Sin reemplazante definido, Losardo aceptó ir a París
La ministra de Justicia transita sus últimas horas en el gabinete. Esta noche recibió la propuesta presidencial de asumir la embajada ante la Unesco que está vacante. Dos diputados suenan como sucesores
Sorprendió a propios y ajenos Alberto Fernández al admitir, anteanoche en una charla con C5N, que Marcela Losardo está "agobiada". Después de un fin de semana de permitir la danza de rumores, el Presidente reveló que la ministra de Justicia tiene los días contados en el gabinete. Horas, mejor dicho, porque la actual funcionaria ya aceptó la propuesta para asumir la embajada argentina ante la Unesco que quedó vacante tras el fallecimiento de Fernando "Pino" Solanas.
Casualidades de la vida, esa silla diplomática ya se le había propuesto a otra ex funcionaria, María Eugenia Bielsa, que estaba al frente del ministerio de Hábitat, pero la santafesina al final declinó.
Lo inusual de la situación es que, por ahora, Losardo ya es una ex ministra en funciones mientras se decide su reemplazo. El mismo Fernández señaló en la entrevista dos de sus posibles sucesores, nombres que habían circulado durante el fin de semana. Uno es el diputado Martín Soria, hijo del fallecido gobernador de Río Negro. De raíz peronista, si bien no es de cepa pura K, hace tiempo que coincide en conceptos cristinistas como el lawfare. El otro es el también legislador Ramiro Gutiérrez, referente judicial del Frente Renovador. Ninguno es de origen albertista, como Losardo.
Con antecedentes de la Vicepresidenta ocupando las sillas que quedan vacías en el elenco ministerial, una incógnita ronda la Casa Rosada: ¿Alberto los nombró para "quemarlos" y nombrar luego un "tapado" propio?
La virtual ex ministra no es fácil de reemplazar para Fernández. Ex socia de su estudio jurídico, Losardo fue blanco del reproche K y el mandatario admite ahora que su perfil no sirve para la futura relación del Gobierno con la Justicia.
Juan Carlos Martini
Nada mal la salida de Losardo, en cambio al resto de los mortales, cuando te despiden de un trabajo, o te conseguís otro, o vendes tus bienes para comer. así es muy fácil ser funcionario publico.