En esta noticia
"Se adelantó diciembre". Así resumen los supermercadistas el clima en algunas sucursales donde ya recibieron los pedidos de mercadería que suelen llegar a fin de año. En julio, con la inflación de de 7,4% y un agosto que se consolidaría arriba del 6%, los reclamos sociales volvieron a las calles mientras el Gobierno avanza, de a poco, sobre la recomposición de ingresos.
"Hay pedidos de mercadería desde las organizaciones sociales", relatan en el sector de consumo masivo, y reconocen que también se convierten en intermediarios frente a Desarrollo Social y otras áreas municipales o provinciales para elevar los pedidos. En tanto, aseguran que no hay saqueos ni se está cerca de ese escenario aunque en sus whatsapp circulan fake news con fotos de años anteriores.
El mes pasado, Raúl Castells, del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), se instaló en un supermercado de Rosario con un mensaje para el Gobierno. "Alguien tiene que prestar atención a la necesidad, a la miseria que hay", reclamó desde un local de Coto.
El pedido se generó porque "el Gobierno decidió quitarles los alimentos a los comedores y merenderos escolares y comunitarios", relató a El Cronista Castells, quien aseguró que se reintegraron en agosto tras la medida.
"Tenemos una situación extremadamente compleja y difícil para 25 millones de personas. El propio Estado que se necesitan $ 111.300 para no ser pobre y $ 49.500 para no ser indigente. Jubilados, trabajadores y 2 millones de personas que no tienen nada de nada, todos están afectados por esta situación", enfatizó el dirigente del MIDJ.
Al bono para jubilados que se anunció con el 15,5% de ajuste por la fórmula de movilidad previsional, se sumó el lunes el ajuste para el salario mínimo vital y móvil, que lo lleva a un aumento del 75% para el año, con una inflación interanual del 71% hasta julio y un 95% anual previsto en las proyecciones de las consultoras que releva y promedia el Banco Central.
El Gobierno busca, con ayuda de la CGT, desacelerar la nominalidad, por eso la recomposición no avala la inflación de más del 90% proyectada.
contraste y alivio mundialista
Pese a la compleja situación social y la escasez de reservas en el Banco Central, la Argentina fue el país sudamericano que más entradas pidió para el mundial de Qatar 2022. Las empresas con promociones para llegar a Qatar 2022 son pocas y por ahora, austeras, lideradas por bancos, tarjetas y cervecerías, que atan el consumo a las chances de viajar.
La expectativa de un recreo de la mano de la Scaloneta y la zurda de Lionel Messi ilusiona en más de un despacho oficial. Uno de los comentarios recurrentes de los empresarios que se reunieron en el Alvear la semana pasada estaba vinculado al futuro viaje de Sergio Massa a Catar y aventuraban si se buscaba asegurar el camino a la final para que la paz sea duradera.
efecto cristina kirchner
Pero esa ilusión hoy choca con el foco que está puesto en la causa Vialidad y la reacción del Gobierno ante el pedido de condena contra la vicepresidenta Cristina Kirchner y lo que pueda generar en la coalición oficialista.
En los despachos oficiales reconocen el impacto en el clima interno pero confían en que seguirá adelante la actividad aunque con la desaceleración que se prevé para los próximos meses, vinculada a la falta de dólares que el ministerio de Economía y el Central buscan administrar.
"Con stress de reservas y una brecha en el tipo de cambio por encima del 100% se generan graves turbulencias financieras y sociales sobre las cuales el gobierno deberá intervenir", resume un análisis de la Universidad Nacional de Moreno. "Un aterrizaje suave de la actividad para los próximos meses parece ser su objetivo como mal menor para no chocar con el ajuste tan temido: la devaluación".
La tregua interna se consolidó con la llegada de Massa a Economía, Producción y Agricultura, que reforzó incluso los planes fiscalistas de Martín Guzmán. Hoy los accionistas del Frente de Todos, en tanto, cierran filas con la vicepresidentay titular del Senado ante el pedido de condena y proscripción. La militancia adelanta: "si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar".