación y Tecnología: El uso de software, patentes y nuevos procesos productivos.
- Calidad Institucional: Seguridad jurídica, predictibilidad y políticas públicas estables.
- Capital Humano: La educación, formación y experiencia de la fuerza laboral.
- Eficiencia Gerencial: La capacidad de las empresas para organizarse y optimizar recursos.
Según Coremberg, la PTF de 2023 fue calculada como un 10% inferior a la de 1950. Esta caída en la eficiencia es el resultado más preocupante, pues implica que el país es intrínsecamente menos capaz de generar valor hoy de lo que era a mediados del siglo pasado. Este declive estructural explica la prolongada divergencia económica del país con el resto de las naciones desarrolladas.
La situación de la economía argentina no es una novedad, desde ya. Según estimaciones recientes, Argentina ocuparía el puesto 62 sobre 69 naciones analizadas con respecto a las condiciones para que la producción argentina compita con el resto del mundo. Es lo que decía el año pasado el Instituto para el Desarrollo Empresarial.
El objetivo central del trabajo del INDEC, incorporado al plan de trabajo 2026 y con asistencia del Banco Mundial, es retomar y actualizar la medición del stock de capital. Esta es la pieza clave que faltaba en las estadísticas oficiales y que impedía calcular la PTF con rigor.
El potencial de Argentina
Coremberg explicó la urgencia de la tarea: “No puede ser que no haya una medición del capital de los argentinos. Yo mismo inicié una medición en 2002/3 pero fue un trabajo que se discontinuó. Ahora lo retomo pero como consultor externo. Gracias al proyecto vamos a saber cuán capitalizada está la Argentina después de la era K,” una época “que se caracterizó por una economía muy disfuncional. Sabremos con qué capital contamos y cuánto necesitamos. De alguna manera, vamos a poder calcular cuál es el producto potencial de la Argentina.”

El stock de capital se medirá de forma integral, conciliando las estadísticas de producción, el capital y las horas trabajadas. El valor que se busca determinar es el valor de todo el capital disponible en el país, lo que incluirá:
- Activos tradicionales: maquinaria, equipos y herramientas utilizados por las empresas.
- Infraestructura pública: Rutas, puertos, medios de transporte y obras de infraestructura.
- Recursos naturales: La valoración de los activos naturales del país.
- Viviendas: Se calculará el valor de unos 17 millones de viviendas de los argentinos, un activo que usualmente queda fuera de las mediciones de productividad.
La obtención de datos oficiales y actualizados sobre productividad tendrá consecuencias directas en la planificación económica, la inversión y la crucial discusión salarial.
Coremberg lo explica así: “Conociendo la productividad no solo de la economía en su conjunto, sino de cada sector, se podrá ordenar la discusión salarial sobre bases ciertas y medibles; cuanto más productivo es un sector o una actividad, más salario podrán pagar sin trasladar esa mejora salarial a precios.”
Esta información será vital para diferenciar entre sectores con alta capacidad de pago (aquellos con alta PTF y Productividad Laboral) y aquellos que operan con rendimientos mediocres, evitando que los acuerdos de los sectores más productivos distorsionen los precios o generen inflación en los sectores menos productivos.
El trabajo del INDEC medirá la performance de los distintos sectores, y se anticipa un resultado muy heterogéneo. La economía está tan desorganizada, según Coremberg, que el nivel de productividad es bajísimo en promedio.
Cuáles son las islas de productividad de la Argentina
El ranking sectorial estará liderado por las “islas de productividad”:
- Agro/Minería: Sectores ligados a los recursos naturales, altamente tecnificados y competitivos globalmente.
- Industria del Conocimiento: Empresas de software y servicios que logran eficiencia y escalabilidad.
Estos sectores contrastan fuertemente con otros, como parte de la industria, la logística y los servicios, que desde hace rato muestran una performance mediocre.
El problema central no es que los argentinos no sepan trabajar, sino que las condiciones macroeconómicas y estructurales hacen que los factores de producción (trabajo y capital) rindan menos.

Fuente: Freepik
Coremberg avisa que la economía ha estado tan desorganizada que el nivel de productividad es bajísimo porque las “islas de productividad” están “rodeadas de una macroeconomía muy deficiente.”
Qué hay que resolver para salir del estancamiento
El estancamiento se atribuye a un conjunto de factores que han minado la eficiencia y la inversión a largo plazo:
Inestabilidad macroeconómica: La inflación crónica y las crisis recurrentes destruyen la planificación a largo plazo, obligando a las empresas a operar en el cortoplacismo y obstaculizando las inversiones en tecnología que mejoran la eficiencia.
Bajos niveles de inversión: La falta de seguridad jurídica y la volatilidad desalientan la inversión en capital fijo y tecnología, lo que impide que la Productividad Laboral crezca.
Problemas estructurales y de logística: Una alta presión impositiva sobre la producción, un acceso limitado al crédito y una infraestructura deficiente (mal estado de rutas, energía y logística) elevan los costos operativos, reducen la competitividad y minan directamente la eficiencia (PTF).
¡Queremos conocerte!
Registrate sin cargo en El Cronista para una experiencia a tu medida.

















