El Gobierno decidió avanzar con un aumento de las tarifas de la energía eléctrica para los hogares, comercios e industrias de todo el país, que se aplicará a partir del miércoles 1 de febrero. El objetivo es bajar el gasto público en subsidiosy acercarse a la meta fiscal comprendida en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que es un déficit primario equivalente a 1,9% del Producto Interno Bruto (PIB). La suba de la luz será de aproximadamente un 14% en promedio, con porcentajes que serán más altos en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano (Área Metropolitana de Buenos Aires -AMBA-, donde tienen concesión Edenor y Edesur) y más bajos en el Interior de la Argentina. La información fue confirmada a El Cronista por fuentes del sector, que relataron que esta suba implicaría unos $ 250 a $ 300 por mes. El incremento para los usuarios residenciales comprende a los niveles 1 (ingresos o patrimonios altos) y 3 (ingresos medios) de la segmentación de tarifas. Los hogares que tienen bajos ingresos o cuentan con la tarifa social no sufrirán alzas de la electricidad, al igual que también mantendrán sin cambios la boleta del gas natural por red. A diferencia de lo anunciado el año pasado por el Gobierno, los aumentos de tarifas relacionados a la segmentación no terminarán ahora, ya que los usuarios de nivel 1 seguirán contando con subsidios en el costo de la energía. El Gobierno insistirá en una nueva campaña de inscripción en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), con spots en medios tradicionales (TV, radio, diarios y revistas) y digitales. En los despachos oficiales notaron que todavía hay unos 5 millones de hogares (15 millones de personas) que no accedieron a los subsidios; una parte de ellos podrían calificar para obtener la ayuda del Estado nacional para pagar la luz y el gas. Según pudo saber este diario por fuentes privadas, el precio estacional de la electricidad trepará a unos $ 13.100 por megavatio-hora para unos 4000 grandes comercios e industrias (GUDI), a $ 9300 para los usuarios de nivel 1 y a $ 3750 para la clase media. Este esquema sería aprobado la semana que viene por el directorio de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) y quedaría vigente al menos hasta el 30 de abril. A priori, este aumento de la energía no alcanzaría para cumplir con la meta de bajar los subsidios en 0,6 puntos porcentuales del PIB, tal lo pactado con el FMI. La apuesta oficial es que eso sucederá con la baja de los precios internacionales de la energía (menor cantidad de importaciones de gas licuado) y la puesta en marcha del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) en el invierno. Para los usuarios del AMBA, este incremento del costo mayorista de la energía tendrá un impacto en las facturas que rondaría el 20% final. Con los consumos de enero ya se está pagando un 154% por el transporte de energía (Transener y otras firmas), que tienen un peso ínfimo en las boletas -cercano al 2%-. Y en marzo llegará el aumento correspondiente a las tarifas de distribución en Buenos Aires. Fuentes del sector contaron que la distribución tuvo una actualización de tarifas de apenas 31% en casi cuatro años desde 2019, mientras que el costo de la energía (sobre el que el Estado nacional aplica los subsidios) trepó 285% en el mismo período. Además, señalaron que mientras las distribuidoras perdieron más de $ 50.000 millones entre 2021 y 2022, las generadoras registraron ganancias por $ 96.000 millones y pudieron distribuir dividendos entre sus accionistas. "No parece equitativo ni justo. Es una manta corta", lamentan en el mercado eléctrico.