Causa o causalidad: el sábado, durante la inauguración, por parte de la presidenta Cristina Kirchner de las sesiones ordinarias del Legislativo, referentes K blanquearon adentro y afuera del Congreso su intención de pelear por la sucesión.

Dos días después, se conocen las que son prácticamente las primeras palabras públicas de Máximo Kirchner, al menos referidas a la política. Son declaraciones que le dio para un nuevo libro a la periodista Sandra Russo (la que escribió ya una biografía oficial de Cristina) y que publicó el diario Página 12.

La aparición de Máximo, y los temas de los que habló impactan no solo en la interna kirchnerista sino también en la pelea más amplia por el 2015.

Por un lado, el primogénito de Presidenta habló de la re-reelección. Es cierto que dijo que desde el Gobierno “nunca” hablaron de eso y que no es momento de discutir el tema. Pero también planteó que 10 años de Gobierno no alcanzan, que “la reforma constitucional (para permitir la reelección indefinida) es una discusión que habrá que dar” y que “la posibilidad de la reelección no pasa por una cuestión constitucional, sino por lo que la gente quiera”. Adrede o no, deja el tema a mano para que algún dirigente oficialista lo impulse formalmente.

Por otro, se suponía que al hijo varón de la Presidenta sólo actuaba desde un segundo plano, casi sin mostrarse. Por lo inédito, su salida a escena hace que los focos se enciendan sobre su figura. La sola aparición plantea la incógnita sobre si se suma a la disputa kirchnerista por la sucesión de su madre en la Rosada. Y aunque primero deba pasar por el filtro de las mediciones de popularidad, tendría claras chances de ser el señalado por el dedo presidencial.